El Crédito con Aval del Estado (CAE) se crea con el objetivo de aumentar el acceso al sistema de Educación Superior chileno, bajo el argumento de que el Estado tiene restricciones presupuestarias y por tanto requiere de la Banca para asegurar esta nueva política de financiamiento. Para hacer este negocio aún más atractivo para la Banca, el Estado se comprometió originalmente a subsidiar a los bancos participantes, comprando cada año el 25% de los créditos entregados, con un sobreprecio del 6%. Sin embargo, entre 2006 y 2015, el Fisco ha recomprado un 48% de los créditos con un sobreprecio que llega a casi un 30% y equivale a más de $450 mil millones.