El investigador de Fundación SOL, Alexander Paez, conversó con Radio Universidad de Chile acerca del Informe Mensual de Calidad del Empleo (IMCE) que elabora la Fundación desde hace 8 años, de la contribución que esta publicación quiere hacer al estado del debate sobre la realidad del empleo en Chile y a las formas de integración social que se dan actualmente en el país.
"Lo primero que queremos integrar al debate es un cuestionamiento acerca del efectivo valor del empleo, cuál es el papel y la función que cumple el trabajo en general en la estrategia de desarrollo en el país” aseguró Paez respecto espíritu que anima la publicación del IMCE.
Para ello, la estrategia que se utiliza es la entrega de antecedentes metodológicos cuyo objetivo es medir la calidad del trabajo de forma multidimensional, y así contribuir a un debate que saque de la discusión los indicadores clásicos del empleo (stock, cuánta gente trabaja, cuánta gente busca trabajo) y permita poner atención en cuál es la calidad real de ese empleo.
Realidad del empleo
En base a los datos de los últimos 8 años entregados por el IMCE, se puede afirmar que el mundo del trabajo en Chile se caracteriza por una generación permanente de empleo y por una tasa de desocupación relativamente estancada en el tiempo.
Respecto a eso, el investigador señaló que "se ha armado toda una discusión sobre cómo afecta el ciclo económico esta tasa de desocupación. A nuestro parecer, lo que ha ocurrido es que los ajustes más que producirse por stock de empleo, se ven en los ajustes sobre la calidad del empleo. Por ejemplo, del total de empleos creados en los últimos 8 años, el 60% de ellos corresponden a un empleo de inserción endeble, que en alguno de sus atributos está vulnerando algún tipo de derecho. Por lo tanto, esta baja y controlada tasa de desocupación en Chile se ha mantenido a punta de precariedad y subempleo".
Cabe preguntarse por qué las autoridades encargadas de hacer un diagnóstico riguroso no lo han hecho, cuando las herramientas e instrumentos sobre los cuales se puede establecer un diagnóstico están. En ese sentido, Páez aseguró que “hay una manipulación política, no en el sentido de manipular los datos, si no que en el sentido de que cada gobierno y su oposición correspondiente plantean los indicadores que se dan a gusto para esa discusión política. La coyuntura política se va comiendo un análisis más riguroso y estructural del mundo del trabajo".
Validarnos consumiendo
El trabajo -como forma de integración social, económica, política y cultural- pierde sentido en la medida en que se producen dos fenómenos de forma paralela: por un lado, la fragmentación, flexibilidad y precarización del trabajo; y por otro, la extensión y masividad del acceso a créditos. "Ambos procesos ocurren de forma paralela, y al integrarse en una sociedad con una estructura productiva bastante básica que no busca expandir la calidad del trabajo en función del bienestar de las mayorías, lo que tenemos es que la forma de integración fundamental se da por medio del consumo y el endeudamiento" señaló el investigador.
A través del endeudamiento se accede tanto las necesidades básicas como a los derechos sociales. Así, la reproducción básica del hogar se determina por una sociedad de consumo que dicta cuáles son las pautas de estatus, privilegio y acceso a la socialización que se tiene en la sociedad. "Entonces, tenemos una sociedad sobre endeudada, trabajadores mal pagados y un hogar que tiene las exigencias de estatus e inserción social en base a este consumo que no se logra producir de forma estable" precisó Alexander Páez.
Escucha la entrevista completa aquí:
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