“Todo en la vida tiene un riesgo”
Por Gabriela Saieg/Colaboradora de Fundación SOL Mi nombre es Juan Sergio Leiva Rojas, soy de Viña del Mar, del sector de Gómez Carreño, soy un trabajador independiente en una empresa de taxi-turismo, que es mi propia empresa. Trabajo sólo generalmente… más que nada yo atiendo a mis propios clientes que son los que me llaman frecuentemente. Y mi fuerte es la temporada veraniega. Un día normal de trabajo en temporada alta… En el verano yo comienzo a trabajar a las 20:00 o 21:00 horas dependiendo del llamado del cliente, de lo contrario salgo simplemente a esa hora y recorro mi sector rutinario que es Reñaca, y desde ahí salgo al lugar que el cliente quiera, llámese discotheque, pub, restaurant, hoteles, aeropuerto, etcétera. Eso durante la noche más que nada. Toda esta temporada de verano es así, se atiende a muchos turistas, tengo clientes que llegan exclusivamente dos o tres días a vacacionar, entonces me llaman antes para que los vaya a buscar al terminal de buses y después cuando ya se van a ir hacemos lo mismo. A veces también a algunos los paseo, a otros los atiendo solamente el momento de llegada y salida. Cuando no recibo llamados para empezar la noche, me pongo fuera de discotheques o restaurant conocidos, un hotel, o simplemente me dedico a dar vueltas por el sector de Reñaca, donde mucha gente me conoce entonces espera mi pasada. La cantidad de clientes por noche es muy relativo, puede darse el caso de que atienda a un solo cliente que me esté ocupando toda la noche, pero es muy poco eso, más se da que se atiende a un cliente, lo voy a dejar a su destino, luego a otro, y así puede pasar la noche atendiendo a quince o veinte clientes. El horario de término de la jornada es muy relativo, porque a veces veo que está muy flojo el movimiento y puedo partir de regreso a las 2:00, 3:00, 5:00 de la mañana, y hay oportunidades que me quedo hasta las 7:00, 8:00. 9:00 y 12:00 del día inclusive, porque los clientes están en algunas funciones y me piden que los espere o que los vaya a buscar, o a veces se junta un servicio con otro. Se ha dado que he tenido que trabajar la noche completa, sigo el día, me vengo a comer algo no más, y sigo después en la tarde, duermo un poco dos o tres horas, y después sigo la noche otra vez, para poder recién tomar el descanso el subsiguiente. Es que verano es muy fuerte, yo comienzo el 15 de diciembre o por ahí, y termino aproximadamente los últimos días de marzo o a mediados de marzo a veces. Por eso, durante el verano soy el mismo Juan, pero un poco más cansado. Yo matizo mi trabajo del verano, con piscina, tengo una pequeña piscinita que nosotros mismos hicimos, con la ayuda de mi hermano y armamos una piscina que salva bastante… yo le hice todos los inventos, porque yo invento cada cosa, y me hice una terracita, me hice un horno de barro, cosa de hacer cositas. Entonces, me levanto después de la jornada, me pongo mi shortcito, en vez de desayuno, parto pa allá, duermo un rato, tomo un poco de sol, me vengo a desayunar, y si me llega a dar sueño, me enjuago, me voy a dormir otro poco, y luego otro piscinazo, y si me llaman voy a trabajar. Entonces, voy matizando eso. De lo contrario, le digo a mi mujer que no voy a trabajar, salgamos, la llevo a pasear, la llevo a almorzar afuera, la llevo a hacer cosas. Lo hago dos o tres veces a la semana, pero siempre la estoy sacando ahí, para que no se aburra. En invierno solamente trabajo de noche el fin de semana, inclusive a veces no, porque como yo soy muy ordenado, entonces yo no tengo necesidad de pensar: ah, mañana tengo que trabajar obligadamente, no tengo esa necesidad. Yo me acuesto tranquilo y me levanto tranquilo, duermo plácidamente, cuando no lo podía hacer era cuando tenía las deudas del auto, estaba pagando la casa, tenía a mis hijos en la universidad, estaba con otros problemas, en fin, habían problemas entonces no dormía tan tranquilo, pero hoy no. … y un día de trabajo en temporada baja En la temporada baja simplemente espero el llamado del cliente, porque yo tengo una página de internet, en Google se me puede encontrar fácilmente, estoy como Taxi Reñaca y como Radiotaxi Reñaca, así que ahí recibo algunos llamados durante el día, otros en la noche, en diferentes horarios. Yo tengo que tener disponibilidad durante las 24 horas. Por ejemplo hoy día me llamaron a las 10:00 de la mañana y querían un servicio para las 16:30 de la tarde, y otro más que tenía para hoy día, entonces se juntaron dos. Puede que mañana no haga ninguno, puede que haga cinco, puede que haga diez, y así sucesivamente… es muy muy relativo. Es inestable, pero no en el sentido que no haya trabajo, sino que un día se compensa con otro, un día puede que haga nada o que haga dos, o durante la semana un promedio de siete, ocho servicios y con eso yo sobrevivo, porque durante el verano con todo lo que hice, me dio para ahorrar como los ositos o como las hormiguitas, y nos mantenemos durante el año así. Yo definiría mi trabajo como estable, siempre hay trabajo. Afortunadamente ahora con el taxi me alcanza, no he tenido que recurrir a otras pegas. Hace más de seis años que no necesito recurrir a otros pololitos. Yo soy extremadamente organizado, ordenado; en el verano me hago todo para el año, aparte que no tengo vicios, no soy un gallo desordenado. Todo lo que hago aparte, la mecánica, karate, son placeres. “Me gusta esa flexibilidad” Para ser conductor de taxi, se necesita una licencia especial, la misma licencia de un conductor de micro, licencia de clase A1, todo el transporte colectivo necesita una licencia especial. Yo soy un taxista de taxi-turismo, que no es un taxi básico, porque también hay diferencias entre taxis: radiotaxi, taxi básico, taxi ejecutivo, taxi turismo; y todos tenemos que tener una licencia especial, una patente especial, tenemos que dar examen cada dos años. Ser taxi turismo implica un tipo de servicios, por ejemplo, un taxi básico está parado en un paradero y de ahí no se puede mover salvo que vaya con clientes, en cambio yo puedo recorrer toda la V Región, y nadie me va a parar, ni decir nada, ni tengo la necesidad de estar parado en un paradero porque no tengo paradero. Yo funciono por contactos porque es más simple y más práctico: con el mismo internet,  yo tengo alrededor de 17 mil visitas en la página, eso significa que pinchan y después llaman, y preguntan cuánto cobro, incluso después comentan: muy responsable, muy puntual, muy caballero, muy entretenido le pusieron algunos. Yo también tengo servicios de compra, los clientes, conocidos generalmente, me dicen que tienen que comprar tal cuestión, yo se los llevo, y les cobro el servicio de taxi, la compra y ellos me dan una propina. A mí me gusta esta flexibilidad, porque yo tengo tiempo para hacer lo que yo quiera, lo que me complica a veces es que estoy ocupado, duchándome o desarmando un vehículo porque me llegó una pega de mecánica, entonces ahí se me complica, pero también tengo el relevo, que son los colegas y a veces les derivo pegas. Las condiciones laborales: el riesgo y la importancia de ser karateka Yo disfruto mucho ser taxista. Pero hay cosas  que uno vive que también son muy desagradables. Respecto a la seguridad, por ejemplo, es un trabajo bien inseguro en la parte delictiva, que hoy día hay mucha, y de hecho tengo varios asaltos en el cuerpo, y unas vivencias bien crudas, pero  bueno yo soy un karateka, entonces también me ha servido mucho y he salido airoso en varias ocasiones gracias a eso. Eso de karateka viene de muy joven, yo empecé en el ejército siendo boxeador, y ahí conocí a un maestro que hacía karate y me dijo  que yo tenía condiciones, por lo tanto, me empecé a entusiasmar. Antes de ser mecánico trabajé 15 años en el casino municipal de Viña del Mar como vigilante privado, y ahí se necesita mucho la defensa personal como vigilante privado, y me fui reprogramando hasta ser un artista marcial de renombre. De hecho hoy día soy un instructor muy conocido, hace hartos años ya. La primera vez que me asaltaron fue en Valparaíso, en la calle Errázuriz con Francia… yo ya venía de vuelta, la verdad a mí no me gustaba quedarme en Valparaíso, porque sé de los riesgos nocturnos que existen allá siempre, pero me paró una pareja y me dice si los podía llevar por quinientos pesos hasta Francia, y se subieron, y venían conversando, pero lo que me llamó la atención fue que la niña siempre estuvo con la cabeza agachada y con el pelo largo, y hablaba muy bajito, pero yo corría, porque siempre corro en la noche como loco, entonces venía lanzado, y de repente  me dicen “Aquí, aquí”, me acerqué a la orilla, me freno, se demoraron un poco en bajar, y la demora era preparada, entonces, me abren la puerta de mi lado, me tiran para afuera, salgo, alcanzo a reaccionar, le pongo una patada al que me tenía sujeto, viene otro me tira un corte, y afortunadamente me lo saco, sentí sí algo que pasó, y de repente lo agarro, lo tiro, me acuerdo que voló por arriba del auto un compadre porque lo levanté, y de ahí cae, y los otros arrancaron. El cuento termina en que yo me subo con el nerviosismo propio de la acción, arranco, o sea no arranco, sino que me fui, pero quedé preocupado por el que quedó ahí porque yo lo dejé sangrando, y me encontré con un carabinero, le dije que me habían asaltado recién, “pero no tenís na’ po’” me dijo él, “no” le dije “no tengo nada, pero quedó un fulano tirado, así que no sé”, “Ah, bueno vamos a verlo” dijo, fuimos a verlo, estaba la macha de sangre no más, se había ido. Esa fue la primera, y salí airoso, pero salí de ahí preocupado de que lo pueden a uno estar esperando. Los otros han sido más leves… una vez me alcancé a salvar porque intuí que me iban a asaltar, y me las di de diablo, y le dije “si querís nos bajamos y nos arreglamos abajo”… como choro digamos… por lo tanto ellos desistieron de la idea. Esas son las cosas malas que yo le veo a ser taxista, que implican riesgos y temor; una vez, después de haber vivido una experiencia muy amarga, mala, dura, fea, me di una vuelta, me detuve en un lugar, apagué todo, cerré el auto completamente, y lloré, de rabia, de impotencia, de dolor, de angustia, de todo. Esto es por lo que uno ve… también he visto que a algunos colegas les pasan cosas muy complicadas, he salvado a algunos amigos de asaltos, de peleas, a mi me quieren mucho ellos afortunadamente. Ahora, yo en absoluto vivo con miedo mi trabajo, yo vivo muy tranquilo, incluso lo disfruto. Es que todo lo que hago lo hago con amor. Cuando tomo una determinación, la tomo en forma definitiva, incluidos los riesgos, como en el karate. En el karate yo sabía que era complicado, porque yo he tenido serias lesiones, he tenido muchos triunfos, muchas derrotas, pero es parte del juego, entonces yo pienso que siendo taxista es igual. Con mi experiencia pienso que todo en la vida tiene un riesgo, y cualquiera puede estar trabajando en un trabajo muy simple y alejado del peligro, sin embargo, viene alguien, te choca y pum se acabó… hay un riesgo que uno no esperaba. Uno está propenso siempre a cualquier tipo de accidente, entonces los riesgos de mi trabajo son parte del juego no más. Los comienzos de la actividad Yo trabajo hace muchísimos años en este rubro; soy mecánico automotriz, y por eso empecé trabajando en mecánica. Luego, comencé a conocer lo que era el taxi colectivo, y trabajé en empresas de colectivos. Yo partí trabajándole a un dueño de un vehículo, como chófer. Los dueños de vehículos trabajaban para una empresa de taxi colectivo, pero ellos eran los empresarios, y yo le trabajaba de chofer a un empresario. Ahí yo tenía horario fijo, comenzaba a veces a las 5:00 o 6:00 de la mañana que salía a buscar el auto, tenía que ir allá a Achupallas lejos o a diferentes lados, y traer el vehículo recién para iniciar el servicio, y luego tenía que ir a dejarlo en la tarde o en la noche, y así sucesivamente durante seis días de la semana. Eso fue como por más o menos siete años, ochos años, a lo mejor más, es que ya no me acuerdo mucho. Luego decidí que me quería independizar, porque dije “yo me sé muy bien el trabajo, sé mecánica, soy un conductor profesional, tengo capacidad, entonces me las voy a jugar” y me compré un taxi colectivo usado, de uno de los propios empresarios al cual yo le hacía servicio de mecánica. El paso de servicio de mecánica a taxista chofer fue por opción personal, siempre ha sido mi propio iniciativa, siempre he sido yo el de la idea, de la imaginación, el querer cambiar rubro, etcétera. Siempre he priorizado el crecer como familia, como persona, lo más importante es mi familia, que ellos tengan su bienestar, sus cosas, su casa, sus comodidades, y eso lo he logrado con creces, entonces, ese ha sido mi objetivo principal. Por qué de noche y por qué Reñaca… Como yo era taxi colectivo, éramos muchos los que hacíamos la ruta Gómez Carreño-Valparaíso, entonces de repente en las noches como a las 1:00 o 2:00 de la mañana, yo veía que andábamos muchos, y no había gente. Al ver eso, buscaba por otro lado, entonces bajaba a Reñaca por si acaso, me daba unas vueltas, y ahí tomaba Viña nuevamente. En una de esas tantas bajadas, pasé por una discotheque que creo que ahora se llama Sunlife, que era el Kamikaze donde yo terminé trabajando ahí como taxista, como instructor de defensa personal, como cuidador de autos, etc. Ahora cómo llegué a eso, fue de la siguiente manera: en las tantas bajadas, un día estaba lloviendo, y me hacen parar en Kamikaze, y me dicen “Oye viejito, nos podís llevar a Viña que nos quedamos sin micro”, “Claro” les dije yo y los llevé, y en eso me piden si es que yo los podía ir a buscar también al otro día. Al otro día también, y el subsiguiente también, entonces ellos me dicen “Oye sabís que mejor ven a buscarnos en forma permanente, porque nosotros ya estamos acostumbrados contigo”. Y esto empezó a hacerse una rutina, hasta que la empresa me llamó y me dicen que se habían enterado de que yo les estaba prestando un servicio a ellos, entonces ellos me ofrecieron hacerme un contrato, para que yo funcionara como taxi para ellos, y les llevara a las personas para la casa, esto fue tan bueno, que después yo me llevaba a todo el personal, tenía que hacer tres viajes, volaba como avión, mientras ellos me esperaban. Y los años nuevos, la gente se queda sin movilización, entonces yo no disfrutaba ningún año nuevo, ni fiestas patrias y otras, porque se trabajaba allá; yo esperaba que la gente se divirtiera en sus casas, y a las 1:00 am yo pasaba a buscar a cada uno a su casa, y  los llevaba a trabajar a la discotheque. Después yo me quedaba trabajando en mi rubro, y de regreso los tomaba, y los llevaba de vuelta. Yo tenía ese contrato ahí con Kamikaze, me regalaban de todo, inscribí para trabajar a mis hijos, llevé a trabajar familiares, amigos. Así que así partió mi ocupación de taxista, por la casualidad de haber pasado por la discotheque y tomar esa gente esporádicamente. Eso me entusiasmó, porque después me dieron un paradero afuera y todo. Ahora dejó de ser Kamikaze, ya no trabajo ahí. Después de eso me mantuve trabajando de noche, me agradó el sistema, me di cuenta que esto me funcionaba y ya no hacía el otro recorrido, sino que esperaba la hora, y me iba a parar a la disco no más, con mi taxi colectivo, pero no hacía el circuito, si no que trabajaba como taxi. Ahí yo no era el dueño del auto, pero él confiaba ciegamente en mí, yo he sido afortunadamente muy responsable, aparte que yo le hacía la mecánica al auto, la mantención, le entregaba su dinero como correspondía, no teníamos ningún problema. Entonces, él sólo me pasaba las llaves, y si un día me iba mal, ningún problema tampoco, y yo como soy honrado le decía, me hice tanta plata lo siento, y mitad y mitad de lo que había. Ahora, con ese servicio a mi me dio para el auto propio, cuando empecé a trabajar de noche. Porque empecé a ahorrar, vi que podía hacer otras cosas en el día, hacía otros negocios, hacía clases, entonces funcionaba de otra manera. Para comprar el auto, lo pagué en cómodas cuotas, por cuatro años. Después, renové el auto  para taxi, y pagué otros cuatro años. La relación con los clientes Mi relación con los clientes es extremadamente buena. Yo lo primero que hago es empezar a conversarle al cliente como uno le habla a un turista, aunque no sean turistas, y le empiezo a contar que Valparaíso es un lugar muy bonito… que Viña del Mar tanto… “¿Usted conoce?” le pregunto, “¿Usted de dónde es?” y comienza una conversación de cualquier tipo. Tengo amigos hoy que son abogados, concejales, empresarios de grandes empresas, bancarios, doctores, niñas, sicólogos, etc. y todas son amistades porque nos hemos conocido así viajando, los llevo en el taxi y nos ponemos a conversar… yo a todo el mundo le converso, yo soy así, y pienso que no soy muy desagradable. Entonces, mi vida con los clientes es súper entretenida porque yo soy siempre alegre, un amor me han dicho que soy. Me ha tocado atender niños, de los colegios, de los jardines infantiles, de salas cunas, me han tocado estudiantes básicos, medios, universitarios, en las discotheques todo tipo de jóvenes, hombres, mujeres, ebrios, sanos, etcétera, y todos han tenido la misma opinión de mí, entonces yo me siento feliz con eso, mi trabajo lo hago con todo el amor, porque ellos siempre han quedado conforme conmigo, y no hay nadie que no me llame Juanito. El sentido de mi trabajo y las proyecciones a futuro Yo le encuentro un sentido a mi trabajo, es un servicio especial que uno le hace a la gente, porque hay que aprender a confiar en uno, por ejemplo para una urgencia. En cualquier momento tú estás en tu casa, y sientes un dolor de cabeza fuerte, y no tienes a quién acudir porque no hay amigos cerca o qué se yo, entonces te acuerdas de mí, y me pides que te vaya a buscar o que te compre un remedio, o que te lleve a la posta o dónde tu mamá, qué se yo, cualquier cosa, ahí está el amigo poh. Lo mismo pasa con la confianza que tengo con niñas, con mujeres, que las he subido a su departamento ebrias, con mini falda y toda la onda, y a mí me da lo mismo, y ellas saben que soy confiable, nos conocemos de años. A veces me preocupa un poco, por las condiciones que se van, pero como ya les conozco a casi todos los papás, a los tíos, familiares, entonces no hay problema. El futuro… la verdad es que no lo he pensado, pero creo que voy a ser un gallo entretenido, porque tengo tantas cosas que hacer, yo sigo inventando cosas, creo que voy a seguir inventando. De hecho, ya tengo en mente un negocito, unas cosas por el estilo. Así que no me preocupo del futuro, es que tampoco soy un gallo negativo, soy muy positivo, entonces siempre pienso en el bien, en que con lo que va a suceder va a estar bien todo. Yo cotizo como independiente, soy super ordenado. Tengo pensado jubilarme luego, pero todavía me falta, tengo 61 años, faltan cuatro años. No me preocupa, porque yo quiero disfrutar la vida, quiero seguir viviendo, quiero seguir lo más sano posible, a pesar de que no estoy muy sano que digamos, pero no tengo grandes males tampoco, son problemas articulares más que nada derivados de artes marciales, pero no tengo nada grave. Como proyecto con el taxi, no me quiero hacer problemas. Si yo a mi empresa le agrego trabajadores permanentes y con contrato y todo eso, me voy a hacer un problema, y como yo soy más práctico, prefiero tenerlos de lejitos, entonces cuando yo necesito no más los llamo y ellos se benefician con eso, pero si los tengo como empresa voy a tener que pagarles todo lo que corresponde y hacerme un problema cuando ellos fallan, cuando se enferman, cuando no pueden asistir y tengo que pagarles igual, o sea es un problema, entonces prefiero tenerlos así, y ellos están conformes también. La política y los sindicatos Para mí, la política es la cochinada más grande. Tengo “amigos” políticos. Considero que la política es un modo de ganarse la vida, pero a costa de otros… la política para mí no es política, es el nombre que tiene como una fachada, pero la política en sí, yo pienso que no existe. Cuando era de taxi colectivos fui dirigente sindical, fui tesorero de la línea, y manejaba todos los dineros. Orgulloso de eso, me sentí muy a gusto, inventé un montón de cosas para generar fondos y recursos para la propia línea, las fiestas de navidad que hacíamos, bolsa de navidad. El sindicato tenía que reunir fondos para beneficiar al que está con un parte en el cuerpo y no puede trabajar, al que tiene familia en crisis, el que se le cayó la casa, el que le chocaron el auto, en fin. Era para ir en ayuda de cualquier tipo, en beneficio de un socio o un conductor. La relación con el empleador era buena, gracias a Dios he tenido pocos problemas, yo me trato de hacer la vida más simple, cuando tengo un problema, trato de evitarlo, no es que me escape, sino que lo simplifico. Por ejemplo, mi patrón me dijo que le dejara el auto, correcto le dije yo y le pasé las llaves, entonces él me dijo “¿Y me lo entregai así, tan simple? Yo pensé que me ibai a decir algo”, y yo le dije que estaba muy agradecido de su gentileza. “Oiga, pero cómo me vay a dejar botado así” me dijo, “Si tú me estay pidiendo las llaves” le dije yo… y él me empezó a decir que yo era un desleal, y me empezó a tratar mal a mí, entonces yo me lo simplifiqué, y le dije “Mire compadre, si usted quería que yo le entregase su auto y me vienes a hacer este show, mejor debieses haberte preparado, porque yo soy lo más simple. Si es tuyo, es tuyo, qué voy a hacer yo, no me voy a poner a llorar, qué por favor, si hay tanto auto más, y estoy seguro que cualquiera va a querer que le conduzca su auto”. Y él se enojó, y se sintió mal. Yo no seguí trabajando con él, es que con eso empecé a pensar que él era una persona rara, y yo no quiero problemas.