Por Patrizio Tonelli/Investigador de la Fundación SOL
-¿Cuáles son las reivindicaciones principales que plantea el Sindicato de BCI?
-Los procesos de negociación en BCI no se han reabierto desde 1992 y evidentemente los trabajadores necesitan que sus beneficios se actualicen. Estamos planteando, en primer lugar, un incremento del sueldo base y un sueldo mínimo base adecuado a una empresa grande como BCI.
-¿Qué significa un sueldo mínimo “adecuado” para BCI?
-BCI trabaja con el sueldo mínimo establecido, lo que se negocia entre la CUT y el gobierno. Pero ese sueldo mínimo está pensado para cubrir a las pymes. BCI es una empresa grande y por lo tanto debiera establecer un sueldo relacionado con las ganancias que tiene. También está el tema de las gratificaciones, ya que hay algunos trabajadores que están recibiendo menos de los $68.000 y nosotros queremos poner un piso mínimo de $80.000. Además planteamos un seguro de cajas contra fraudes que no generaría ningún costo extraordinario para la empresa pero, en cambio, implicaría muchos beneficios para los trabajadores. Ello, porque siempre que un cajero paga un cheque robado o adulterado, tiene que cubrir los montos. Entonces para nosotros es clave darles un respaldo.
-¿De qué se trata exactamente el seguro de caja?
-El seguro de cajas es un ítem que podría ayudar a tres partes: a la empresa, por un tema de imagen corporativa; también a los clientes, quienes son víctimas de robos de cheques por parte de bandas de ladrones; y sobre todo a los trabajadores. Yo soy cajera y a mí el otro día me llegó un cheque robado de $1.450.000. Si yo pago ese cheque, en 48 horas tengo que restituir el dinero a la empresa; y si no lo hago, me echan. Afortunadamente me di cuenta de que era robado, por la firma, porque era claramente distinta de la original; y por la actitud de la persona que venía a cobrar. Pero eso no siempre es fácil para el cajero, quien atiende a muchísimos clientes cada día y tiene pocos segundos para comprobar si una firma es verdadera o falsa. BCI no quiere asumir esta tremenda responsabilidad; le da un poco lo mismo si es el cajero el que está siendo perjudicado.
-¿Qué proponen ustedes?
-Nuestro beneficio funciona sobre la base de que si no hay perdidas de caja, el Banco te da un bono de $60.000 mensuales, de los cuales $30.000 van al sueldo y los otros $30.000 a una libreta de ahorro. Si durante el año acumulas dinero en esa libreta, puedes retirarlo en diciembre. Este seguro sería entonces una tremenda ayuda para liberar de una gran responsabilidad al cajero, porque los delincuentes están mucho más sofisticados, la tecnología les da muchas facilidades, y naturalmente los cajeros están muy expuestos. Hay cajeros que han perdido su trabajo como consecuencia de esto, porque no tienen las lucas para pagar.
-¿Cuántos trabajadores están involucrados en la negociación colectiva?
-La negociación se desarrolla al mismo tiempo en Santiago y en Coquimbo. En el sindicato de Santiago contamos con alrededor de 200 personas, mientras que en el de Coquimbo están negociando aproximadamente 15 personas, que son quienes no tuvieron miedo en incorporarse al sindicato.
-¿Cómo ha sido la reacción del Banco?
-Bueno, el Banco de Crédito e Inversiones ha tenido ganancias magníficas durante todos estos años, sin embargo ellos argumentan que por la crisis económica no pueden negociar. Ellos plantean que sería poco viable para la empresa, por los costos, pero la verdad es que el BCI es muy productivo en relación al número de trabajadores que tiene. Entonces creo que no es que no puedan, si no que no quieren negociar con nosotros.
-Usted dice que desde 1992 no se negocia. ¿Puede explicarme por qué?
-Porque desde esa época el Banco adoptó el criterio de otorgar unilateralmente beneficios a los trabajadores, sin conversar con ellos respecto de qué es lo que realmente les interesa, a través de un instrumento llamado “Manual de Beneficios”. El Manual surgió luego de que, en 1992, durante una negociación colectiva, estuvo a punto de votarse la huelga. Una semana después, el Banco presentó este instrumento que homologaba todos los beneficios que estaban en el contrato colectivo firmado por el sindicato. Cuando levanta ese instrumento, se liquida la Negociación Colectiva en BCI.
-¿Cómo funciona este Manual de Beneficios?
-El manual no tiene la categoría de instrumento colectivo, no es un contrato, es una cuestión unilateral. Es decir, ellos establecen los beneficios que creen que deben darse. Además, algunos ítems no han tenido reajustabilidad ni siquiera de IPC. Es decir, desde 1992 que los trabajadores están recibiendo un bono de locomoción de $5.000, por ejemplo, que no tiene ningún sentido y no aporta en nada a la economía del hogar. Esto genera que haya una distancia enorme en relación a los beneficios que reciben los trabajadores y su realidad.
-¿El Manual es la única herramienta para desincentivar la negociación colectiva?
-No, hay más. Muchos trabajadores saben que la negociación colectiva es la instancia clave donde se pueden discutir los temas de los trabajadores, pero en el Banco de Crédito la gente tiene miedo de pertenecer a organizaciones sindicales. Saben que hacemos defensa de los derechos de las personas al interior de la empresa, en tribunales y dondequiera. Pero tienen miedo, y ese miedo no es irracional. Muchos trabajadores renuncian al sindicato cuando ven que están ascendiendo, porque más arriba “me van a pedir que me vaya” o simplemente “no voy a tener desarrollo profesional dentro de la empresa por estar en el sindicato”. Entonces en BCI estar en el sindicato es un estigma, y por eso se da una relación laboral poco civilizada.
-¿Cómo era antes la situación sindical en BCI?
-Era bastante próspera, bastante buena. Había un contrato colectivo y los criterios de los beneficios eran establecidos y conversados en mesas de negociación. Naturalmente había posturas distintas que generaban algún tipo de roce, pero se lograron buenas relaciones.
-Antes de 1992, ¿cuántos trabajadores estaban afiliados al sindicato?
-BCI empleaba en esa época aproximadamente a 2.000 trabajadores, y dentro del sindicato había alrededor de 1.000. Después del Manual de Beneficios, se llamó explícitamente a los trabajadores a salirse del sindicato. Se llamó al cuerpo de vigilantes, que eran la columna vertebral de la organización, y destruyeron esa armadura diciéndoles: “si no te sales de la organización sindical, te voy a echar”. Hubo un grupo muy pequeño de vigilantes que dijo “no, porque es mi derecho”, y fueron castigados y enviados a las sucursales más lejanas de su domicilio. Por muchos años estuvieron en esas condiciones. Ese caso de los vigilantes fue el más explicito…
-¿Con cuántos trabajadores quedó el sindicato después?
-El sindicato disminuyó sustancialmente el número de sus afiliados. Mi antecesor, Cesar Retamales, decía “mi aporte a la organización sindical es mantenerla en el tiempo”.
-¿Por qué se quedó en el sindicato? ¿Por qué no siguió a la mayoría que se desafilió y aceptó los beneficios otorgados por el banco?
-Yo entré al Banco en 1997, por tanto no viví la derrota de la organización sindical de 1992. Entré a la organización sindical sabiendo que era un derecho y siempre tuve claro que cuando uno se vincula con una empresa, firma un contrato que establece que hay dos partes que se ponen de acuerdo; y no una sola que establece las reglas, o una política de beneficios.
-¿La política del BCI parece estar actualizada al siglo XIX?
-Claro, es una visión filantrópica. Y las personas tampoco entienden que su trabajo genera riqueza, la gente no lo ve de esa manera, sino que dicen “la empresa me da”: Pero nada de eso, te está entregando lo que corresponde, y a uno le corresponde mucho más en el caso de BCI. Eso lo encuentro poco civilizado ¿Cómo no pueden entender que efectivamente aquí hay 2 partes? Está el dueño de la empresa, el gerente, pero también están los trabajadores, que son los que hacen que esta maquinita funcione, y generan riqueza. Entonces, desde esa perspectiva, evidentemente los trabajadores tienen que sentarse a una mesa a conversar cuáles deberían ser las políticas de beneficios para los trabajadores. Y quienes ponen la firma en el acuerdo deben ser las organizaciones sindicales..
-Es un tema de respeto a los trabajadores…
-Absolutamente. En el ítem de cajas, por ejemplo, que es una de nuestras reivindicaciones, la propuesta es que los dineros que hoy se están poniendo en el bono de pérdida de caja, se coloquen en un seguro de caja. No le estoy pidiendo más plata; le estoy diciendo “cámbienme las condiciones del beneficio”, nada más. Cuando hago eso, estoy pidiendo que se les dé un respaldo mayor a los trabajadores, pero a BCI no le importa, no le importa que sus trabajadores estén siendo perjudicados. Hay un tremendo discurso que es la mejor empresa para trabajar, que es la mejor empresa para que las madres laboren, pero nosotros vemos que no es así, porque si realmente les importara tomarían este ítem y dirían “conversémoslo”. Pero te lo niegan argumentando que no pueden, por la crisis económica, pero yo no estoy pidiendo plata. Eso te muestra que en realidad a la empresa le importan nada los trabajadores. Tú vienes y tienes que producir y si no produces te vas. En la negociación colectiva planteamos puntos que son súper importantes para los trabajadores. Eso, luego de trabajar durante todo este año en esos puntos. Les estamos diciendo “señores, esto es lo que necesita su gente”. Y no quieren. Entonces les importan un huevo sus trabajadores.
-¿Para esta negociación colectiva el número de trabajadores afiliados al sindicato ha crecido?
-Sí, tímidamente, de los 80 hemos pasado a 200 afiliados.
-Esto habla de que hay necesidad de sindicato, de plantear temas propios de los trabajadores…
-Este crecimiento que ha tenido la organización sindical se debe a que la política de beneficios establecida por el BCI no está respondiendo a lo que realmente los trabajadores quieren. La gente está bastante desmotivada, está cansada y siempre le están haciendo reingeniería, y exigiéndoles más y metas y metas, y produzcan más, pero no se retribuye ese esfuerzo. Porque en definitiva los niveles gerenciales se reparten una cantidad de millones y los trabajadores apenas andan con 5 lucas en el bolsillo para la locomoción…Trabajadores que ganan 170.000 pesos, vigilantes que tienen una remuneración de $220.000, $230.000 pesos. Es vergonzoso para una empresa que gana millones de pesos.