El pasado 29 de diciembre, el Gobierno presentó un proyecto de Reforma Laboral cuyo objetivo es modernizar las Relaciones Laborales. Durante este año el proyecto ha sido modificado y actualmente se encuentra en su segundo trámite constitucional en el Senado, donde pueden haber nuevas indicaciones. Se espera que el proyecto sea aprobado a la brevedad.
Un reciente informe publicado por Fundación SOL, “Proyecto de Reforma Laboral: Síntesis de los principales puntos en discusión”, expone los principales mitos que delimitan la reforma y han moderado su alcance. “Tanto la derecha opositora del gobierno así como también el mismo oficialismo promotor de la reforma, levantan estos argumentos y obligan a partir de una base restringida, que no incluye, por ejemplo, la negociación colectiva más allá de la empresa”, explican Carla Brega y Valentina Doniez, las autoras del informe.
El texto contrapone a aquellas visiones que intentan desprestigiar la acción sindical (bajo el supuesto aumento del conflicto, el monopolio sindical y la sindicalización forzosa) un posicionamiento que defiende la acción colectiva como una necesidad básica para los trabajadores.
Asimismo, el documento identifica las principales materias que aborda la reforma en términos de negociación colectiva, huelga y titularidad sindical. A partir de su revisión, se concluye que el “proyecto de Reforma Laboral, no cumple con el objetivo de avanzar decididamente en derechos colectivos para los trabajadores, sino que profundiza y consolida el tipo de relaciones laborales que existe actualmente, herencia de la dictadura y que no se ha modificado en lo sustancial hasta hoy.”
Ejemplos de esto son: la inclusión de pactos de adaptabilidad, la mantención de un engorroso sistema de negociación colectiva aún encerrado en la empresa, la posibilidad de disminuir el piso mínimo de negociación, los servicios mínimos universales para la huelga, entre los principales.
En síntesis, con el informe queda en evidencia que los desafíos del país en materia sindical siguen siendo básicos, esto es, respetar la existencia de sindicatos fuertes y autónomos que desarrollen procesos de negociación en niveles superiores que estimen convenientes.