[caption id="attachment_10295" align="aligncenter" width="550"] Fotografía de Loestamosgrabando[/caption]
El planteamiento aceptado por políticos de todos los sectores es que el país carece de suficientes recursos económicos para impulsar medidas de desarrollo mientras que la economía no crezca más rápido. Pero ¿es Chile un país tan pobre?
Publicado en Diario U.Chile el 30 de junio de 2017
Desde 2013 el crecimiento económico del país se ha desacelerado. La menor expansión del Producto Interno Bruto ha sido la excusa perfecta del empresariado y la derecha para decir que Chile no tiene plata suficiente como para invertir en el desarrollo social.
Ante propuestas como construir una red de trenes o edificar más hospitales, la respuesta inevitable de los sectores más pudientes y, muchas veces, del propio gobierno ha sido una sola: el país no tiene esa plata, no al menos mientras la economía no crezca a tasas mayores.
Detrás de esta postura está lo que en los años ochenta se llamó la “teoría del chorreo”. Esta sostenía que los avances sociales sólo se daban en medida que una economía creciera lo suficiente como para que toda esa plata “chorreara” lentamente desde las cúpulas de la sociedad al resto de la población.
Con ese diagnóstico instalado como verdad desde hace tres décadas, gran parte de las promesas electorales de este año coinciden en reactivar el crecimiento económico. Sólo aumentando el PIB, dice esta creencia, se llegará a mayores niveles de prosperidad para toda la población.
Pero, ¿es cierto que Chile no tiene dinero? ¿Es cierto que si no se acelera el crecimiento económico no hay recursos para políticas sociales? Varios economistas plantean lo contrario.
Incluso si uno toma una medida tradicional de la riqueza de un país, como lo es el PIB per cápita, Chile debería ser un país rico. Actualmente este supera los US$ 20.000. “Desde ese punto de vista somos uno de los países más ricos de América Latina”, afirma Alexander Páez, investigador de la Fundación Sol. Países con ingresos similares cuentan con un sistema social más avanzado que Chile. Claro que la desigual distribución de estos ingresos hace que Chile todavía sea en muchos aspectos “tercermundista”.
Actualmente, Chile es un país bastante rico si uno toma en cuenta los enormes recursos que están custodiados por las AFP, el fondo soberano depositado en bancos extranjeros y los recursos de la Ley Reservada del Cobre. Recursos que pertenecen a todos los chilenos pero que favorecen principalmente a algunos sectores, como a las grandes empresas en el caso de las platas de pensiones, o a las fuerzas armadas en el caso de los dineros estatales del cobre.
Esos dineros servirían, por ejemplo, para invertir en obras sociales de largo plazo, como la reforma a la educación, o bien, un cambio en el sistema de jubilación. Todo se resume en una decisión política: ¿opta el país por invertir en este tipo de obras o se privilegian los números macroeconómicos de corto plazo?