El pasado 14 de agosto, 1.290 trabajadores quedaron cesantes luego que el 22º Juzgado Civil de Santiago decretara la quiebra de Distribuidora Rabié. Todos ellos se quedaron sin el sueldo por el mes de agosto y más de la mitad de los empleados –del sector ventas– ni siquiera alcanzaron a recibir la remuneración de julio, según información entregada por Juan Salazar, secretario de la directiva del Sindicato Nacional de Rabié. El dirigente además, describió lo que están viviendo él, sus compañeros y sus familias, como un profundo “drama social”.
Todo lo que pueda ocurrir con Rabié dependerá de la gestión de los síndicos a cargo de la empresa quebrada, de los acreedores, como de algún posible comprador. Sin embargo, según cuenta Salazar, lo que a ellos más les preocupa en estos momentos es cómo podrán mantener a sus familias y pagar sus deudas en estos meses donde no recibirán ninguna remuneración.
A causa de esto, han estado enviando mensajes a parlamentarios y medios de comunicación, con el fin de presionar a las autoridades a que les den alguna solución. Sin embargo, dice que pocos medios los han tomado en cuenta, mientras que de los parlamentarios, a quienes han insistido a través de twitter, de ninguno han obtenido respuesta. Frente a esto, están pensando qué otras medidas de presión pueden tomar. “La única forma de presionar al síndico o a la junta acreedora es radicalizar el tema, porque no nos dan ninguna opción de que van a soltar los sueldos del mes de agosto”, dice Salazar.
Herman Chadwick, el síndico titular, se ha comprometido con los ex empleados de Rabie a que se les dará una carta de despido invocando necesidades de la empresa, a lo que corresponde una indemnización por años de servicio. Además les ha dicho que eventualmente podrán ser recontratados en caso de que se le pueda dar continuidad de giro a la distribuidora, y que luego de un plazo de diez meses se podrán reunir los recursos para pagarles los dineros pendientes. Sin embargo, todo eso se verá más adelante, y lo que necesitan hoy los trabajadores es una solución a los problemas inmediatos que les contrajo la quiebra de su empleador.