El economista e investigador de la Fundación Sol Marco Kremerman cuestionó este lunes en Cooperativa el proyecto de la ministra Evelyn Matthei que busca introducir mayor flexibilidad al mercado del trabajo ante los potenciales escenarios de crisis, permitiendo bajar el salario a los empleados en este tipo de contingencias.
El profesional indicó que, en su actual grado de desarrollo, Chile debe abogar no sólo por la mantención del empleo, sino que también por la calidad de éste, y en tal medida es indispensable "pensar en los salarios".
"Los salarios permiten que las personas puedan salir de la pobreza, y tenemos que romper con la tesis de que cualquier empleo es mejor que nada; las autoridades lo han mencionado recurrentemente, y esa tesis de ninguna manera nos va a llevar al desarrollo", dijo Kremerman a El Diario de Cooperativa.
"No puede ser que un país que en dos o tres años más va a tener 20 mil dólares de PIB per cápita ajustado al poder de compra -según el Fondo Monetario Internacional- tenga una cantidad de trabajadores pobres tan grande y siga con esa tesis", añadió el experto, que afirmó que el proyecto de Matthei está inspirado en una iniciativa que rige en Alemania. Sin embargo, "Chile tiene un escenario radicalmente distinto, donde ya hay bastante flexibilidad laboral", indicó.
Kremerman también criticó la postura del Gobierno respecto a la discusión del salario mínimo, donde -afirmó- "Chile tiene una deuda de arrastre".
A juicio del experto, "Chile tiene un mini salario mínimo, porque la literatura internacional nos dice que un salario mínimo que se ubica entre un 30 y un 60 por ciento del PIB por persona, ajustado por el poder de compra que cada país tiene, es un salario mínimo que se ubica en un rango adecuado, no es demasiado bajo ni tampoco alto como para tener un impacto en el empleo".
"Chile tiene un salario mínimo que representa un 31,6 por ciento del PIB per cápita ajustado al poder de compra, o sea, está en el rango inferior de este tramo, o sea, es un mínimo salario mínimo y tiene un amplio margen para aumentarlo", indicó.
Kremerman indicó que "este valor del año 2011-2012 sólo supera al año 89, es el segundo valor más bajo que tenemos de salario mínimo, que ha ido perdiendo su valor de compra de manera permanente, entonces Chile tiene que tomar una decisión política. Todos entendemos que las empresas más pequeñas pueden tener un problema mayor, y se necesita apoyarlas con políticas de corto y mediano plazo, sin embargo, no podemos seguir teniendo trabajadores pobres en nuestro país".
"El salario mínimo actual sólo permite cubrir el 62 por ciento de la línea de la pobreza familiar, entonces, la gran decisión que tiene que hacer Chile no es seguir flexibilizando el mundo del trabajo y aplicar este tipo de medidas, que pueden hacer que muchos trabajadores reduciendo su jornada a la mitad y con 75 por ciento de su salario terminen en situación de pobreza, porque los salarios en Chile son demasiado bajos", sentenció.
Publicado en Cooperativa