Benjamín Sáez, investigador de Fundación SOL reflexionó en Radio Sonar en torno a la campaña “Elige vivir sano” y a las dificultades que tiene la población chilena para poder hacer una elección real respecto a su forma de alimentación.
La campaña, lanzada durante el primer gobierno de Sebastián Piñera y retomada en su segundo mandato, hace un llamado a la población a elegir alimentarse bien y llevar una vida saludable. Sin embargo, Sáez plantea que hay factores fundamentales que dificultan la posibilidad de elegir.
“Por un lado el aspecto económico del precio de los alimentos y de los ingresos de los que se dispone para acceder a estos alimentos; y por otro lado, el tiempo del que se dispone. Eso se ve bastante condicionado en un contexto en el que se dedican bastantes horas de la jornada diaria tanto al trabajo como a los traslados" planteó el investigador.
Si se considera que la mediana de ingresos hoy en día en Chile es cercana a los 350 mil pesos, se puede afirmar la presencia de un impedimento estructural para poder elegir vivir sano. “Es decir, acá hay un porcentaje importante de la población que no puede elegir vivir sano aunque quisiera" señaló el investigador.
En el estudio de Fundación SOL 'La pobreza y la fragilidad del modelo chileno', se toma la metodología de la medición de la pobreza y se trata de utilizar supuestos diferentes para ver qué pasa con el nivel de pobreza. “Si uno quita dos factores: las transferencias del Estado y el alquiler imputado, y ve sólo los ingresos que puede generar el hogar de forma autónoma, vemos que la cifra de la pobreza llega a prácticamente un 27% de la población".
¿Se puede elegir realmente?
La canasta con la que se mide la línea de la pobreza es una canasta de alimentación básica, que contiene lo mínimo que se necesita para mantenerse con vida. Utilizando esa canasta, las cifras indican que en Chile un 11% de la población es pobre.
Sin embargo, si se consideran sólo los ingresos autónomos de los hogares, y se mejora un poco la calidad de la canasta alimenticia que se considera para medir la pobreza en Chile, considerando la canasta de alimentos propuesta por el Ministerio de Salud que es más balanceada y con más nutrientes, aparece que el 41,6% de los chilenos estarían en situación de pobreza, lo que es más de 7 millones de personas. Si bien el aumento de precio al pasar de una canasta a otra es de 10 mil pesos aprox., aumenta considerablemente el porcentaje de gente que no puede "elegir vivir sano".
Si un cuarto de la población no puede elegir vivir sano, no se trata de un tema de elección individual. “Eso es lo que se promueve con estas campañas: que es la persona la que tiene que tener la inteligencia para hacer maravillas con un bajo presupuesto. Acá hay un problema nacional, millones de personas hoy día no pueden alimentarse de manera saludable, y millones de personas que no pueden alimentarse a un nivel básico. Para esa persona, cuya lucha es llegar a esas calorías mínimas, el poder adquirir una caloría barata tiene un valor. Y desconocer ese valor y ese problema es justamente la violencia de decirle a una persona que el problema de la alimentación es un problema totalmente individual y suyo" señaló el investigador.
Escucha la entrevista completa aquí:
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