Para Durán el gobierno no debería ser tan entusiasta a la hora de presentar las nuevas cifras de desempleo -que este mes llegó a un 6,4%-, ya que un análisis más exhaustivo muestra que 591.000 personas están subempleadas, es decir, trabajan menos de 30 horas de manera involuntaria. “Hoy en Chile, más de 1.110.000 están sin trabajo o subempleadas” explica el economista.
Según Durán, desde el año 2009 y como un requisito de la OECD “nuestro país utiliza uno de los instrumentos más avanzados a nivel mundial para medir la situación del empleo, con una inversión de $1.500 millones al año”. Sin embargo, de acuerdo al economista hay que ser cautelosos a la hora de interpretar los resultados. “Por ejemplo, en la antigua encuesta, si una persona trabajaba 15 horas y estudiaba 30, aparecía como una persona no ocupada, o inactiva. En la actual encuesta, esa misma persona, aunque trabajara 5 horas y estudiara 40, aparece como ocupado”. De esta forma, personas que trabajan sólo 1 hora a la semana, no aparecen dentro de las cifras de desempleo.
Si bien, el porcentaje de personas desempleadas baja y la tasa de desempleo se ubica en un 6,4%, no pasa lo mismo con el porcentaje de subempleados. Esta situación merece especial atención pues, según Durán, “el elevado subempleo puede estar cubriendo y absorbiendo al desempleo, en otras palabras, hay un grupo considerable de personas que, trabajando muy pocas horas a la semana, no se encuentran plenamente ocupadas sino más cercanas al desempleo”. El economista destacó además que “el subempleo como porcentaje de los trabajadores de tiempo parcial se ha mantenido prácticamente inalterado. De hecho mientras hoy es un 56,2%, hace 12 meses (Diciembre – Febrero 2011) era 56,1%”.
“Para Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía, no cabe hablar de pleno empleo si para ello el análisis se basa sólo en observar la cuantía de desempleados; el pleno empleo se refiere a una situación de ‘cero desempleo involuntario’. Ello también quiere decir, ‘cero empleo de tiempo parcial involuntario o subempleo’. Es por esa razón, que – sobre todo en países en desarrollo – la meta del pleno empleo, debe concebirse como un objetivo dual: reducir el desempleo y al mismo tiempo reducir el subempleo” explica Durán.
Para el economista, caer en un análisis que no considere el subempleo como un problema social, otorga una visión distorsionada de la realidad del país. “Un ejemplo es lo que sucede en países como Ruanda, una de las naciones más pobres del mundo, dónde si bien la tasa de desempleo bordea el 1%, tienen como moneda de cambio un desempleo clandestino e informal por sobre el 60% que se oculta en el subempleo. En estos casos, difícilmente se puede hablar de pleno empleo”.
El actual nivel de subempleo que existe en Chile, considerado un indicador de sub-utilización recomendado por Naciones Unidas tiene un costo económico para el país de al menos US$4.500 millones de dólares, lo que representa cerca de un 2% del PIB.
Publicado en El Ciudadano