Por Patrizio Tonelli/investigador de Fundación SOL
“Product Manager” vs. “Vendedor”
Me llamo Ronald Ríos, tengo 43 años, trabajo en GTD Telesat que es una empresa de telecomunicaciones, de telefonía principalmente, que está ligada al nicho del área corporativa, es decir que presta el servicio de telefonía, datos, internet, proyectos de implementación tecnológicos a empresas, ministerios, universidades, colegios, clínicas, etc. Yo trabajo en el área de gobierno y educación, por lo tanto trabajo mucho con municipalidades, con entidades de gobierno, universidades, colegio, institutos: por ahí va mi cartera de clientes. A la empresa le gusta llamar el cargo en que estamos yo y mis colegas “product manager” que es un nombre que del punto de vista práctico y laboral no tiene relación con lo que hacemos nosotros: yo creo que fue un tanto antojadizo y un poco “esnob” ponerle eso. En el fondo nosotros somos “ejecutivos de cuenta”: hacemos venta de servicios, buscando nuevos clientes o potenciando los que ya tenemos en la cartera. A su vez hacemos la mantención de los clientes que ya son nuestros para temas comerciales, es decir ver si tienen nuevas necesidades, informarlos sobre nuevas ofertas y para temas técnicos, tipo facilitar la reparación o visitas a terreno. El “product manager” literalmente sería un jefe de productos, una persona que tiene un producto, lo maneja, toma algunas decisiones y tiene libertades de acciones: nosotros no somos nada de eso, nuestro trabajo es básicamente vender y mantener, estas son las dos directrices. Por lo tanto todo lo que hagamos a nivel comercial no lo hacemos nosotros, no lo validamos nosotros: finalmente quien decide cuanto se va a cobrar, si se puede bajar el precio y hacer un descuento es la gerenta comercial de la empresa. Algunas veces, cuando los proyectos son más grandotes, se involucra el gerente general también: ahí es donde se corta comercialmente el asunto. En esa parte nosotros no tenemos nada, somos más bien operativos. Somos como la cara visible de la empresa para el cliente: buscar los clientes, levantar proyectos, renovar los contratos.
Los primeros pasos del vendedor
El primer paso cuando uno entra es armarse su propia cartera de clientes. Si bien te pasan algo para atender, se supone que tú tienes que entrar buscando más negocios abriendo un poco el espectro: es un tema que se llama “cobertura” y significa que a través de datos, o por instancia propia, puedes llamar a un organismo y preguntar “Soy ejecutivo de GTD, me gustaría saber quién está a cargo de la parte telefónica y de sistemas, etc.”. Nosotros podemos enviar datos, antecedentes, fijar reuniones para ofrecer los servicios a los posibles “prospectos”: y ahí uno se puede entrevistar con el jefe de la unidad de informática o con el jefe de la plataforma de sistemas… a veces las reuniones son con los de servicios generales… uno termina juntándose con todos, la verdad es que yo me he juntado como “de capitán a paje”… nunca sabes con quien vas a terminar hablando, puedes estar con un subsecretario de gobierno, un alcalde, mucho depende de la importancia del negocio y del nivel de la reunión, si es técnica o si es comercial. Sin embargo esto lo hacen más las personas que son nuevas. Después de un tiempo en realidad se desgasta ese proceso de estar llamando, de hacer esa cobertura… yo ya la hago bastante poco, trato de mantenerme por otros lados, porque cada cual ve también hasta donde tiene esa motivación de seguir haciéndolo… hay personas que lo hacen toda la vida porque son vendedores de oficio y es gente que le gusta hacer eso, yo no tengo una predilección absoluta sobre el área de venta: aprendí, lo hago bien, me manejo, no tengo problemas. No obstante, con el tiempo que llevo y un poco por ese desgaste de todo lo recorrido y lo reunido, no estoy tan involucrado en ir captando a clientes nuevos…
El oficio del vendedor
Básicamente se trata de generar el interés, porque no todos los productos o los proyectos que tú levantas los vendes. Lo primero es generar interés, que la persona diga “ah mira me enteré, mira está bien, puede ser, mira yo tengo este tarro que funciona más o menos” o “sabís que estaba evaluando mejorar algo, juntémonos” y ahí ya cuando enganchan eso ya tu podís decir “este tipo por lo menos le voy a poder desarrollar un proyecto técnico, una oferta”, pero eso no significa que le proyecto se vaya a vender. Para generar ese interés hay que desarrollar el oficio del vendedor que significa desarrollar el don de la conversación, de la claridad de ideas, de poder argumentar algo sin extenderse mucho, no darse muchas vueltas, ser bien directos, pero claro a la vez. Creo que un vendedor tenga que tener un buen nivel de expresión, de trato… hay que también tener cierta capacidad de soportar las frustraciones, porque a veces no todas las cosas resultan y a veces se producen problemas que tenís que saber solucionarlos… yo creo que hay que tener varios elementos para hacer bien la pega, pero básicamente tienes que ser una persona que sepa instaurar buenas relaciones personales… un vendedor idiota, malgenio no le va vender nada a nadie, hay que tratar de caerle bien a la persona. Al principio uno siempre piensa que debe llegar y explicarle lo que trae, bombardear al cliente con informaciones, y a veces con el tiempo te das cuenta que uno llega y ya como que se ubica los tipos de clientes que hay, y sabes con quien hablar eso… a veces con otros clientes podís terminar hablando de futbol, o del tiempo y las conversaciones van a variar dependiendo del interlocutor que tengai al frente… hay que saber tener esa herramienta para distinguir el perfil de cada sujeto, y en base a eso también relajar la conversación. Yo he estado con clientes media hora o tres horas , tu a veces vas a una reunión y no sabís cuanto te puedes demorar, a veces vas de entrada y salida, porque le tipo va al meollo y te dice solo “ya tráeme eso, listo nos vemos” y sigue con su pega… otros se dan el tiempo de hablar contigo, y uno también se anima y empieza a hablar, y muchas veces dependiendo donde trabajen uno le pregunta cómo funciona, qué es lo que hacen, y ahí te explican, a veces te sacan hasta a pasear y te muestran. Entonces uno tiene que saber enganchar con la gente y por sobre todo también tener la personalidad para tener temas de conversación y no sentirse disminuido frente a ciertas personas, porque a veces te encontrai con personas con carácter muy fuerte, muy prepotente, muy avasalladoras, entonces si vai con una mala disposición o si te pillan mal parado, a veces puedes salir no muy bien de una reunión… entonces hay que mantenerse como “incólume”, con alta seguridad de lo que uno trae.
Lo principal, que no todos los vendedores lo tienen, es que hay que ir siempre con la verdad por delante, nunca ha sido mi política vender algo mintiéndole a la persona para terminar vendiendo. Creo que uno tiene que decir claramente cuáles son las debilidades y cuales las fortalezas de lo que uno le está presentando y nunca decirle a un cliente “mira lo que te vendo es perfecto, nunca te va a fallar” o decirle “nosotros somos una compañía perfecta que no tenemos nunca un problema” porque es mentira no más. Uno tiene que ser muy honesto, y la gente te agradece esa honestidad… cuando la weá sale bien el compadre está feliz pero cuando sale mal lo primero que quieren es que por lo menos al otro lado haya una persona que recibe el reclamo, se lo atienda, porque todos sabemos que nadie es perfecto, ninguna compañía en ninguna parte del mundo te va a asegurar que nunca va a tener un problema… o sea siempre puede pasar el imponderable. No sé… pasa un camión, bota un poste, y se caen todos los cables… ¿quién tiene la culpa? El tipo que manejaba el camión, pero nadie puede adivinar que el tipo chocó con el poste, son cosas fortuitas. Y el cliente pregunta o te llama empelotado y tu le explicas “mira, debemos esperar a Chilectra que pare ese poste, porque nosotros no podemos hacer nada, porque los postes son de Chilectra”… o a veces se roban los cables de cobre y cortan las fibras ópticas también… hay una serie de cosas que pueden ir aconteciendo y hacen que se pueden producir contingencias de las que nadie está salvo.
Los distintos tipos de clientes
A veces es más entretenido ir a terreno y tener reuniones que estar en la oficina. Muchas veces las reuniones cuando son provechosas son entretenidas, hacen la pega más dinámica, no es malo. Uno en este trabajo desarrolla mucho la capacidad de comunicarse con la gente, de saber decir lo que tenga que decir en el momento preciso, de crear esa herramienta de relaciones interpersonales que hace que tu tengai una mejor forma de expresar ideas, llegar con cierta claridad… o sea, no podís llegar donde un cliente y tartamudear… entonces uno va como asentando mayor seguridad, y eso es positivo.
Las reuniones, eso sí, cansan cuando tenís que decirle al cliente 4-5 veces la misma weá, y son “duros de mollera”... que se la decís una vez y como que la entiende pero la semana siguiente preguntando la misma weá y después pasa otra semana y dale con lo mismo, y son reiterativos con las mismas consultas… ellos terminan agotando… cansan porque yo creo que cualquier persona con una mediana inteligencia si te dicen “ese cactus tiene espina, no lo tomís”, “ah perfecto” te dice “no lo voy a tocar”, después la otra semana te dice “oye weón pero tomé este cactus y me clavé poh”, y tú le decís “pero te dije que tenía espinas y que no lo tomís” “ah, chucha, no lo sabía”… esa gente cansa, a mi me cansa… son tipos muy porfiados, muy insistentes, que no te entienden lo que tú le explicaste una vez y lo vuelven a consultar otra vez y te mandan un correo preguntándote la misma lesera… esa gente llega un punto que te llaman y ya no querís atenderla.
Otras personas son agotadoras porque quieren todo altíro, no entienden que hay un proceso detrás de una solicitud para poder implementarlas, creen que, no sé poh, si te llaman y te piden algo es tan rápido como ir a comprar una polera en Falabella… hay cosas que no pueden hacerse tan rápidas como la gente cree porque hay una serie de protocolos y procesos que hay que cumplir.
También pasa que con un cliente puedes perder la empatía: pasó un tiempo y por distintos motivos ya como que no hay una empatía natural y ya es molesto verse. Por eso a veces es necesario reasignar a los clientes, y la gerencia los pasa a otros ejecutivos para cambiar de mano. Es una cosa que pasa, se generan roces… yo he tenido algunas veces roces con algunos clientes que prácticamente creen que yo soy el que toma las decisiones… no entienden de que uno es un ejecutivo de cuentas, es un vendedor y tiene un techo, hay cosas que son fuera de mi rango de acción…
Las políticas de la empresa y el desacuerdo
Se dice siempre que un vendedor debería trabajar más en la calle que en la oficina, eso es lo que se espera, pero no, yo hago 50 y 50. La empresa te mide por meta en base a las ventas que tú puedes generar. Por ejemplo, se pide vender un proyecto mensual, vender internet, vender datos, pero es relativo… a veces se vende y otras veces no, y eso pasa no porque uno no quiera vender, sino porque sencillamente el proyecto no se cerró porque la competencia llegó más barato. Es muy variable la cosa: hay gente que busca el precio y no calidad, hay otros que sí buscan calidad y no precio, depende mucho del cliente, del nivel tecnológico que tenga, de la importancia que da a sus negocios. Uno intenta siempre venderle algo al cliente, renovar incorporándole más equipamiento o cambiándole el equipamiento: a veces se puede hacer y a veces no.
Obviamente mucho tiene que ver con la motivación del ejecutivo para generar o salir a buscar más proyectos de los que pueden llegar por sí solos. Yo por mi parte hago lo que tengo que hacer, y dependiendo de eso me muevo de la oficina. Si tengo una reunión voy a una reunión sino me quedo en la oficina. Ya no ando mucho en la calle golpeando las puertas o haciendo cobertura por edificios o metiéndome a oficinas.
Yo estoy en un proceso en que doy lo que pueda dar, lo que quiera dar… por el tiempo que llevo en esto, por el nivel de desgaste y cansancio que arrastro, y por mi desacuerdo frente a la dirección que ha tomado la gerencia comercial. Ahí hay muchas cosas que no estoy de acuerdo: me di cuenta de que hay muy mala disposición por parte de ellos para poder modificar cosas que están mal planteadas, mal hechas… Estoy un poco decepcionado de la gente. La empresa es buena, pero siempre yo he dicho que la jefatura y la dirección son malas y unilaterales. En esa empresa existe un sistema muy arcaico de administración que tiene que ver con “haz lo que tengas que hacer porque te dije que tienes que hacer esto”, o “yo soy el jefe y hazlo nomás… si la weá está mala no te metai en eso”. Así se hacen muchas cosas mal, se toman malas decisiones, se hacen modificaciones que no dan buen resultado, son muy reacios a la crítica constructiva. Lo que más te molesta es que te digan no porque no, no que te digan que no por motivos que den vuelta a tu posición… no podís decir a una persona “no tomís agua porque no no más”… son personas así, que no tienen ningún nivel de respeto por la gente para entregarle una explicación coherente, para informarle porque se hizo tal cosa o no. Ese ambiente que hay ahí no me es grato para trabajar, no estai cómodo… con los colegas al contrario es bastante bueno, la verdad es que entre los pares el ambiente es relajado, hay mucha gente joven, el rango de edad de los vendedores va de los 25 a los 48 años, nos llevamos bien, de repente nos juntamos… el ambiente se enrarece cuando aparecen los jefes, los gerentes y empiezan a poner esta especie de sistema como de “administración de latifundio”. Tratándote con prepotencia, con presión van a querer que la gente trabaje más y mejor. Así que hay un problema endémico que viene de arriba, tenemos un gerente general nefasto.
Mi trabajo me gusta, pero…
Este trabajo, cuando le llevai el punto, el ritmo, no me desagrada…tiene sus momentos buenos… a veces estai bien motivado porque tienes hartas cosas que hacer, y tenís otros momentos en que te da ganas de cambiarte, de cambiar de rubro, de cambiar de empresa.
En general, no es mi idea quedarme ahí. Yo soy agradecido a la empresa porque igual llevo mucho tiempo y muchas de las cosas que he podido adquirir y mejorar en la calidad de mi vida las he conseguido aquí. Ahora, obviamente la empresa no me ha regalado nada, lo que me ha pagado me lo he ganado, o sea, no es que me han dicho “tome, aquí está un regalo” y todos los meses tenís tanta plata: están pagando por un trabajo no más.
La empresa es bastante buena, pero hay gente que la echa a perder, echa perder el ambiente laboral, te miente en tu cara, te dice que va a hacer ciertas cosas y nunca lo hace. Por ejemplo a nosotros los vendedores hace un par de años atrás se nos impuso un sistema de remuneración bastante poco claro, muy turbio, y nunca la empresa nos informó para decirnos efectivamente cómo opera: nadie tiene claro cómo es…
Nosotros vendemos un proyecto y se nos paga obviamente cuando el proyecto se cierra… por lo general, en el caso de un proyecto de telefonía que por ejemplo sale 20 UF, me pagan la mitad cuando “se cierra”, o sea cuando el cliente firma el contrato y cuando se implementa el proyecto y entra a funcionar, “se activa” como alguien dice, me pagan la otra mitad. Eso es lo que me pagan en telefonía. Distinto es el caso cuando vendemos un proyecto de “datos”: aquí el tema es distinto, o sea es todo un desorden y nunca se nos ha dado una información coherente. Nosotros vendemos de repente “redes de datos” o “enlaces de datos”, y si yo vendo un enlace de datos que cuesta 10 UF estos tipos me pagan 5, no 10. ¿Por qué? Nadie lo sabe, nunca lo han dicho. Si lo vendo en 10 mi comisión debería ser 10, o sea, es lo lógico. Pero me pagan la mitad no más y además le ponen un tope de 20 UF, es decir, si yo te vendo un proyecto de 60 UF en una red de datos, como he hecho varias veces, lo máximo que puedo yo ganar son 20 UF… una situación anómala. Además que estai cerrando un negocio a 3 o 4 años, o sea, el nivel de ganancia que agarra la empresa es muy grande. Entonces que te paguen 20 UF por un negocio que tú cerraste, y que valía 60 o 80 UF no parece justo.
En internet lo mismo: te pagan cuando el tema esté “instalado”. Y bueno mucho de esto, de lo que se nos paga, yo diría el 70% son como condiciones de palabra que la empresa tiene contigo, no están en tu contrato, son como que “no, no te preocupes yo te voy a pagar no te preocupes” y como no están en ningún papel, a veces te las pagan bien y a veces te las pagan mal, y cuando te las pagan mal y uno va ahí a reclamar… “es que no, es que ahora se paga así”, “chucha pero si el mes pasado lo pagai de otra forma” “no es que ahora se paga así”, y se acaba la weá… y siempre te mienten y te engrupen… entonces no hay ninguna claridad. El mecanismo que está atrás sigue siendo una maquina indescifrable, una especie de motor sellado por todos lados, no tenís por donde mirarlo, esa weá sigue siendo un área turbia, rara…
La vocación
Llegué a este trabajo por un contacto, no tenía la misión de ser vendedor. Estudié de hecho otra carrera que se llama Comunicación social con mención en producción audiovisual, y algo de experiencia agarré en eso: estudié, terminé la carrera y me dediqué mucho de forma independiente a trabajar el tema artístico y ligado principalmente al tema musical. Yo como ideal de vocación me siento más músico que nada, toco, toco hace mucho tiempo. Guitarra y bajo son los instrumentos que más toco… desde chico me gustó y empecé a tocar guitarra y aprendí, y luego me compré un bajo eléctrico, luego mi guitarra eléctrica y armamos alguna banda y ahí empezó mi carrera musical por así decirlo, de forma autodidacta.
En términos de géneros musicales yo soy super abierto a escuchar de todo y me gusta toda la música, tengo en la casa mi colección personal y ahí puedes escuchar desde un rock pesado, un heavy metal de buena calidad, hasta un jazz o folclor céltico… no me cierro a ningún estilo.
Cuando partí haciendo música, partimos tocando fusión con unos amigos, y hacíamos temas instrumentales: en el grupo había flauta traversa, violín, bajo guitarra, batería, percusión. Ese grupo se llamaba “la Barca de Caronte”, era el año ‘90 más o menos. No me acuerdo cuantos grupos tuve, de repente hacíamos tríos, cuartetos, siempre ligados al rock, mezclándolo con algunas cosas. Anduve haciendo un grupo de cover donde tocábamos rock latino, tenía un grupito de amigos donde tocábamos temas de los Beatles, tuvimos también un grupo de cover de Elvis… Haciendo música estaba en la tele, estaba en la radio, he grabado discos… mi interés era darle una continuidad, pero el medio aquí en Chile es muy complicado entonces cuesta, cuesta salir y mantenerse y vivir de la música propia. Aquí en Chile no existe un circuito musical que permita que te dediques 100% a eso, y que además generes lucas como para poder mantener una familia y mantener un cierto nivel que te permita tener tu vida “solucionada”, no es como Argentina o Brasil, no son muchos los apoyos para los grupos de parte de los medios, y el mercado es muy chico, entonces… siempre ha sido y sigue siendo un tema muy inestable.
Con esta banda cover de Elvis, por ejemplo, aparecimos en la tele, muchas tocatas pagadas en discoteques, en aniversarios, recitales propios que iban a algunos teatros; con un grupo de rock progresivo que se llamaba “Chilensis” grabamos una producción. Fuimos a la tele a concursar en un programa de nuevos talentos que se llamaba “Cuánto vale el show” y fuimos a probar por probar no más poh y nos seleccionaron: resulta que no nos fue mal, ganamos y ahí nos dieron como premio de grabar un demo en un estudio profesional, lo grabamos, lo llevamos a la Radio Futuro y la Radio Futuro lo tocaba mucho, hasta grabamos un videoclip… otro grupo con el cual tuve más periplos, más apariciones, más movimientos fue un grupo ska-punk que se llamaba “Los revolucionarios”. Tocamos harto con ese grupo… tuvimos tocatas con músicos importantes de esa época, con Joe Vasconcellos, con Gondwana, Los Peores de Chile… viajamos fuera de Santiago, fuimos muchas veces a la tele, radio, un poco de prensa, grabamos un disco.
Yo compongo piezas instrumentales, canciones… tengo una pila de canciones ahí, arrumbadas, mucha de las cuales grabamos en demo, hicimos con grupos, pero quedaron ahí… tuvieron una limitada difusión. Si la música me hubiera dado más de lo que me dio yo estaría en eso. Le di harto… yo soy un melómano, escucho música y soy feliz poh, escuchando esto y aquello y cachando, viendo, me gusta… eso es lo mío.
El “Fomento de Organización Comunitaria y Artística”
Asociado a eso, hice producción de eventos que también es un tema que me gusta, pero que requiere un nivel de trabajo más fuerte a veces porque es de mayor responsabilidad. Hace un tiempo de hecho hicimos una organización juvenil que se llamaba “Fomento de Organización Comunitaria y Artística”, FOCA: teníamos una casona en Cueto, por ahí, donde también teníamos una sala de ensayos. Con ese organismo sacamos personalidad jurídica y participamos en proyectos culturales en la Municipalidad de Santiago y nos ganamos varios fondos, y con esos fondos por ejemplo impulsábamos a bandas musicales jóvenes, apadrinamos bandas, por así decirlo: hacíamos como un casting, escogíamos a las que sonaban mejor, y el primer año les pagamos salas de ensayos para que ensayaran gratis y finalizamos todo con un evento. El segundo año pescábamos las mismas bandas y grabamos un cassette.
Era el año 1997 y la organización terminó en 2004. No seguí porque era harta pega y además estaba ya trabajando acá en Telesat. Esta cosa del FOCA… son cosas muy gratas cuando tenís harto tiempo y te da… porque además se supone que son recursos que están entregados no con fines de lucro sino que para invertirlos en un proyecto por lo tanto de ahí tú no puedes sacar nada que te permita vivir y pagar otras cosas, son proyectos sociales enfocados al área de la juventud… muchas de estas cosas las hacía cuando ya estaba trabajando acá en Telesat por lo tanto, hacer dos cosas… no tenís mucho tiempo, el desgaste era más grande…
Los caminos no recorridos de Chile
Si ahora me preguntaran: “¿Te gustaría trabajar en una organización social, o en una Fundación, o en una Municipalidad en el área social y de proyectos?” me encantaría… si pudiera generar obviamente las lucas que se necesitan para vivir tranquilos… siempre he pensado que me gustaría trabajar en cosas donde se puedan hacer cosas para la gente, ayudar a mejorar la vida de las personas: me ha llamado por ejemplo la atención lo de trabajar en un Municipio porque un Municipio no es otra cosa que administrar los recursos de una Comuna para a su vez generar proyectos de mejora de los vecinos… yo estudié un poco eso… ser un comunicador social significa muchas cosas, pero sobre todo tiene que ver con el ámbito de la comunicación y con el tener la posibilidad de intervenir los mensajes que le vai a mandar a las personas, tratar de darle contenido a eso, un contenido positivo. No me interesa terminar trabajando en un programa de farándula donde están preocupados si Juanito Perez se tiró un peo o pueda llegar a las 4 de la mañana curado… lo encuentro lo peor de lo peor, o sea, estudiar para hacer esa weá.
Pero sí si tu trabajai en un equipo para producir un programa que tenga sentido: reportajes, programas donde se rescata la vida cultural y local a lo largo de Chile, documentales, revistas con un cierto nivel de contenido… todo eso para entregar un mensaje de calidad, que a la gente le llegue y le sirva, y que a lo mejor le haga un clic y le abrai una ventanita… porque muchas veces la gente no sabe lo que hay a la vuelta de la esquina porque nunca nadie lo ha llevado a la esquina… hay gente que tenís que mostrarle un mundo distinto y a veces esa persona en ese momento va a cambiar su perspectiva y va a decir “puta, no sabía que era así” o “mira que entretenido, era lo que andaba buscando pero no lo sabía”… eso puede mejorar la persona.
Tengo la convicción de que el nivel general del ciudadano chileno es bastante pobre, no hay interés en que las personas desarrollen ese lado, por eso el tema de la Municipalidad es muy importante… lo que hacíamos con FOCA eran justamente proyectos culturales para tratar de generar esa instancia. Acá el nivel cultural es bajo: prender la tele es casi un suicidio mental, es como un atentado a la inteligencia de las personas, yo prendo la tele y me da pena… y tu das vuelta a la perilla en todos los canales tenís las mismas weás… internet abrió de alguna manera una puerta para poder salirse de eso, pero al mismo tiempo internet tiene su lado bueno y su lado malo, tenís de todo es demasiado amplio. Lo cierto es que falta mucho eso… generar una instancia en que la gente no le dé tanto color a lo superficial, a las cosas banales, al tema de los cahuines.
Es una pega que ningún gobierno ha hecho desde que se instaló la democracia… se entregan recursos, eso sí, el Fondart, Corfo, el Ministerio de Cultura pero son entregas de recursos para que tú puedas generarlos: no hay el fomento de instancias culturales propiamente tal. Creo que las Municipalidades son las que se mueven más en ese sentido… y hay Municipalidades que hacen y otras que no hacen: que hayan talleres donde sin pagar la gente pueda aprender a hacer música, tocar la guitarra, y al final la gente pueda subirse a un escenario…
Yo personalmente tengo ya la vida media hecha, estoy enfocado a lo laboral y a lo domestico, estoy casado, tengo una hija, pero estoy convencido de que hay que estimular a los jóvenes: los cabros chicos tienen tiempo para pensar en un proyecto, crecer, jugársela por algo. Creo que es válido que la gente joven busque, porque de repente en 10 años más puedan vivir de eso… uno espera que ojalá la gente pueda dedicarse a lo que le gusta y vivir de eso… ideal sería que la gente pueda tener clara la película porque son esas mismas personas que pueden ir cambiando el escenario en la medida que lo van haciendo, abriendo el abanico para que se vaya fomentando y cimentando…
Hay que cimentar… aquí en Chile hay muchos caminos no recorridos, que son de tierra todavía: falta mucho para que la gente los conozca más y a su vez con el tiempo se vayan pavimentando y se vayan perfeccionando.
En general somos un país que tuvimos 17 años de dictadura y entonces nadie venía pa’cá… claro, teníamos un milico al gobierno, y eso cagó el circuito cultural… toque de queda, persecución en las calles… antes había más movimiento artístico, había donde ir, había más vida bohemia, cantantes chilenos, la radio, se hacían muchas cosas en vivo, el Caupolicán se re llenaba… cuando llegaron los milicos, los milicos borraron del mapa todo lo que había… con ese nivel de represión todo lo que se iba desarrollando no tuvo la posibilidad de madurar, como cuando cortai una fruta verde...