Columna de opinión publicada el 1 de agosto 2011 en Red Seca
Por Gonzalo Durán, investigador Fundación SOL
En el Chile de 1960, un entonces joven Ricardo Lagos Escobar llegaba a ser calificado como el “Mozart de la Economía” al denunciar, con tono sagaz, la concentración del poder económico en manos de unos pocos grupos empresariales. El entonces “Mozart” era categórico: su postura no iba con la concentración del poder. Así lo expresaba en su publicación “La concentración del poder económico. Su teoría. Realidad chilena”. En dicho texto el autor nos hace ver, entre otras cosas, que en su opinión los directorios entrelazados son un elemento fundamental en las estrategias de concentración económica.
“…La importancia que tiene el director de una sociedad anónima se ve acrecentada enormemente cuando este mismo director lo es también de otra sociedad anónima. Y los “Directorios Entrelazados” son eso: directorios de sociedades anónimas diversas que tienen uno o más directores en común. De esta manera el estudio de los directorios de las sociedades anónimas de un país y el análisis de los personeros que en ellos se repiten es un cálculo científico que nos indica el grado de concentración de una economía” [Lagos (1960), pp.57].
Vale la pena realizar un pequeño repaso sobre la teoría económica de los grupos económicos, el hábitat por definición de los directorios entrelazados. El primer hito en la literatura de los grupos empresariales[1] se le debe al trabajo “inédito” de Leff (1978) y Leff (1979). En el primer artículo Nathaniel H. Leff analiza las causas de la estructura de un grupo empresarial y presenta los efectos positivos en el funcionamiento de las economías menos desarrolladas. Entre dichos efectos se encuentran la disminución de costos por la vía de lograr escalas eficientes de producción y de aumentar los márgenes a través de la utilización de economías de ámbito[2]; la protección contra los riesgos de la incertidumbre, de la inestabilidad, y de cambios estructurales rápidos, comunes en economía poco desarrolladas, a través de la diversificación en distintas actividades; y la construcción de un piso financiero al interior del grupo. Respecto a esto último, lo que expone Leff es que una empresa que pertenece al grupo económico puede obtener financiamiento al interior del mismo mediante un proceso de redistribución de utilidades; esto es, puede usar las utilidades provenientes de un mercado para financiar las pérdidas de otro mercado. La misma idea es más desarrollada por George et al (2004)[3]. Finalmente también vale la pena considerar el efecto en los costos, éstos disminuirían vía integración vertical, free riding[4], etc.
Bastaría un año para que Leff se diera cuenta que también existen efectos negativos. Así, en un segundo documento, Leff (1979) identifica tales efectos, expresados en diversas distorsiones sociales, políticas y económicas que surgen del poder de mercado que tienen los grupos económicos. Estas distorsiones son: exceso de poder político, concentración de la riqueza y de los ingresos, pérdida de competencia e influencia en los estilos de desarrollo. La falta de competencia, por su parte, lleva a problemas tales como la asignación ineficiente de los recursos, menor producción, menor cantidad de empleo, incremento en el uso de tecnologías intensivas en capital en detrimento de la contratación de mano de obra. Nathaniel Leff se refiere a las “ineficiencias x”. Lo que Lagos critica en 1960 es, en la obra de Leff, una ineficiencia x.
Curiosamente sería durante la Presidencia de Lagos cuando más se concentró la riqueza (Claude, 2007); sin embargo, ello no le restar importancia analítica a su planteo de juventud. Hoy, a más de 50 años de la contribución de Lagos, la realidad de nuestro entorno empresarial es atractiva de analizar según sus propios argumentos. El paisaje no ha variado mucho; los Luksic, los Angelini y los Matte siguen teniendo el mismo status que gozaban en los sesenta, pero a ellos se ha sumado un nuevo actor, el grupo económico Cencosud, cuyas marcas más conocidas son Jumbo, Santa Isabel, Paris e Easy. Su cabeza, Horst Paulmann, se ubica según el último ranking de fortunas Forbes en el segundo lugar para Chile, con una riqueza de 10,5 billones de dólares. En este grupo económico, así como en los ya mencionados, los directorios entrelazados –y las gerencias entrelazadas– más que la excepción son la norma. Este tipo de políticas, como develó nuestro ex-Presidente, tienen efectos notables sobre la negociación colectiva. Veamos:
Enfocándonos en los supermercados, el equipo de recursos humanos (Jefe y Gerente principalmente) que negocia con las distintas razones sociales de Jumbo, es la misma comisión negociadora que se presenta con los RUTS de Santa Isabel. De este modo, según declaraciones de los propios involucrados “una semana es Jumbo y la otra puede ser Santa Isabel Norte, o Santa Isabel Sur”. Este selecto grupo de personas (entre gerentes y jefes) poseen el control total de la situación financiera y pueden actuar de forma coordinada, es decir tomando decisiones con información privilegiada: conocen mejor que todos los números de la empresa y de los demás sindicatos, incluso de los sindicatos de las otras empresas del holding. Esta coordinación permite que –siguiendo a Nash y su teoría de juegos– el empresario saque la mejor parte y cumpla el cometido de la maximización de utilidades.
Al igual que en Cencosud, los grupos económicos que utilizan la figura del gerente y director entrelazado ofrecen sistemas de compensaciones a los representantes de la empresa –a este súper grupo negociador– en los cuales, mientras menos ganen los trabajadores, más ganarán ellos.
En este formato, la vasta experiencia acumulada por los negociadores de la empresa llega al punto en que la negociación colectiva adquiere la forma de un protocolo sencillo, surge entonces la figura del instrumento colectivo pre-fabricado, cuyo destino final es coordinar y controlar a un nivel máximo la negociación colectiva.
La práctica da resultados. Empresas como Cencosud, con miles de trabajadores/as, tienen mayor probabilidad de tener sindicatos fuertes capaces de detener la producción. Así, las probabilidades de que aparezca una presión salarial importante por parte del movimiento sindical son muy altas; por consiguiente, para minimizar los riesgos y abaratar costos como resultado de la negociación, el grupo empresarial –como revelaría nuestro Mozart– hará lo posible para concentrar las decisiones en las mismas personas. En la medida que se concentra el poder, se incrementan y concentran las ganancias. La magia está en la coordinación.
Veamos algunos datos. Entre 2009 y 2010 las compensaciones de gerentes y ejecutivos VIP crecieron en un 26%, mientras que las de los directores lo hicieron en un 61%. En lo que va del año 2011 el EBITDA, indicador que mide la capacidad que tiene la empresa para generar riqueza concentrándose en aspectos operacionales, ha crecido en un 15,5%. Este dato no es menor tomando en cuenta sus altos montos: el incremento del EBITDA significa cerca de 20 mil millones de pesos al primer trimestre del año 2011, quedando en 145 mil millones de pesos. Por otro lado, las ventas siguen al alza, con un aumento de 27,1%. Esto contrasta con el hecho que aún es posible detectar una vasta franja de trabajadores ganando poco más que el sueldo mínimo.
Este tipo de holdings y grupos económicos, acumulan rentas vía acción oligopólica. En este esquema, la acción sindical, coordinada y con mayor número de afiliados, es fundamental para contrarrestar el efecto “gerencia entrelazado”. En nomenclatura cepalina, se trata del sector moderno de la economía, en donde los sindicatos tienen el rol y la responsabilidad de crecer y arrebatar lo que por justicia les pertenece: esa parte de las ganancias que los directorios y cuerpos gerenciales se encargarán de no distribuir.
El Mozart develó el problema, pero cuando estuvo como primera autoridad del país, el fenómeno de los directorios entrelazados se radicalizó. Ahora, más que ayer, la tarea de revertir esta situación sigue en manos de los sindicatos.
Referencias
Claude, M (2007) “El Retorno de Fausto”, editorial LOM
George, R, Kabir, R y S. Douma (2004). “Business Groups and Profit Redistribution: A
Boon or Bane for Firms?” Tilburg University, Working Paper Nº 2004-124, Tilburg, Holanda.
Lagos, R (1960). “La Concentración del Poder Económico. Su Teoría. Realidad Chilena”, Editorial del Pacífico, S.A.” Santiago de Chile, 177 pp.
Leff, N. (1978). “Industrial Organization and Entrepreneurship in Developing Countries: The Economic Groups”, en Economic Development and Cultural Change 26(4).
Leff, N (1979). “Monopoly Capitalism and Public Policy in Developing Countries”, Kyklos¸ Vol. 32 (4).
Paredes, R y J.M. Sánchez (1996). “Organización Industrial y Grupos Económicos: El Caso De Chile” en Estabilización Macroeconómica, Reforma Estructural y Comportamiento Industrial, Jorge Katz, editor, Alianza Editorial, Bs. Aires, Argentina.
Sanfuentes, A (1984). “Los Grupos Económicos: Control y Políticas”, Colección de Estudios CIEPLAN, Nº 15.
Tarziján, J y R. Paredes (2001). “Organización Industrial Para la Estrategia Empresarial”, Prentice Hall
Información Financiera para Cencosud: Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) y Press Release Cencosud (www.cencosud.cl)
[1] Si bien Lagos (1960), como varios otros autores ya analizan la concentración del poder económico años antes, no fue sino hasta 1978 que se formalizó el tema a través de un artículo de difusión masiva.
[2] Tarziján y Paredes (2001) y Paredes y Sánchez (1996) hablan del traspaso de conocimientos y know how al interior de los clusters o las empresas que componen el grupo. Se trata de una ventaja que genera ahorros significativos.
[3] George, R, Kabir, R y S. Douma (2004).
[4] “Free Riding Vertical”, se refiere a generar externalidades positivas a nivel vertical, entre la cadena de producción. Por ejemplo con la publicidad.