El informe revela que los hombres ganarían un 21,4% más que las mujeres si todos tuvieran los mismos atributos (por ejemplo mismo sector económico, calificación y jornada) para el mercado del trabajo. Esto da cuenta de la fuerte subvaloración del mercado del trabajo a las capacidades productivas de las mujeres ocupadas, porque ellas están más calificadas que los hombres.
Pero detrás de las diferencias de salarios se esconde una realidad aún más desalentadora: el bajo valor del trabajo en Chile. A pesar de que tanto los hombres como mujeres reciben bajos salarios, ellas son quienes se llevan la peor parte. Según el estudio y en base a datos de la Casen 2013, el 50% de los trabajadores chilenos (hombres y mujeres) gana mensualmente menos de $260.000 líquidos, mientras que las mujeres menos de $221.000.
“En nuestro país, un 74 % de las trabajadoras gana menos de $350.000 pesos líquidos y apenas un 15 % supera los $500.000 como ingreso líquido mensual. Esto se ve agravado por el hecho de que las mujeres viven altamente endeudadas, enfrentándose cotidianamente a una doble asimetría de poder: en la relaciones de producción y en las relaciones sociales de género”, explica Carla Brega, investigadora de la Fundación y una de las autoras del estudio.
En relación a la calidad de los empleos, el estudio muestra que de los empleos nuevos creados en los últimos 5 años, el 60% del empleo femenino surgió en la economía informal versus un 47,8% para el caso de los hombres. Este tipo de empleo se caracteriza por carecer de alguno de los principios de una relación laboral tradicional (contrato de trabajo, cotizaciones, etc.)
Benjamín Sáez, también miembro del equipo investigador, explica que las mujeres “además de enfrentar peores condiciones salariales, de trabajo y una segunda jornada, destinada al trabajo reproductivo del hogar, deben lidiar con que la cobertura de sus derechos sociales se ve fuertemente condicionada por el hecho de ser mujer”. Así ocurre con las pensiones pagadas por las AFP, donde un 93,1 % de las mujeres recibe una pensión por vejez, bajo la modalidad de retiro programado, de $147.763 o menos, mientras que para los hombres este porcentaje es de un 87,3%.