Los fenómenos de deslocalización generados por las empresas globales representan un problema fuerte para el mundo sindical europeo y mundial. ¿Cuál es el punto de vista de la CES y de CC.OO?
La preocupación del sindicalismo español y europeo es el deterioro de las condiciones laborales a nivel global. La irrupción de una nueva forma de explotación en las cadenas de valor de las empresas. Con el predominio del mercado lo que sucede es la infravaloración del factor trabajo.
Existe un problema con las deslocalización de las empresas pero mayor es la preocupación por el fenómeno de desinversión, que son radicalmente distintos. Esta última es la desaparición de una empresa de un lugar, la retirada de unos recursos. La deslocalización/relocalización es poder realizar una parte de la actividad de una empresa en otro país.
Más nos importa la desinversión vinculada a una mayor explotación del trabajo, que presiona a la baja el factor trabajo sin afectar otros elementos, para ganar mayor competitividad; esa fuerte presión sobre las condiciones de trabajo, se vive a nivel global. Es ahí donde el sindicalismo europeo y el sindicalismo internacional tienen que intervenir. Yo parto de una tesis y es que para poder defender los derechos de quien los tiene de una manera más amplia, hay que “exportarlos” a quien no los tiene.
¿Los encadenamientos productivos globales llaman entonces a una acción sindical de nivel global?
Claro, hay que pensar y actuar en global. La acción sindical limitada al alcance de un Estado es limitada. En Europa, por ejemplo, muchas decisiones ahora no se toman en España, se toman en la Unión Europea; por eso creemos firmemente en la acción global del sindicato. La dificultad de los trabajadores españoles es la crisis y el desempleo cuyo epicentro es Estados Unidos, que es el centro de la actividad económica y financiera. Y la dificultad del sindicato es cómo salir de esa crisis y cómo hacer ese recorrido sin que se mermen los derechos de los trabajadores ni el poder contractual del Sindicato. Y esa es también la preocupación de los afiliados.
Sin embargo en el contexto europeo la acción sindical supranacional parece tener muchos problemas. El Tribunal Jurídico de la Unión Europea (TJUE), que es el principal intérprete del Derecho de la UE, ha fallado varias veces en el sentido de limitar los derechos colectivos a nivel europeo a favor de la libertad de establecimiento de las empresas
El principal objetivo actualmente no es ganar nuevos derechos sino evitar retroceder en los que existen y que las intervenciones gubernamentales no asesten un golpe a los que es la autonomía de los interlocutores sociales. Para nosotros, por ejemplo, la negociación colectiva a nivel supranacional es un objetivo estratégico, pero otra cosa son nuestras posibilidades. Hay una apuesta del sindicalismo europeo de avanzar en la coordinación a nivel europeo de la negociación colectiva.
¿Qué espacio tiene en este ámbito la huelga? ¿Qué proyecciones supranacionales le dan ustedes como instrumento de reivindicación de derechos?
El modelo social europeo es mucho más que el Estado de Bienestar. Es hablar de reglas, es hablar del papel del Estado, y dentro de todo eso está la libertad sindical, negociación colectiva y huelga. Sobre esa base, la huelga es un elemento irrenunciable para el sindicalismo europeo.
Pero el Tribunal Júridico de la Unión Europea (TJUE) en sus sentencias ha dado supremacía a la libre circulación de servicios: ustedes entienden que van a tener que ejercer la huelga a nivel europeo sin reconocimiento jurídico expreso
El TJUE y sus sentencias son netamente conservadores. Son sentencias que el Sindicato rechaza, ya que la huelga es un derecho constitucional.
Estratégicamente entonces, ¿cada sindicato se movilizará al amparo de sus constituciones?
Sobre la base de las decisiones que tome cada sindicato, en este período ha habido huelgas en Grecia, Portugal, Francia, Italia, Irlanda, España, algunas de carácter general, otras sectorial.
¿Esto ha sido “espontáneo” o responde a una coordinación de CES?
Es CES el que ha llamado a jornadas de movilización europea
En su “Estrategia Europea 2011-2014”, la CES se muestra a favor del trabajo a tiempo completo con sus características clásicas, declarando que el trabajo a tiempo parcial debe ser netamente voluntario. ¿Esto significa que el contrato de trabajo con sus características clásicas es lo más deseable?
Yo creo en la centralidad del trabajo. Y creo en el empleo como factor de cohesión. Apostamos a que haya trabajo a jornada completa. Puede haber actividades que se puedan desarrollar a través de un contrato a tiempo parcial, pero que sea un contrato con derechos, con plena protección, y que no que sea una figura que se amplíe sobre la base de sumergir los derechos de los trabajadores.
El rol de la política frente a la crisis, las nuevas identidades precarias y el rol del sindicato
¿Cuál es su opinión sobre la Unión Europea (UE) como entidad política supra nacional?
La UE tiene un problema grave, que políticamente es muy débil. Tiene un Tratado, pero no una Constitución. Tiene una zona con moneda y mercado común, pero no una armonización en políticas económicas, fiscales y sociales; y eso es un problema. En esas materias políticas la UE está retrocediendo. Además impulsa una política marcadamente neoliberal, que fortalece lo que ha sido la raíz de la crisis, dejando la política en un segundo plano.
¿Podrías explicarnos esta última afirmación?
La UE no está actuando como debiera ante esta crisis. Juega un papel secundario con respecto a los mercados, debilitando la política frente a las finanzas. Adopta iniciativas que tienen un carácter muy uniforme, cuando los problemas de cada país son distintos, porque los efectos de la crisis en cada país no son los mismos. Y los países centrales de la UE como Alemania y Francia, pretenden adoptar medidas generales que responden a las preocupaciones de su propio país, en que hay problemas electorales también de por medio, y mirando al corto plazo.
Se suele decir que uno de los problemas mayores causados por la globalización es el debilitamiento de los Estados, que se encontrarían traspasados por los poderes privados volviéndolos obsoletos. ¿Está de acuerdo? ¿Qué rol piensa que tiene que jugar el Estado en el modelo de relaciones laborales?
Son cosas distintas: la globalización y el papel que, con o sin globalización, juegan los poderes privados en los términos que tú defines. Hay que definir qué predomina, si la política o los mercados. Es un problema de democracia. Actualmente la ideología dominante dice que los mercados son el tribunal supremo de la economía y de la política, las cuales deben adaptarse a sus exigencias y a ocupar un rol secundario. Yo me pregunto: ¿Hay margen para hacer cosas en España? Desde el punto de vista laboral estoy seguro que sí: la raíz de la crisis no es laboral, es económica y financiera. Creo, sin embargo, que las políticas laborales tengan que tomar una dirección distinta respecto a la actual. De la misma forma, estoy seguro que hay espacio para tomar medidas serias y eficaces en ámbito de política fiscal; para pensar y proponer, por ejemplo, una reforma tributaria progresiva, que genere mayor capacidad por parte del Estado en la reactivación de la economía y que, por lo tanto, pueda generar empleo. Todo eso, repito, depende de los Estados y de su voluntad de retomar un rol fuerte de regulación de los mercados.
Hay una tesis que ha planteado el neoliberalismo: el sector privado es eficiente, no tiene por qué tener regulación y el desempleo es racional. Nosotros creemos por el contrario, que el sector privado no es eficiente, lo que se ha demostrado en esta crisis, y que como consecuencia no puede carecer de regulación, y hay que regular los mercados financieros, poner tasas a las transacciones. Es decir, pensamos que el Estado tiene que recuperar determinados espacios, asumiendo que esta es una crisis de ese modelo desregulado.
¿La Confederación Europea de Sindicatos (CES) es un actor efectivo que logra incidir en las decisiones de la Unión Europea?
La CES es un sindicato con capacidad de propuesta, que sin embargo tiene una debilidad que es que no hay interlocutores claros. Ello porque las organizaciones (sindicales y patronales) no ceden soberanía a la UE. Por tanto, no hay un poder contractual fortalecido.
Lo que ha hecho la Confederación europea ha sido convocar a jornadas de acción y movilización. Y se ha manifestado en contra de las políticas que pretenden recortar los salarios y otras vías que pretenden afectar el factor trabajo. Es decir que, con todas sus debilidades, ha intentado ser una barrera frente a estas políticas regresivas.
En España han surgido hace algunas semanas movimientos ciudadanos que protestan contra la precariedad generada por la crisis económica, y que sin embargo parecen no sentirse representados por la política, en particular por los partidos de izquierda.
Hay un problema que no es sólo español sino de Europa y más allá de Europa, que es que la izquierda no ha sido capaz de dar una alternativa de salida a la crisis. Eso produce fundamentalmente desmovilización, y de parte de quienes más necesitan de la política. Y esos son los que están en peores condiciones. Si piensan que la política, que la izquierda, no les da respuesta lo que suele ocurrir es la desmovilización electoral.
En estos movimientos son los jóvenes que juegan un rol protagónico, y eso pone en cuestión la representatividad del sindicato. Hace poco hubo una movilización importante de la organización “Juventud sin futuro”, cuya convocatoria fue: “Sin casa, sin curro, sin pensión, sin miedo”, que movilizó a cerca de 2.000 personas; y que engarza con otras manifestaciones similares en Portugal, Grecia; también los trabajadores precarios han ido generando sus propias representaciones. ¿Cómo pretende CC.OO, si es que lo pretende, lograr representar los intereses y reivindicaciones de esas personas?
Lo de “jóvenes sin futuro” fue mucha gente y vemos con simpatía las movilizaciones. Pero nosotros creemos que la indignación sin un cauce social organizado no tiene sentido. Por eso el sindicato tiene una estrategia y tiene una propuesta.
CC.OO tiene 1.300.000 cotizantes de los cuales 250.000 son menores de 35 años. Tiene 10.000 representantes sindicales menores de 30 años. Ese es nuestro eslabón con los jóvenes y con eso se están planteando propuestas: la huelga general del 29 septiembre 2010 tenía que ver con el futuro de los jóvenes; la iniciativa legislativa popular en el Congreso para hacer revertir la reforma laboral tiene que ver con lo mismo, cuando hablamos del modelo productivo para España, cuando hablamos de temas de negociación colectiva cuyo objeto es reducir la temporalidad y precariedad, tiene que ver fundamentalmente con el futuro del empleo de los jóvenes.
Pasa que la crisis ha caído a plomo en España y nos ha llevado a un nivel de desempleo francamente insoportable, pero el sindicato está en este momento realizando innumerables asambleas con los jóvenes.
Para encontrar otros materiales relativos al 12. Congreso de la CES ver este link
Para encontrar interesantes materiales y observaciones en castellano, haga referencia al blog de Antonio Baylos Grau (catedrático de Derecho del Trabajo, Universidad Castilla La Mancha, Toledo, España).