
- El ritmo de progreso en la reducción del número de trabajadores pobres ha bajado considerablemente. Cerca de 30 por ciento de todos los trabajadores del mundo – más de 900 millones – vivían con sus familias por debajo de la línea de la pobreza en 2011, unos 55 millones más de lo previsto en base a las tendencias anteriores a la crisis. De estos 900 millones, alrededor de la mitad vivía por debajo de la línea de pobreza extrema de 1,25 dólares al día.
- El número de trabajadores en empleo vulnerable en 2011 se estimaba en 1.520 millones a nivel mundial, un incremento de 136 millones desde 2000 y cerca de 23 millones más comparado con 2009.
- El 50,5 por ciento de las mujeres tiene un empleo vulnerable, comparado con el 48,2 de los hombres.
- Las condiciones económicas favorables impulsaron las tasas de creación de empleo por encima del crecimiento de la mano de obra, fortaleciendo de este modo la demanda interna, en particular en las grandes economías emergentes de América Latina y Asia Oriental.
- La diferencia entre la productividad laboral entre las economías desarrolladas y el mundo en desarrollo – un indicador importante para medir la convergencia de los niveles de ingreso entre países – se ha reducido a lo largo de las dos últimas décadas, pero permanece alta. La producción por trabajador en las economías desarrolladas y la Unión Europea en 2011 fue de 72.900 dólares, frente a un promedio de 13.600 dólares en las regiones en desarrollo.