Publicada en El Mostrador el 18 de diciembre de 2020
Imagen: Aton
Sueldos más precarios, periodos más cortos de cotización, lagunas previsionales y la imposibilidad de volver a trabajar, son factores propios de las mujeres que han generado que los retiros del 10% no sean una opción, sino una necesidad. Hoy, las mujeres son las principales víctimas de la pandemia y, lamentablemente, lo seguirán siendo en el futuro.
Los retiros del 10% han sido, en la mayoría de los casos, la única opción de las personas para sobrellevar la crisis económica que ha traído la pandemia. En septiembre, un millón y medio de afiliados ya había quedado con saldo cero en sus cuentas de ahorro y, de ese total, un 62% eran mujeres. Si bien las afiliadas representan menos de la mitad del universo que compone las AFP, ellas resultan ser mayoría cuando se habla del daño a las pensiones.
Este miércoles, el superintendente de Pensiones, Osvaldo Macías, advirtió en radio Cooperativa que los retiros podrían generar la pérdida de 5 años de cotizaciones y la reducción de un 23% en los montos de jubilación. Esto afectaría a todos los afiliados. Sin embargo, las mujeres, en su mayoría, ya reciben una pensión aproximada de 52 mil pesos y cotizan por un máximo de 10 años. Si a esto se le añade que producto de la pandemia, solo 4 de cada 10 mujeres está pudiendo trabajar remuneradamente, la afectación no solo será mayor, sino que perdurará en el tiempo.
Del total de mujeres que solicitaron sus ahorros, casi un 75% sacó la totalidad o más del 10% de estos, según evidencia la Ficha Estadística de la Superintendencia de Pensiones (SP) . “Si todo sigue igual, se auguran millones de mujeres exclusivamente con pensiones básicas solidarias, porque como sacaron todos sus ahorros, cuando lleguen a la edad de jubilación es probable que no les alcance para nada más”, advirtió la directora de estudios de Comunidad Mujer, Paula Poblete, en relación a la falta de políticas públicas para sobrellevar la crisis y el segundo retiro que ya está en curso.
Una vulneración a futuro
“El retiro ha sido la principal política para sostener la crisis y ha venido de la mano de los hogares, más que del Estado. El primer retiro implicó 18 mil millones de dólares, el segundo 15 mil millones de dólares, con lo cual se generó un estímulo tremendo para mantener la demanda interna, dinamizar la economía y el pago de deudas”, destacó el investigador de Fundación Sol, Benjamín Saez.
Sin embargo, mientras la medida logró impulsar la economía en plena pandemia, el lado “B” del retiro de los ahorros previsionales generaría, al momento, según la Superintendencia de Pensiones, una reducción del 23% en los montos de las y los futuros jubilados.
Las nuevas pensionadas de agosto, recibieron, en su mayoría (30%), una primera cuota de jubilación de 52 mil pesos aproximadamente, mientras que para los hombres, el monto asciende a casi 200 mil pesos, según el último Informe Mensual de Cotizaciones del Sistema de Pensiones. “Ningún sistema de pensiones es neutral al género y lo que hace el de capitalización individual es reproducir y amplificar las brechas de género que se dan en el mercado laboral”, destacó Poblete.
Actualmente, las mujeres ya reciben 75% menos jubilación que un hombre, por tanto, si este monto se redujera un 23% más, puede ser que la brecha de género siga siendo similar, pero tener que vivir con 40.500 pesos mensuales implica que esta diferencia no pueda superarse.
“Salarios más bajos, solo por el hecho de ser mujeres, mayores lagunas, solo por el hecho de ser mujeres, un sistema de cuentas individuales que las castiga doblemente y ser el grupo con menor saldo en su cuenta previsional. Esta combinación, hace que el retiro haya golpeado con particular fuerza sobre todo a las mujeres”, advirtió Saez. Si a esto se añade que las mujeres no están teniendo la posibilidad de reincorporarse al mercado laboral, el panorama no es mejor ahora y, se alerta, no será mejor en el futuro.
Un panorama oscuro
La pérdida de 5 años de cotizaciones es otra consecuencia de los retiros. Esta realidad es menos grave para los hombres, quienes en su mayoría cotizan entre 35 a 40 años. Sin embargo, en el caso de las mujeres, el periodo de ahorro es de 5 a 10 años en promedio, menos de la quinta parte de los hombres. Así, la pérdida de años cotizados, provocaría que las futuras pensionadas redujeran prácticamente a la mitad el tiempo en que logran ahorrar para la vejez, teniendo un periodo de cotizaciones no superior a 5 años.
La realidad es aún más compleja. El 88% de las mujeres que perdieron sus trabajos en el último año no han podido volver al mercado laboral, por tener que hacerse cargo, en plena pandemia, de las labores domésticas y de cuidado no remuneradas. “Este es justo uno de los momentos, de las coyunturas, que evidencian por qué las mujeres tienden a tener más lagunas y que repercute en esta salida del mundo laboral”, añadió el integrante de Fundación Sol respecto al rol de cuidados impuesto sobre las mujeres y que influye en que tengan un menor tiempo de cotizaciones.
“En este momento las mujeres están asumiendo el cuidado de los hijos y las hijas de manera exclusiva, nadie las esta ayudando. Entonces, mientras eso no ocurra, hay pocas posibilidades de que las mujeres puedan volver a sus puestos de trabajo. El panorama se ve bastante oscuro”, señaló Paula Poblete.
Mientras los hombres podrán volver al mercado laboral y tener periodos ininterrumpidos de trabajo, y tal vez hasta revertir el daño en sus pensiones, las mujeres ni siquiera tienen esta posibilidad. “Al gobierno, diversas organizaciones le dijimos cómo era una forma adecuada de enfrentar esta crisis con perspectiva de género, cómo enfrentar esto de manera tal de no perjudicar la reinserción laboral de las mujeres. Claramente el gobierno no tomó esa vía”, criticó la integrante de Comunidad Mujer.
Luego del segundo retiro, según un estudio de Ciedess, 4 millones de personas podrían quedar sin ahorros para enfrentar la vejez, de este total, 58% serían mujeres, equivalente a 2,3 millones de afiliadas. Además, un 43% de las mujeres quedaría sin saldo en sus fondos de pensiones, advirtió un análisis de la gerencia de Estudios de la Asociación de AFP.
Actualmente, la única medida con perspectiva de género que busca reintegrar a las mujeres al mercado laboral es el incentivo a la contratación a través de una subvención de 20 mil pesos. Sin embargo, las mujeres siguen cargando con los cuidados y labores domésticas, las y los hijos siguen en las casas, siguen estando desempleadas y siguen con pensiones precarias. Finalmente, son y seguirán siendo ellas las más afectadas laboral, social y económicamente con esta pandemia.