Publicada el 15 de junio de 2024 en Radio Universidad de Chile
El economista de Fundación Sol explicó además que aunque aumentara la PGU a 250 mil pesos y se aprobara el 6% para ahorro colectivo, sólo se aminoraría la crisis, pues todavía más de la mitad de las jubilaciones no podrían superar el sueldo mínimo.
“La reforma previsional es un imperativo ético, moral, necesario e indispensable“, dijo la ministra del Trabajo y Previsión Social, Jeannette Jara, quien desde Ginebra hizo un llamado a los parlamentarios para que avance la discusión del proyecto de ley que se encuentra en la Comisión del Trabajo del Senado.
En el marco de este debate, el economista e investigador de la Fundación Sol, Marco Kremerman, sostuvo que hay que diferenciar la propuesta que se está discutiendo con la inicial, pues pese a que el Gobierno no ha hecho formalmente ninguna indicación, sí se ha allanado, por ejemplo, “a distribuir el 6% de cotización adicional en tres puntos a cuentas individuales y tres puntos a ahorro colectivo, que es algo bien distinto a lo que plantea originalmente del 6% de ahorro colectivo”.
En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, el investigador de Fundación Sol afirmó sobre la discusión legislativa que “lo que sucede con la clase política es que tienen una negociación en base a sus ideas, pero en este momento sus ideas o sus defensas corporativas no se ajustan a las necesidades materiales de las personas jubiladas“.
“Entonces, se escucha mucho que no hay piso para negociar esto, que no hay para acordar lo otro, pero lo que va a suceder es que con lo que se está negociando las pensiones van a subir de manera marginal y eso va a generar un problema, porque con la PGU, que está sobre los 214 mil pesos y que ya cubre a casi el 90% de los adultos mayores, tenemos a más del 70% de las pensiones por debajo del salario mínimo”, enfatizó.
En ese sentido, Kremerman aseveró que “incluso si es que se llevara la PGU a 250 mil pesos y si se llegara aprobar el 6% de ahorro colectivo con las mejoras que el Ejecutivo proponía originalmente, todavía más de la mitad de las pensiones, según estimaciones del propio Gobierno, seguirían por debajo del salario mínimo“.
“Entonces, tenemos un problema grande que no se va a solucionar con más de lo mismo, que no se va solucionar con crear un mini sistema mixto dónde en el pilar contributivo aparezca un pequeño seguro social obligatorio“, recalcó.
Frente a la consulta de si esta reforma previsional es consistente para solucionar el problema de la crisis de las pensiones en Chile, el investigador de Fundación Sol explicó que “veo que se puede aminorar, siempre y cuando, los seis puntos vayan a capitalización colectiva“.
Sin embargo, aclaró que con estos seis puntos “las pensiones podrían mejorar, pero no necesariamente sacarnos de la crisis”.
“Al parecer, en términos políticos, esa propuesta esta obsoleta. Eso es más preocupante aún, porque el Gobierno ya planteó la posibilidad de allanarse a un 3% de ahorro colectivo solidario, lo que indica que desde la oposición no van a llegar a ese guarismo”, comentó el economista.
Y señaló que “como máximo van a llegar a dos puntos a ahorro colectivo solidario y con eso es muy poco lo que se puede hacer. Vamos a seguir teniendo un sistema extremo“.
La experiencia comparada: “En Chile estamos al revés”
“Hoy los sistemas de pensiones en el mundo están en tensión“, aseguró Marco Kremerman y explicó que “no solo hoy, sino que hace algunos años. Esto tiene que ver con dos factores principalmente: con las crisis económicas y financieras, que se han producido en los últimos años de manera más seguida, y fundamentalmente por los cambios demográficos“.
De esta forma, el economista e investigador dijo que “lo que se ve es que hay un piso mínimo, que es una pensión no contributiva financiada con impuestos generales que podrían ser equivalentes a una PGU en Chile, pero con montos que en países de ingresos medios y medios altos, a los que está aspirando Chile, son valores que efectivamente aseguran una suficiencia”.
“Tenemos entonces este pilar inicial no contributivo financiado con impuestos generales (…) Después existe en casi todos los países un pilar uno, que es el seguro social obligatorio, que tiene la lógica solidaria intergeneracional, que opera bajo un sistema de reparto, vale decir, que con las cotizaciones de los trabajadores activos se pagan a los jubilados y que tiene protecciones para enfrentar los cambios demográficos y ese resguardo se llama la capitalización colectiva“, añadió.
Kremerman detalló que luego “la OIT considera que después puede venir un siguiente pilar contributivo, que es muy importante, que en general puede ser voluntario, que tendría una lógica privada y de cuentas individuales, el que es para complementar, por eso no va en los cimientos del edificio, sino que en los siguientes pisos más arriba, para complementar”.
No obstante, en nuestro país “estamos al revés”, afirmó el investigador. “Estamos recién construyendo el pilar cero de carácter universal, que es esta pensión no contributiva vía PGU con un monto todavía insuficiente y no tenemos pilar uno. El edificio no tiene el pilar central que es el seguro social obligatorio y tiene un pilar dos que es gigante, que hoy tiene 10%, más comisión, más seguro de invalidez y sobrevivencia. Y es al que se le quiere agregar ahora, al menos, tres puntos adicionales, entonces, así los edificios se caen, no funcionan”, sentenció.
Así, el economista concluyó que “salvo algunos países que basan sus sistemas de pensiones en la negociación colectiva por rama, en planes ocupacionales donde los trabajadores directamente logran acuerdos con los empleadores y donde no habría este seguro social público, como Holanda o Dinamarca, en general, la mayoría de los países tienen este pilar público robusto que en Chile recién se quiere reconstituir, pero con porcentajes marginales de un 2% o a lo sumo un 3%“.