"En mi familia, mi sobrina estaba embaraza de 7 meses, y su pareja tuvieron COVID, fue un caos, al estar ellos encerrados,(. . .) la única que estaba libre era yo con mi hija mayor. En esta casa parecíamos restaurant, almuerzos y ollas para acá, ollas para allá".
"Lo bueno es que también existe solidaridad, mira entre toda la precariedad, la gente es solidaria y va por ejemplo a dejar mercadería a esas casas, siempre existe una compañera que va a preguntar, qué falta".
"En tiempo de pandemia, me dio la oportunidad de replantearme y de quedarme a trabajar solamente en el taller en casa. Igual es un costo, porque ya no tengo living, mi casa ya no es mi casa, es prácticamente un taller".
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