Publicado en Diario La Hora el 7 de abril de 2017
El proyecto de ley que busca disminuir la jornada laboral es una medida que abre una discusión muy positiva para el país, pues Chile tiene una de las jornadas de trabajo más extensas a nivel internacional. Lo importante es tener una discusión profunda sobre cómo se fijan las horas de trabajo, cómo se negocian las jornadas. Y en esto se debe considerar una mayor participación de los sindicatos y de los trabajadores.
Hoy vemos que se han generado polarizaciones muy contradictorias en el mundo del empleo en Chile: han crecido tanto las jornadas excesivas como las jornadas muy cortas. En los últimos seis años, el promedio anual de crecimiento de las jornada de hasta 10 horas ha sido 5%. Una tasa similar de crecimiento han tenido las jornadas de entre 45 y 48 horas: para las mujeres 6,5% anual y para los hombre, 5,1% al año. Así reducir la jornada laboral no afectaría la creación de empleo en Chile, porque los trabajos que más se están ofreciendo en el último tiempo son justamente los de pocas horas. Ahora bien, sin duda tener jornada tan extensas genera un conflicto desde el punto de vista de la calidad de vida de las personas y no contribuye a que rindan lo que tienen que rendir.
Y eso afecta principalmente a las mujeres que al entrar al mundo laboral aportan a la economía, en promedio, 2 horas más de trabajo que los hombres, cada día. Esto, debido al trabajo doméstico que también les impide descansar.