Por Paula Correa/Radio UdeChile
En estado de alerta y movilización se declaró la Confederación de Trabajadores del Cobre, organización sindical que agrupa a más de 30 mil empleados contratistas. Esto por el incumplimiento en la entrega de un bono que fue acordado en el mes de agosto, el que busca modificar la gerencia de fiscalización y finanzas de la estatal.
Cristián Cuevas, presidente de la Confederación, afirmó que este año en la cuprífera ha estado marcado por falta de diálogo para enfrentar los temas gruesos como son seguridad, salud y condiciones de los trabajadores. Cuevas advirtió que no permitirán que se pierdan los beneficios adquiridos por los trabajadores de la principal empresa del Estado, pero que eso no impedirá que luchen por sus compañeros.
“Nosotros hemos puesto énfasis en resolver las dificultades en Codelco, pero la tarea mayor es la minería privada. Porque mientras ponemos el foco de atención en Codelco, ellos desarticulan y persiguen al movimiento sindical”.
El dirigente añadió que es en el mundo privado donde hoy están los mayores conflictos. Y es cosa de observar, la serie de huelgas que se han desatado durante este año. La huelga de Starbucks encendió una luz de alerta al develar que hay problemas incluso en empresas que se jactan del buen trato que otorgan a sus empleados.
Hace unas semanas el Grupo Educacional Cpech paralizó funciones, reinstalando el debate sobre la administración de colegios particulares y hoy paraliza la Universidad Pedro de Valdivia y el Instituto Chileno Nortemericano. A esto también se suman otros conflictos como la paradójica huelga de la funeraria del Hogar de Cristo y la nueva paralización del sindicato complementos de Líder.
¿Qué está pasando con los trabajadores tanto del sector público como el privado?, para Gonzalo Durán, investigador de la Fundación Sol, el sindicalismo está tomando más fuerza, posiblemente influenciado por el movimiento estudiantil, pero también a raíz de la provocación que constituye el aumento de la desigualdad.
“Las empresas muestran rentabilidades cada vez más altas, lo vemos en el caso de las isapres y AFP, los índices suben, pero uno ve que la desigualdad está empeorando. Las cifras del Gran Santiago uno ve que el coeficiente de desigualdad subió en un ocho por ciento”, apuntó Durán.
Para el economista, el problema de fondo es la institucionalidad laboral que ampara los abusos, ya que las reglas que norman las relaciones entre empleadores y trabajadores provienen del plan laboral del 1979, elaborado por José Piñera, hermano de Sebastián Piñera, el que “fue diseñado al servicio de las empresas y, en todos estos años, no se ha modificado en lo sustantivo”.
Publicada originalmente en Radio UdeChile