Por Gonzalo Durán/Investigador Fundación SOL
Actualmente existen 602.180 desempleados en el país, son los denominados “desempleados clásicos” o “a tiempo total” y es la cifra oficial reconocida por el Gobierno. No obstante, en publicaciones anteriores hemos indicado que este indicador es pobre en relación a la situación real del desempleo en Chile, pues omite a los cerca de 370.000 desempleados “a tiempo parcial” (es decir, desempleados por “subempleo1”, que son personas dispuestas a trabajar tiempo completo pero que no encuentran esa opción) y omite también los 118.909 “desempleados ocultos” (o desempleados desanimados, que han detenido el proceso de búsqueda). Estos conceptos para el Gobierno no existen pero para la OIT y para la OECD sí, y debiesen tomarse acciones correctivas.
Con todo, considerando incluso esta definición ampliada (más de 1 millón de desempleados), cabe preguntarse si se agota la real magnitud del problema del desempleo, y lo cierto es que no. En esta columna se agregan elementos que permiten ir más allá.
Falta todavía el examen en perspectiva, considerando la situación de los niños/as que viven en hogares donde sus padres están desempleados/as.
Lo interesante de este tipo de análisis es que permite retratar de mejor manera el impacto y profundidad del desempleo en Chile. En efecto, no es lo mismo un desempleado solitario, que un desempleado que es jefe de hogar con hijos.
Los datos muestran que contrario al discurso oficial de una situación maravillosa en materia de empleo, la creación de puestos de trabajo se ha visto fuertemente opacada por el crecimiento de la tasa de desempleo a tiempo parcial. El saldo neto de la operación es negativo: a la fecha, la proporción de niños que dependen de trabajadores que no trabajan o que no trabajan lo suficiente (cuando quisieran ocuparse más) es la más alta desde que es posible medirla2.
Hoy, 1 de cada 5 niños depende de un padre o una madre desempleado/a (o subempleado/a). Esta proporción de niños que viven con padres desempleados, es la más alta registrada en los últimos 30 meses y todo indica que seguirá creciendo poniendo en serio riesgo a los hogares más vulnerables.
Sin pretender agotar el tema, estos niños hijos de desempleados, enfrentan ambientes familiares crudos, marcados por la inseguridad, la angustia y la escasez material, y sin duda verán bloqueadas sus posibilidades educativas, reproduciendo las desigualdades.
Ministros y autoridades más que felicitarse, deberían preocuparse por la delicada situación del desempleo a tiempo parcial, el desempleo oculto y la delicada condición de los niños con padres desempleados. Por supuesto, eso no debe leerse convenientemente como un llamado a la medida típica adoptada, a saber: sacrificar los derechos laborales y la calidad del trabajo para favorecer la contratación. Todo lo contrario, las cifras citadas hacen otra exigencia: crear trabajos, en base por ejemplo, a un fomento productivo real de las pymes y una política industrial (inexistente hoy) en el país, y además, hacer que los trabajos creados sean consistentes y robustos, es decir, seguros y con salarios dignos. Puesto en lenguaje simple ¡no más empleos de pacotilla!
[1] Desempleo a Tiempo Parcial o desempleo equivalente por sub-empleo: para calcularlo se considera que si una persona está subempleada, tendrá medio puesto de desempleo (es una medida de desempleo equivalente).
[2] Nota técnica: para elaborar los cruces, se ha trabajado con las bases de datos de la Nueva Encuesta Nacional de Empleo y se ha debido construir un identificador de hogares, para ello se ha utilizado la variable PARENTESCO y trabajado en STATA con el siguiente Do-File:
gen IdHogar=0
global j = 0
global i = 1
while $i <= _N {
if PARENTESCO[$i] == 1 {
global j = $j + 1
}
replace IdHogar = $j if _n == $i
global i = $i + 1
if $i > _N {
break
}
}
Fuente del Do File: Fundación SOL
Columna publicada en Blog de Gonzalo Durán en La Tercera.cl