En una nueva entrevista en el espacio de conversación de Fundación SOL en Radioanálisis de Radio Universidad de Chile, el investigador Marco Kremerman analizó el rol del Banco Mundial y su ideología.
A propósito de la denuncia del economista jefe del Banco Mundial, Paul Romer, quién afirmó que cambios metodológicos en el cálculo del índice Doing Business habrían perjudicado a Chile, el economista de Fundación SOL analizó los paradigmas sobre los que este organismo internacional construye sus indicadores.
"Este ranking posiciona a los países de acuerdo a la facilidad de hacer negocios que existe en ese país. ¿Eso es un indicador deseable para un país que quiere ser autónomo en sus políticas y quiere pensar en el bienestar para todo el pueblo? O bien, es un indicador indeseable porque tener un buen ranking para hacer negocios en muchos casos significa relajar los sistemas tributarios, relajar la democracia y romper las instituciones para que exista un camino expedito para el capital ¿Eso es bueno para el pueblo? Esa es la pregunta que hay que hacerse", cuestionó Kremerman.
Para el investigador de Fundación SOL, la discusión sobre la revelación realizada por Romer se centró excesivamente en las características sicológicas del economista y en el posible impacto electoral de la baja del desempeño chileno en este indicador. Sin embargo no hubo discusión en torno al rol del Banco Mundial como organismo internacional multilateral.
El rol ideológico del Banco Mundial
El Banco Mundial surge a partir de la época de la pos guerra junto al Fondo Monetario Internacional, con el rol inicial de facilitar la reconstrucción de aquellos países que habían quedado devastados por las guerras mundiales.
Sin embargo, como relata Marco Kremerman, a fines de la década del 80 el Banco Mundial comienza a propiciar una agenda de políticas insertadas en el proyecto neoliberal que se conoce como el Consenso de Washington. "Vale decir, comienza a promocionar políticas de liberalización y privatización que se entregan como una verdad revelada y objetiva en la cual todos los países deben situarse".
Es este enfoque ideológico el que hoy guía el rol primario del Banco Mundial que era prestar dinero a los países. Para el investigador de Fundación SOL estos préstamos "no son gratuitos. Son préstamos condicionados a que se apliquen ciertas políticas que van en línea con el aparataje ideológico donde esta inserto".
El Banco Mundial y las AFP
Un ejemplo del papel ideológico del Banco Mundial tiene relación con la promoción del modelo chileno de pensiones. En 1994, el organismo internacional publicó el informe "Envejecimiento sin crisis", que se transformó en el documento paradigmático para promocionar el sistema de AFPs al resto del mundo.
Para Marco Kremerman "esto se hace principalmente porque el primer gobierno pos dictadura en Chile no hace ningún cambio al sistema de AFP, por lo que el Banco Mundial dice 'si un gobierno democrático no hace modificaciones yo empiezo a recomendar esta agenda'".
Años después el Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz refutó todos los supuestos en los cuales se basaba el documento del Banco Mundial. Para el investigador de Fundación SOL, "este es un claro ejemplo de que el Banco Mundial tiene una agenda propia, tiene una manera de entender el mundo y la sociedad y que eso se traslada a la hora de hacer recomendaciones, de prestar dinero y de su rol dentro de los organismos internacionales".
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