Publicado en Radio Universidad de Chile el 08 de agosto de 2017.
La variación antes y después de la redistribución es prácticamente insignificante. La publicación que un medio inglés hizo del informe del Banco Mundial y la OCDE señala que "el país también tiene que lidiar con la corrupción y un pequeño número de poderosos oligarcas”. Especialistas en la materia indican la importancia que tienen los avances en materia laboral para paliar la desigualdad que aqueja a Chile.
Chile es campeón otra vez. Según un informe publicado este lunes por el Banco Mundial y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, a través del medio británico Business Insider, Chile lidera nuevamente el ranking de desigualdad después de una redistribución que considera los factores de nivelación como impuestos pagados, prestaciones en efectivo y seguridad social.
En un listado que da cuenta del índice de desigualdad antes y después de redistribución, con una cifra entre 0 y 1 siendo 0 la igualdad perfecta y 1 la máxima desigualdad, Chile muestra un índice de 0,47 después de redistribución.
La publicación señala que “los impuestos suelen ser mayores para los pobres, reduciendo sus ingresos disponibles y las posibilidades de movilidad social ascendente”. Además, el estudio agrega que “el país también tiene que lidiar con la corrupción y un pequeño número de poderosos oligarcas”.
Leonardo Moreno, director ejecutivo de la Fundación para la Superación de la Pobreza (Fusupo) indaga en este último punto. “Volvemos a los mismo números que se han entregado anteriormente, que dicen que el 20% más rico está acumulando cerca del 72% del PIB, y sabemos que cerca del 1% concentra cerca del 32%. Vemos poca salida ante esto que nos golpea, y necesitamos un respiro. Hay que revisar bien el tema tributario y el tema laboral, pero yo agregaría una tercera cuestión, que ha estado planteada como ‘más crecimiento’. Yo creo que debemos revisar nuestra matriz productiva. Hemos vivido de materias extractivas durante muchos años y eso trae consecuencias como ahora”.
Según Moreno, el impacto que tiene el IVA en los estratos más bajos es mayor al que tiene en las familias de mayores ingresos. Esto, debido a que al ser un impuesto al consumo, son las familias de menos ingresos las que deben ocupar el 100% de sus ingresos (usualmente más) en esta materia, a diferencia de los estratos más altos, que pueden, por ejemplo, ahorrar.
Antes de redistribución Chile marca un 0,50 como índice de su desigualdad. Después sólo disminuye a un 0,47, lo que implica una reducción poco significativa.
En esa línea el director ejecutivo de la Fusupo desliza que existen dos caminos para hacer que la redistribución genere un mayor impacto: los impuestos y la negociación de los trabajadores en sus respectivas empresas.
Marco Kremerman, economista de Fundación SOL, concuerda con lo señalado por Moreno. Según afirma, el Código Laboral chileno acota los niveles de negociación favoreciendo al gran empresariado: “Para que se produzca una mayor distribución de las ganancias, un elemento fundamental es la negociación colectiva a gran escala: a nivel centralizado, por sector económico, por rama, por territorio o a nivel nacional. En general, en todos los países donde existe esa negociación, uno observa mayores niveles de igualdad en los ingresos e incluso mayores niveles de ocupación y productividad”.
El economista, además, agrega que con la última reforma laboral no se lograron avances sustanciales en materia de negociación colectiva: “En Chile el espacio de negociación a gran escala fue prohibida con el plan laboral del 79’ y jamás se ha vuelto a discutir. No estuvo presente en la discusión de la reforma laboral que entró en vigencia en abril de este año. Chile tiene desactivado el conducto que permite generar mayores niveles de igualdad, que es el espacio de la producción, antes de entrar al espacio de la redistribución”.
Kremerman afirma que es el lobby impulsado desde el gran empresariado el que ha hecho las maniobras para evitar que temas como el mencionado se incluyan dentro de la legislación chilena
De esta forma Chile vuelve a liderar un ranking triste, uno que se va convirtiendo en tradición. Los otros miembros que conforman el listado de los 8 países más desiguales de la OCDE son México, que ocupa el segundo lugar con un índice de 0,46 y después Estados Unidos, Turquía, Isreal, Estonia Reino Unido y Lituania, todos bajo los 0,40.