Este lunes Fundación SOL expuso ante la Comisión de Trabajo y Previsión Social del Senado, en el marco de la discusión del proyecto de Reforma Laboral. “Esta propuesta carece de consistencia y no hace un reconocimiento efectivo de la Libertad Sindical”, explicó Valentina Doniez, investigadora de la institución.
El diagnóstico de Fundación SOL es que los bajos salarios, el endeudamiento, la desprotección de los derechos sociales y la precarización del empleo, son un efecto del poco poder que tienen las organizaciones de los trabajadores. Según datos de la encuesta Casen 2013, en Chile el 74% de los trabajadores recibe una remuneración que no supera los $400.000 líquidos, mientras que más de 1 millón de trabajadores dependientes del sector privado gana el Salario Mínimo o incluso menos. Por otro lado, la posibilidad de exigir mejores salarios y defender derechos colectivos también son exiguas dado un modelo que limita la negociación colectiva a la empresa y una huelga que solo puede efectuarse en este contexto. Así, la cobertura de la negociación colectiva reglada solo llega al 8,4% de los trabajadores.
La evidencia comparada muestra que sindicatos autónomos son inductores de mayor igualdad salarial y ponen freno a las condiciones precarizantes del trabajo, donde la disminución en la afiliación a los sindicatos ha significado un aumento en la desigualdad de ingresos.
Durante la exposición, Fundación SOL señaló que para contrarrestar la brutal tendencia a la concentración, la reforma debe poner atención a dos puntos centrales: la huelga como derecho fundamental y la negociación colectiva más allá de la empresa.
Derrumbando mitos
La Institución rebatió los argumentos que promueven una reforma moderada, tales como aquellos que sostienen que una reforma estructural podría poner en riesgo la economía, no siendo adecuada en un contexto de desaceleración. “Esta mirada no hace explícitos los factores externos que afectan a la economía nacional y no se cuestiona que nuestro país se vuelva dependiente de ciertos vaivenes internacionales. Tampoco se cuestiona la matriz productiva y el modelo de desarrollo”, explicó Doniez. También se desestimó la tesis que vaticina un mayor desempleo asociado a exigencias desmedidas de los sindicatos a las empresas, pues “es falaz plantear que las organizaciones sindicales sólo por el hecho de tener más poder puedan tener en general una conducta tan irracional”.
Asimismo, a diferencia de lo que ha planteado el propio ministro de hacienda al señalar que Chile no está preparado para negociación colectiva ramal, Fundación SOL explicó que hoy en día en la práctica se desarrollan este tipo de negociaciones más allá de la empresa (por ejemplo, los trabajadores subcontratados del cobre y portuarios).
Sobre el efecto negativo que la negociación colectiva por rama podría traer para pequeñas y medianas empresas, la Fundación señaló que “existen 2 modelos de negociación colectiva por rama: en cascada, en el cual se puede negociar una misma cláusula en distintos niveles según la realidad de cada nivel y la negociación articulada, en donde se negocian distintos temas según el nivel. Esto no implica forzar las condiciones para que se negocie como en la gran empresa, pues se pueden adaptar a las condiciones reales de la economía en sus distintos niveles”
Al finalizar su intervención, Fundación SOL solicitó que la comisión incorpore en el debate estudios sobre modelos comparados de negociación colectiva ramal, de manera que puedan aceptar o rechazar dicha propuesta en base a evidencia.