En las afueras del Sindicato de Correos de Chile en Santiago, se encuentran seis de los trabajadores y trabajadoras que hace cuatro días iniciaron una huelga de hambre, en el contexto de la movilización que mantienen 4.600 empleados de Correos desde el día 22 de julio. Esta medida de presión extrema, fue adoptada luego de que, el viernes pasado, la empresa rompiera su compromiso de entregar una oferta más atractiva para los adherentes que, a lo largo de todo Chile, han estado exigiendo mejoras en sus salarios.
“Nosotros estuvimos muy esperanzados en lo que podía ocurrir el viernes recién pasado. Teníamos muchas expectativas, y al ver que nuevamente nos estaban ofertando lo mismo decidimos radicalizar la movilización”, dijo Eduardo Aravena, Dirigente Nacional del Sindicato Nacional de Correos de Chile (Sintech), quien se sumó al ayuno.
Lo que piden los trabajadores representados en la Federación de Sindicatos de Correos de Chile –formada por cuatro de los cinco sindicatos de la institución– es un aumento de 50 mil pesos en los salarios, bono por término de conflicto de 1,5 millones a dos años, y vigencia de 24 meses en los contratos.
“En nuestro proyecto inicial hablamos de varias cosas: vacaciones, IPC real y no el que daba el INE, bono operativo, entre otras cosas. Sin embargo, fuimos capaces de sincerar la propuesta y decir que nos interesan esos tres puntos” dijo hoy Guillermo Flores, presidente de la Federación, en una conferencia de prensa donde además se hicieron presentes para prestar apoyo, el quinto sindicato que no había formado parte de la medida de presión, el diputado y candidato a senador Carlos Montes y el presidente de la Anef, Raúl De la Puente.
La empresa, por su parte, el viernes pasado mantuvo su oferta de entregar los 50 mil de aumento salarial o bien el millón y medio a cuatro años. Lo uno o lo otro. Sin embargo, los trabajadores no están dispuestos a transar y aseguran que la movilización se mantendrá hasta lograr los tres puntos planteados. “Nosotros hoy día vamos por todo, porque nuestro petitorio ya se bajó, así que más que eso no nos bajamos”, comentó Aravena al respecto.
La huelga comenzó a las dos semanas de movilización, el 7 de agosto, y se ha desarrollado de manera pacífica. Este jueves se cumplen los 15 días tras los cuales la legislación chilena permite que, quienes quieran volver a trabajar, pueden descolgarse y regresar a sus puestos de trabajo debilitando la medida presión. Porque, si el número de descolgados superara el 50%, la huelga terminaría. Sin embargo, los trabajadores y trabajadoras están confiados en que el amplio apoyo a nivel nacional y la convicción de los “correanos” se mantendrá vigente hasta ganar las demandas.
“Eso es lo que dice esta legislación tramposa, pero yo quiero decir claramente que los trabajadores nos llaman todos los días, que hacemos asambleas todos los días y que hay una cohesión firme, férrea. Vamos a tener paciencia y vamos a seguir de largo esos quince días si no hay solución”, sentenció Flores.
Fuente: Mónica Navarro, Fundación SOL.