Publicado por La Política Online (Argentina), el 16 de diciembre de 2017.
El final de la campaña para la segunda vuelta electoral en Chile quedó marcado por la polémica sobre los créditos subsidiados para los estudiantes universitarios, un tema álgido de por sí y que sumó cruces luego de que el candidato oficialista Alejandro Guiller prometiera una masiva condonación de deudas, una propuesta que cuestionaron incluso desde su espacio.
Los Créditos con Aval del Estado (CAE) son una herramienta creada durante el gobierno de Ricardo Lagos (2000-2006) para tratar de poner un parche al serio problema del altísimo costo de la educación universitaria. Pero con el correr de los años, y tras una primera rebaja de la tasa de interés por las protestas de 2011 (de 5,8% a 2%), hoy en día las deudas contraídas con los CAE son fenomenales y se han convertido en un problema social serio, aunque desde que se pusieron en marcha las matrículas universitarias crecieron ampliamente.
"Estos créditos son la forma que eligió el Estado chileno para masificar la matricula en la educación superior, que ha crecido enormemente desde 2006, hoy día hay más de 1.200.000 matriculados. Pero también han ayudado a que se expanda la matricula en la educación privada, en algunos casos se multiplicó por dos o por tres. Solo el 15 por ciento de la matrícula es de universidades públicas", explica a LPO el economista Marco Kremerman.
"Una de las principales razones del aumento de la mercantilización de la educación son estos créditos. La universidad pública pierde protagonismo y crece el negocio de las privadas", agrega Kremerman, investigador de la Fundación Sol.
Según las estimaciones, unos 850 mil estudiantes chilenos suscribieron estos créditos y la deuda total es de algo más de 8.250 millones de dólares, algo más de tres puntos del PBI de Chile. El Estado ya le compró a los bancos más de la mitad de esa deuda, pero las entidades privadas aún tienen por cobrarle unos 3.150 millones de dólares a los estudiantes.
Kremerman dice que cerca del 40% de los alumnos no pueden pagar sus deudas. "El nivel de endeudamiento muy grande porque los jóvenes no tienen otra herramienta para acceder a la educación, pero esto también limita su libertad para estudiar", explica. Según sus cálculos, un alumno que termina una carrera de 5 años puede adeudar no menos de 10 millones de chilenos, unos 275 mil pesos argentinos.
El economista añade que otro problema de los CAE es que para atraer a los bancos el Estado se comprometió en su momento a recomprar el 25% de los créditos con un sobreprecio del 6%, lo que ya de por sí era polémico. Pero lo que terminó sucediendo fue que recompró la mitad de los créditos y con un sobreprecio del 27%.
La polémica
El tema de los CAE se ubicó en el centro del debate a partir de la sorprendente elección que hizo en primera vuelta el Frente Amplio, una agrupación surgida de las protestas universitarias. Con el 20% que obtuvo el FA en noviembre, Guillier y Sebastián Piñera salieron a la caza de sus votos y centraron sus promesas en la educación. El ex presidente incluso prometió gratuidad de la educación universitaria, lo que generó cortocircuitos en su espacio.
En el último debate y con la necesidad de conseguir el apoyo de los líderes del FA (lo dieron tímidamente en los últimos días, pero sin un llamado a sus seguidores a votarlo), Guillier aceleró las promesas y habló de condonar las deudas de los CAE al 40% más pobre (mientras que Piñera habló de bajar la tasa de interés). Pero lejos de conseguir su objetivo, no hizo más generar ruido incluso con sus socios de la Nueva Mayoría y con funcionarios del gabinete de Bachelet.
Desde la derecha, le cuestionaron la suma de promesas y aseguran que su programa de gobierno ya suma 40 mil millones de dólares, algo que el entorno de Guillier desmiente. Sostiene que el costo es de 10 mil millones y se le sumarían unos 400 millones más por año.
La crítica, incluso, llegó desde el propio oficialismo, que en los últimos tiempos eludió presiones sobre este tema (principalmente surgidas del FA) amparándose en el costo fiscal. El actual ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre, salió a aclarar que la única forma sería hacerlo de manera gradual.
En la otra vereda, el Frente Amplio sigue reclamando que se condone la totalidad de la deuda, por lo que la promesa de Guillier también fue cuestionada. "Ha habido demasiadas contradicciones en ese tema, y claramente fue una declaración bajo una presión que estaba tratando de evadir. Creo que tenemos motivos fundados para ser escépticos", declaró Gabriel Boric, uno de los líderes del movimiento.
Ante la consulta de LPO, Kremerman destaca que aunque no comparte la propuesta de Guillier, "abre la discusión de la condonación de deudas", lo que considera necesario porque en Chile ya está bastante extendida la idea de que la educación es un derecho y debe ser gratuita.
La estrategia de Guillier es clara y hasta último momento intentará seducir el voto de los estudiantes. Este domingo, apenas abran los comicios, desayunará con un universitario beneficiado por la gratuidad.