En este informe específicamente, se destaca que:
· Las particulares características del modelo de desarrollo chileno y sus problemas estructurales, nos obligan a revisar otro tipo de indicadores, ya que cuando crece el PIB, se benefician principalmente los grupos más privilegiados de la sociedad y que tienen mayores cuotas de poder. En Chile, mayor crecimiento económico o una menor tasa de desempleo oficial, no asegura mejores condiciones de vida para todos sus habitantes. Los aspectos cualitativos pasan a ser fundamentales, tal como se puede observar en la discusión que está llevando el Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz en Estados Unidos.
· Siguiendo esa lógica y utilizando los datos de la Nueva Encuesta de Empleo (NENE), la Fundación SOL calculó la “tasa de desempleo integral”. Esta contabiliza más de un millón de personas desempleadas en Chile. Al incluir el desempleo oculto y el desempleo por subempleo, los desocupados aumentan en un 74% y la tasa de desempleo se sitúa en un 12,1%, mucho más del 7,3% registrado por el Gobierno. Además, indica que son las mujeres las que se han incorporado más precariamente a la fuerza de trabajo y que la recuperación en las regiones más afectadas por el terremoto y tsunami (Maule, Bío-Bío y Araucanía), se basa fundamentalmente en mayor subempleo. Específicamente en La Araucanía la TDI alcanza el 17%, casi 9 puntos porcentuales más alta que la tasa oficial.
· Se entrega evidencia de que casi 5 de cada 10 empleos creados durante los primeros once meses de 2010 son trabajos “por cuenta propia”, “personal de servicio doméstico” o “familiar no remunerado”, es decir, que no están vinculados necesariamente a políticas o planes de empleo del gobierno y que no están cubiertos por los sistemas de protección clásicos del trabajo.
· Los asalariados han aumentado en 222 mil, lo que representa un 46% de los 476 mil nuevos empleos creados entre enero-marzo 2010 y noviembre 2010-enero 2011. Si bien, esto representa un mayor porcentaje de lo observado en mediciones anteriores, todavía sigue siendo una cifra baja, considerando que el total de ocupados asalariados representa el 70% de la fuerza de trabajo ocupada en Chile. Además, el 53% de los nuevos empleos asalariados corresponde a la modalidad de servicios transitorios y suministro de personal, lo cual es una señal de mayor precarización e inestabilidad en el mundo del trabajo.
· Todo lo anterior, lleva a la Fundación SOL a concluir que es fundamental para 2011 iniciar un debate sobre la calidad del empleo en Chile. Las autoridades, más que felicitarse por la creación de nuevos puestos de trabajo mes a mes, debiesen referirse y analizar las características de esos empleos. El desempleo no se derrota con trabajos ocasionales. No es lo mismo trabajar dos o tres horas a la semana que tener un contrato de trabajo bajo jornada completa y con cotizaciones previsionales al día.
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