Publicada en Interferencia el 14 de abril 2022
El reciente estudio "Inversiones de China en el Cono Sur de América Latina" ubicó a Chile como el país con mayor flujo de Inversión Extranjera Directa (IED) proveniente del país oriental, principalmente en áreas de desarrollo de proyectos en los ámbitos energético, de infraestructura, telecomunicaciones, de alimento y, recientemente, el sector financiero.
Por Joaquín Riffo
Al referirse a IED, se considera a empresas que operan en suelo nacional y cuyos capitales tienen origen extranjero, más allá de si la infraestructura queda o no en el país.
Según el estudio, elaborado por la Fundación SOL, como país de origen y destino, China representó un 37,2 % de las exportaciones y un 27,3 % de las importaciones chilenas.
De este modo, Chile es el país del Cono Sur con mayor grado de apertura comercial y con un temprano proceso de privatización de empresas estatales -durante los 80-, por lo que “es el que más inversión extranjera directa recibe en relación al PIB, y al mismo tiempo, tiene el mayor volumen de inversión en términos absolutos”, señaló el documento.
En el caso chileno, el año pasado se produjo una entrada "inédita de IED" proveniente del gigante asiático. En los primeros 6 meses de 2021, la IED de China ascendió a US$5.500 millones.
No obstante, la inversión directa de empresas de propiedad china representa una fracción pequeña del total de Inversión Extranjera Directa que recibe Chile. De acuerdo a datos del Banco Central, China representó en 2020 sólo un 0,8 % del stock de inversión directa desde el exterior, por un total de US$1.651 millones, muy lejos de Canadá (15,4 %) y EE.UU. (14,6 %), los que lideraron el listado.
Interferencia conversó con Santiago Rosselot, uno de los autores de la investigación, para conocer más detalles de la implicancia de la inversión china en el país y las proyecciones que se hacen a partir de esta tendencia en alza.
En el caso chileno, el año pasado se produjo una entrada "inédita de Inversión Extranjera Directa" proveniente del gigante asiático. En los primeros 6 meses de 2021, la IED de China ascendió a US$5.500 millones.
¿Cuáles fueron las principales conclusiones respecto del estudio y qué sacaron en limpio de la inversión de China en el Cono Sur, considerando que también se analizó el caso de Argentina y Uruguay?
A grandes rasgos, vemos que es un fenómeno que es más bien reciente y que está al alza. Ha aumentado fuertemente en los últimos años, aunque sigue siendo bastante pequeño en magnitud. Lo anterior, considerando siempre la Inversión Extranjera Directa (IED) en particular, no en cuanto a relaciones comerciales de importación y exportación. Para 2020 la IED no superó el 1%, lo que es poco comparándolo con países como Canadá que lideran el ránking de IED en Chile que concentran cerca del 15% de las inversiones, enfocadas principalmente en la minería.
Pese a que sea pequeño en magnitud, igual se pueden ver algunos casos que pueden ser bastante interesantes. En primer lugar, tiene que ver con los sectores en los cuales se concentran las inversiones de China que no son al azar.
El 54% de las inversiones que nosotros pudimos identificar que se dieron desde 2000 a 2020 ocurrieron en el sector energético. Y eso es bien interesante porque vemos que China tiene presencia en la cadena completa del círculo energético: en la generación, transmisión y distribución de energía. Incluso en cuanto a temas de distribución podemos ver que concentra más del 50% de la distribución en el país. Esto ya fue evaluado en su momento por la Fiscalía Nacional Económica y se autorizó, sin embargo es algo que no deja de llamar la atención.
Lo que más destaca en esa misma línea es la compra de dos compañías como son CGE y Chilquinta por parte de State Grid Corporation of China (SGCC), que es una empresa estatal china que se dedica al sistema energético.
“El 54% de las inversiones que nosotros pudimos identificar que se dieron desde 2000 a 2020 ocurrieron en el sector energético. Y eso es bien interesante porque vemos que China tiene presencia en la cadena completa del círculo energético: en la generación, transmisión y distribución de energía”.
También vemos que hay presencia en la minería, en particular con el caso del litio y aún más puntualmente con la participación china en SQM en donde un 25% son propiedad de la empresa china Tianqi Lithium Corp. También es un tema que se torna bien interesante por las nuevas posibilidades de desarrollo en torno a este mineral y el impacto ambiental que podría tener.
¿Cuál es el modelo que utilizan los inversionistas chinos: adquirir empresas que ya están consolidadas o crear nuevas empresas en el país?
Es una buena pregunta. En el desarrollo del estudio, vimos que cambian la estrategia de acuerdo al país en el que entran. Acá en Chile, lo que hemos visto es que entran a empresas que ya están consolidadas, compran la compañía que ya está funcionando y se instalan. En el caso argentino, vemos que entran mucho por un joint venture, es decir, se asocian con alguna empresa con participación del 50%. Ahí está el caso de la Mina Veladero en Argentina que entra una empresa minera china en colaboración con Barrick Gold, conocida en Chile por querer desarrollar el Proyecto Pascua Lama en el norte.
¿Hay alguna razón por la que exista una preferencia por parte de los inversionistas chinos de optar por Chile en desmedro de Argentina o Uruguay?
Lo que identificamos son distintas variables. Por un lado, el tema geográfico, que Chile está más hacia el Pacífico y en contraposición Argentina y Uruguay están hacia el Atlántico y hacia el mercado brasileño. Por otra parte, Chile es un país que es bastante abierto comercialmente, tiene varios tratados de libre comercio y esa apertura es uno de los factores que facilitan la llegada de inversión extranjera.
A la luz de lo que pudieron investigar y esta tendencia al alza de la inversión china en nuestro país, en la proyección hacia futuro, ¿Chile podrá mantener sin problemas su neutralidad política y comercial con Estados Unidos y China, entendiendo la tensión creciente que hay entre ambos países?
La verdad es que en cuanto a Chile en la economía mundial, el rol que ocupa es muy pequeño. Entonces, al menos desde mi opinión, no habría mayor riesgo con el ingreso de los capitales chinos, en el sentido de que se fuerce a tomar una postura como país frente a este conflicto. Creo que Chile no es tan relevante en este momento como para tener que casarse con una postura, no mueve la aguja lo suficiente todavía.