¿Cómo se vive la huelga? 4 casos actuales
Preséntenos su empresa y su sindicato PISA: La empresa “Papeles Industriales” pertenece en un 50% a la SCA que es una multinacional sueca y el otro 50% es de Gabriel Ruiz-Tagle, que actualmente es Subsecretario de deportes. La empresa tiene alrededor de 480 trabajadores. El sindicato de Papeles Industriales tiene más de 20 años ya que nació en el año ’90, actualmente tiene alrededor de 120 socios. Antes de la negociación teníamos 195 socios, ya que la empresa despidió a varios de nosotros. GTD: Somos de la empresa GTD Telesat que es una empresa de telecomunicaciones del holding GTD, cuyo dueño es Manuel Casanova. La empresa tiene 125 trabajadores y nuestro sindicato es de 32 personas, y nació en el año 2006. Ekono: Esta empresa de supermercados fue comprada hace algunos años por D&S (Lider), que hace poco pasó a manos de la empresa de Retail extranjera Walmart. Siempre hemos sido los “hermanos chicos” de Lider en cuanto a las condiciones de trabajo. Nuestro sindicato se formó en Agosto de 2010, partimos con 8 socios y ahora somos 305. Somos el único sindicato que queda vivo, luego de al menos 4 intentos fallidos ese mismo año. Farmacias Ahumada: gran cadena de farmacias de origen chileno, la más grande de Latinoamérica, adquirida recientemente por la compañía mexicana Casa SABA.  Hace 10 años aproximadamente  introdujeron importantes cambios en la gestión de las personas, con despido de trabajadores, polifuncionalidad y reestructuración del sistema de pago por comisiones. El sindicato tiene 26 años, el 2006 fue censurado por corrupción y desde ese entonces ha asumido una directiva nueva. Hoy son alrededor de 700 socios. ¿Porqué se fueron a huelga, por qué se tomó esa decisión? ¿Cómo fue el proceso para llegar a eso? PISA: Nos fuimos a huelga porque no hubo acuerdo durante la negociación, ya que la empresa se puso intransigente y no aceptaron ciertos beneficios que nosotros estábamos pidiendo y creíamos que eran justos socialmente. A nosotros no nos quedó otra alternativa que decir “los vamos a tratar de presionar de otra forma”, porque por el proceso del diálogo no nos dio resultados. Los puntos importantes eran el incremento de sueldos, la ayuda de escolaridad y el bono de producción: dos los teníamos “semi-agarrados” y nos faltaba uno y ese uno fue el gatillante. Nosotros pensábamos llegar a los buenos oficios, ya que la Dirección del Trabajo nos dijo que todas las empresas estaban tratando de ir a buenos oficios, pero no nos resultó: en la última conversación oficial que tuvimos la gerencia nos dijo: “si ustedes no aceptan esta proposición que le estamos entregando, desde el primer día de huelga todo vuelve a cero y no se la va a dar nada de lo que habíamos conversado durante la negociación colectiva”. Con esa actitud nos fuimos a huelga con un 99% de aprobación por parte de los socios: 194 votaron a favor de la huelga y solo 1 en contra. Lo otro que gatilló la huelga fue una acumulación de todos los años y meses anteriores con respecto al comportamiento de la empresa hacia el trabajador. La empresa siempre ha sido anti-sindicalista, siempre ha tratado de hacer desaparecer el sindicato; esa es la tónica que ha tenido por lo menos en las últimas 2 negociaciones, y paso a paso, en cada negociación,  se han ido incrementando las motivaciones para ir a una huelga. Entonces llegamos con una predisposición de “queremos esto en beneficio de todas las represalias que nos hizo antes de llegar a la negociación”, y la empresa nunca tuvo el tino de decir “vamos a encontrar un acuerdo para bajar los humos”. Se encargaron de crear un ambiente hostil, y después de eso no quedaba otra alternativa que la huelga. GTD: Nosotros nos dimos cuenta de que la empresa partió para conseguirse los buenos oficios. Cuando consiguió los buenos oficios, a nosotros nos pusieron lo que se llama “un campana de goma”: ¡no sonó nunca el gallo! Digo así porque el mediador no presionaba a la empresa, y por eso nosotros tuvimos que retirarnos de las conversaciones. Antes de eso había sido un no rotundo a todo, en particular el incremento de los sueldos. Todas las instancias de negociación y diálogo que te preparan, las mesas de negociación, los buenos oficios no sirvieron para nada, y no van a servir mientras que nuestra clase política sea lo suficientemente valiente para legislar a favor del trabajador. Sin embargo al momento de decidirse por la huelga tuvimos problemas dentro del sindicato; la gente mayor de 40 años votaron en contra de la huelga porque le tienen un pánico enorme a perder el trabajo… ellos vienen con la educación de “te amotinaste, cagaste”. Por eso nos costó votar la huelga: un 60% de socios votó a favor, un 40% en contra, y eso en un sindicato de 32 personas, cachai? Está complicado, porque hay un patrón cultural sociológico, antropológico metido ahí. Cuando explicamos las razones de por qué la huelga, esta gente que era mayor de 40 años nos decía “oye pero traten de llegar a un acuerdo, traten de llegar a un arreglo ¿cómo voy a huelga? La huelga es de los comunistas ¡los extremistas van a la huelga!”. Ekono: nosotros sabíamos que la negociación colectiva se venía difícil y que quizás se hacía necesaria la huelga: o lo hacíamos ahora y le demostrábamos a la empresa que el sindicato sí iba  a dar la pelea de ahí en adelante o el sindicato iba a quedarse ahí unos meses más, como los otros. Ekono trabaja con el sueldo mínimo. Son $172.000 más un bono de asistencia pero que se pierden por cualquier caso de atraso o ausencia: $30.000 para los cajeros, $50.000 los nocturnos y $80.000 las jefaturas. Además los trabajadores realizan 6 o 7 funciones al mismo tiempo y no tienen la mínima seguridad. Para nosotros era insólita esta situación ya que hacíamos muchas más funciones que los demás trabajadores del holding y ganábamos menos, por eso nuestra demanda central era el aumento del sueldo base. Ahí la gente se dio cuenta que el sueldo era bajo para lo que les exigían, que  los habían tenido 5 o 6 años haciendo lo mismo, sacándoles el jugo y se dieron cuenta que merecían ganar más. La gente tomó conciencia en ese sentido: “tenemos que pedir más seguridad”, y así fue que llegamos a la huelga. La empresa hizo oídos sordos todo el tiempo. Nosotros estuvimos dispuestos a conversar antes con la empresa, porque sabíamos que nadie ganaba con la huelga, pero ahí ellos intentaron destruir el sindicato y ocurrió una práctica antisindical que está actualmente en los tribunales. Durante el proceso de negociación no hubo verdaderas discusiones con la empresa. Tuvimos una sola reunión donde nos dijeron que nos podían dar un aumento del 0,2% del sueldo, entonces la gente prendió con la huelga y dijo “sí, tenemos que irnos”. Tuvimos un apoyo casi unánime para ir a la huelga. Farmacias Ahumada: la huelga siempre ha sido un tema en nuestras últimas negociaciones. El año 2006 la votamos pero no la hicimos efectiva, el 2010, en la última negociación, el espíritu era de concretar eso pendiente. El empleador siempre ha sido medio durazno y los dos años entre negociaciones fueron de tira y afloja.  FASA es una de las cadenas más complicadas en este momento con respecto a sueldos, Salco Brand ya nos llevó un tranco adelante por lo mismo. Nosotros eran tres principios, nada más que eso, y pesaban…[nada] para la empresa. Queríamos en primer lugar que el empleador se hiciera cargo de la diferencia que teníamos para del sueldo base [respecto al sueldo mínimo].  Yo tengo un sueldo base en la empresa de $43.000, ése es mi sueldo base. Y cuando salió la ley de igualarlo al ingreso mínimo, de que “ningún trabajador debía ganar menos en el base del ingreso mínimo”, a nosotros ¿que hizo el empleador? ¿de dónde nos sacó la diferencia?:  de las comisiones, porque más encima la DT dio un dictamen, y nos sacó de nuestra propia comisión para llegar al sueldo base. En segundo lugar, también buscábamos que nos pagara gratificación garantizada, porque hace diez años que no nos pagan. Y lo otro era, era el tema de los bonos, que se igualaran los bonos. El problema es la gente nueva. Si yo tengo un bono de escolaridad por ejemplo de $100.197 ya, y la gente que va a entrar le dan un bono de $30.000, entonces esa disparidad que había.es lo que le importaba a la gente. Pero la empresa se negó hasta el final, hasta el final, y llegamos a buenos oficios, no pasó nada, y nosotros votamos la huelga y la hicimos efectiva el día 5 de octubre, el mismo día que se vendía FASA a Casa SABA, que eran los mexicanos. La votación fue unánime, 92%. La gente lo único que quería era hacerla efectiva, salir a la calle, gritar y todo. ¿Qué significó hacer una huelga en el Chile de hoy? Describan la actitud de ustedes como dirigentes, de los socios, de la empresa, de la sociedad, antes, durante, después de la huelga PISA: Dirigentes. Antes de entrar a huelga teníamos la convicción de tener que tratar de negociar para llegar a un buen término y evitar el conflicto; había confianza de poder llegar a un acuerdo. Durante la huelga nuestra tarea era la de mantenerla y tratar de doblegar al empresario, y ahí hubo una decepción al ver la posición de la empresa que no quería negociar, más bien imponer. El después de la huelga ha sido difícil y doloroso, uno queda resentido porque hubo muchos esfuerzos y sacrificios; muchas personas quedaron disconformes, tuvimos 68 despidos. ¡Uno queda resentido pero no abatido! Igual retomamos el asunto y queremos sanear esta herida profunda: por eso debemos mantener la organización sindical. Al mismo tiempo, aprendimos varias cosas: un sindicato tiene que prepararse para una huelga. Desde que termina la negociación colectiva ya hay que prepararse para la otra. ¿Por qué? Para preparar mentalmente a la gente, y económicamente que es lo fundamental. Nosotros entramos a la huelga “a poto pelado”, no había nada de preparado. Nada de nada. También aprendimos la importancia de la organización durante la huelga: nosotros teníamos varios grupos de trabajo, desde los que recolectaban dinero, los que paraban la olla, los que se mantenían en la parte recreativa que ayudaban a la gente a no bajar el ánimo, los que se encargaban de las comunicaciones. Entonces la organización de la huelga es primordial para poder mantenerla. Creo que eso fue que nos hizo mantenerla. Socios. Entre nuestros socios había mucha variedad: teníamos a gente antigua, de mucha edad, gente media entre 30 y 40 años y también teníamos a los lolos, los jóvenes de 20 años. Todos sin experiencia: era primera vez en su historia que hacían una huelga, a parte de un par de compañeros que venían de otra empresa y habían ya estado en huelga. Antes de la huelga tuvieron una predisposición mucho más fuerte que nosotros, ellos no querían negociar, querían obtener lo que estaban reivindicando. Durante la huelga se mantuvieron: su convicción fue firme, no tenían otra alternativa que ganar. Nosotros estuvimos 53 días en huelga y con mucho orgullo puedo decir que moralmente los muchachos se mantuvieron hasta el día 53: lo que a nosotros nos falló fue la parte económica. Después no fue decepción, más bien la conciencia de haber perdido. Pero se nota una diferencia entre los que fueron despedidos y los que quedaron: los que están afuera están con ánimo fortalecido: te cuentan que están buscando un pololito. Al contrario, la gente que está dentro en este momento está sufriendo el deterioro de su sueldo, están preocupados y nos llaman a cada rato. Empresa. Ellos mantuvieron constantemente su postura intransigente, con prácticas antisindicales y revanchismo y represalias. Fíjate que a mitad de la huelga nosotros tuvimos una mediación y teníamos la esperanza de que pudieran llegar con una buena oferta para nosotros ponernos flexibles y así llegar a un punto de acuerdo. Y ellos llegaron con el mismo cuento, con la misma posición e incluso con algunas cosas menos. ¿Entonces a qué juegan ellos? En que ya ha pasado el tiempo, muchos  trabajadores tienen temor, porque tiene un montón de presión afuera, la familia, las cuentas que hay que pagar. Y ellos van entonces con la confianza de que el trabajador pueda doblegarse. Autoridades. Nosotros estuvimos en desventaja total: carabineros estuvieron desde el primer día aquí afuera amedrentando, para que los compadres tuviesen miedo, etc. Otra autoridad, la Dirección del Trabajo: cero aporte. El director regional de hecho a mitad de la huelga me llamó para decirme que desistiéramos y aceptáramos lo que la empresa nos estaba ofreciendo. Pusimos todo tipo de denuncia a la DT y todas salieron a favor del empresario; después de la huelga, bueno la DT se salieron del tema y de hecho fuimos nosotros que tuvimos que presionarlos a ellos… irrumpimos en una entrevista de la Matthei y con eso logramos una reunión con toda la plana regional y nacional de la DT. Sociedad. Al principio no nos conocían. Durante la huelga nos conocieron por los accidentes y las colectas en la ciudad, pero bueno, nos conocieron como criminales. Ahora que la huelga ha terminado, no somos nadie: en Chile las huelgas pasan, y pasan no más, nadie se da cuenta. Para nosotros la parte comunicacional fue muy frustrante. La televisión, por ejemplo, nos hizo mierda, o sea nos bloqueó desde un principio. El único momento en que salimos a la televisión fue cuando hubo una manifestación grande en Panamericana, se paró la Panamericana por 45 minutos, lamentablemente hubo un fallecimiento de una niña y el incendio de la empresa… eso a nosotros nos lapidó. Pero eran cosas que no nos correspondían: y justo ahí aparecimos en los medios, y aparecimos como los terroristas que habíamos quemado a la empresa y habíamos matado a una niña, así salimos en la tele. GTD Dirigentes. Antes de la huelga había dudas entre nosotros de que íbamos a llegar a la confrontación. Sin embargo supimos preparamos y por eso pudimos solventar totalmente los 3 días que estuvimos en huelga, que era lo que la gente quería, que le solventáramos esos días. Una vez votada, nosotros dirigentes lo vivimos como hecho asumido: había que resistir 3 días. Después, yo diría que hay un desencanto en los dirigentes mismos. Socios: antes estaban divididos, de hecho ganamos la votación de huelga por un margen muy pequeño. Durante la huelga, de los 32 socios participamos sólo 15 ahí metiendo bulla en la calle. Después de eso, hicimos un evento para reunir fondos y solo 6 socios fueron de 32, nadie. Y en la reunión cuando dimos cuenta de lo que pasó vinieron 8. Los socios están desencantados, miden los beneficios que le está dando el sindicato en comparación a lo que le está dando el empresario. ¿Por qué la gente piensa así? Porque está “encalillada”, porque tiene que pagarle al amo. Nuestro sindicato es transversal, tiene vendedores, ingenieros, técnicos, es súper complicado. Nosotros dirigentes sabíamos de la base que había una expectativa que le iban a devolver la plata; de ahí, más allá de esa plata que se iba a devolver, la huelga no podía ir. Entonces es súper frustrante. Empresa. Se mantuvo totalmente indiferente a nuestras reivindicaciones, y solo mostró la intención de anularnos. Terminada la huelga nos hicieron extensivos los beneficios que conseguimos en esta negociación colectiva y dejamos de percibir una importante cantidad de dinero que nosotros dividíamos entre los socios, entregando un bono de pascua y fiestas patrias. Esta política de quitar beneficios sindicales desintegra a los sindicatos. Ahora conmigo siguen, ya que han mandado 3 cartas a la Inspección del Trabajo para amedrentarme a mí y a mi familia. En general puedo decir que el empresariado tiene una doctrina en este momento, muy Opus Dei, que es “mira roto, yo te doy de comer por lo tanto tu comes lo que yo te doy, y si no te gusta te vas”. En este momento el empresario hace lo que quiere con nosotros. Autoridades. Fue increíble. Nos mandaban carabineros 3 veces al día, que cortaron las ramas verdes de unos árboles sin la autorización de la municipalidad para que hubiese más sol, y filmarnos con una cámara. Sin embargo Zalaquett el alcalde del Centro no mandó a nadie a inspeccionar. Sociedad. Yo veo pura indiferencia. Nuestra sociedad está viviendo según  el “no estoy ni ahí” y el “hay que puro salvarse”. Fíjate como tienen éxito los realities… uno escucha los cabros y siente que hay una indiferencia total con lo que es una huelga, no saben lo que es una huelga, no la ven como un instrumento de negociación, mas como algo pernicioso; “me salvo yo solo no más po’”. Nosotros recibimos apoyo durante la huelga, pero cachai el miedo que estaba detrás de ese apoyo. Mucha gente nos ayudó anónimamente, nos compraba bebidas, nos mandaba la plata, pero después de la huelga… nunca más… ni siquiera te preguntaron como saliste. ¿Por qué? Nos ayudaban con la esperanza de que nos fuera bien para recibir el chorreo. En la clase trabajadora de Chile hay instalada esa mentalidad del chorreo. Esperamos el chorreo, como nos enseña nuestra formación católica, pero la formación católica sirve solo para formar limosneros y pobres… “si le va bien al patroncito el patroncito nos va a dar la sobra del asado, nos va a dar el copete gratis”. Ekono Dirigentes. Nosotros al comienzo sabíamos que teníamos que armar la negociación para que el sindicato sobreviviera así es que estuvimos enfocados en fortalecer el sindicato. Y lo hicimos bien porque crecimos mucho en pocos meses. El mayor problema es que como éramos un sindicato nuevo no teníamos muchos recursos como para mantener la huelga. Eso lo aprendimos ahora, que el sindicato no puede hacer una huelga con la pura voluntad porque la gente necesita la plata. Por otro lado, es muy duro estar en huelga, especialmente para los dirigentes. Uno sale de su casa temprano en la mañana y vuelve de madrugada, porque todos los días hay que evaluar las acciones y planificar algo nuevo para los días siguientes. Al terminar la huelga fue difícil. Tuvimos que tomar la decisión de acogernos al 369[1] porque estábamos seguros de que perderíamos el quórum para seguir en huelga y así la gente iba a perder todo. Cuando hicimos la reunión para explicarle a la gente, ellos querían seguir la pelea aunque fueran 20, entonces a nosotros nos dio impotencia y por ellos hubiéramos seguido, pero era hacerle daño al sindicato ya que se habían ido descolgando de a poco. Nosotros dimos la cara cuando volvimos al trabajo, fuimos los primeros ahí parados explicándole a la gente, diciéndole que no íbamos a detenernos, que esto no significaba una derrota para nosotros. Creamos planes de trabajo para que la gente supiera que no  íbamos a abandonar después de la huelga, porque ese era su mayor temor. Decidimos ir local por local, ir a fiscalizar, pasar multa, y así sucesivamente. Ahora tenemos una reunión del sindicato para evaluar lo que se hizo y ahí veremos cómo se evalúa a los dirigentes. Socios. La gente se dio cuenta de las actitudes de la empresa, entonces dijeron “nosotros podemos pelear, por lo menos hay que demostrar el descontento que tenemos a la empresa sobre lo que está haciendo”. Entonces se hicieron la idea de que había que hacer la huelga. Lo que más complicó fue la actitud de la empresa y que no teníamos recursos. Cuando se cumplieron 12 días de huelga y tocaba que la empresa entregara el anticipo de quincena, ésta no lo dio y eso afectó mucho a los socios, porque no tenían plata para llevar a su casa, para movilizarse, para comer. Al principio de la huelga estaban todos, hasta que llegaron a ser sólo 70 en un local. Al final algunos se quedaban en la casa y otros ya habían vuelto a trabajar. Eso generó problemas porque algunos querían seguir peleando pero otros ya no podían. Obviamente la huelga desanimó a la gente y eso se vio en que la gente quería salirse, pero de a poco ha ido entendiendo, aunque otra no entendió. Los trabajadores están preocupados también por lo que pase después de que se acabe el fuero. Empresa. Desde que se formó el sindicato la empresa no ha tenido pudor en hacerle la pelea. Nos cargosearon a los dirigentes y a los trabajadores, nos amenazaron con que íbamos sufrir consecuencias después. En la negociación nos cerraron la puerta en la cara y siempre nos dijeron que no tenían nada, aunque seguían abriendo locales y arreglando los que ya tenían. Durante la huelga la empresa no se nos acercó y sólo nos mandaron al jefe de seguridad de Walmart para saber que queríamos. No hubo más acercamientos salvo cuando la Dirección del Trabajo obligó a la empresa a sentarse, pero ahí ellos no dieron nada tampoco. Autoridades. Estamos esperando que se pronuncien: tenemos un caso de prácticas antisindicales en la justicia y esperamos que la DT determine la cantidad de reemplazantes que utilizó la empresa para que pague el bono correspondiente. Porque ellos no lo reconocen. Respecto a los carabineros dependió de la zona en que nos encontrábamos. Sociedad. La recepción de la gente fue diversa según los sectores: en Curicó con San Isidro la gente nos tiraba cosas y aparecían a cada rato los carabineros, nos desalojaban, nos llevaban a la comisaría. En Providencia fue mucho mejor la recepción. Los jóvenes universitarios, cercanos a los locales, en general se acercaban y manifestaban solidaridad. Un punto complicado de las huelgas es que no funcionan bien si uno no se pone agresivo. Si no se ven carabineros encima, si no se están agarrando con los guardias, si no hay destrozos o desmanes la empresa no reaccione porque no hay nada más que le interese. Es lamentable porque se nos debería dejar hacer huelgas pacificas. Hubo un día de huelga que fue muy  entretenido, la gente se puso a bailar delante del local, deteniendo a la gente, usando el espacio como un lugar de comunidad, porque eran los trabajadores los que se estaban manifestando, pero carabineros nos desalojó a todos, no hubo tregua en eso, y no había destrozos ni nada. Si en un futuro las huelgas pudieran ser así, de poder detener locales realmente, poder juntar gente ahí y no tener que provocar destrozos, eso sería maravilloso. Pero la prensa muestra la huelga cuando ya la gente no da más, es decir el día 15 o 17, cuando la gente ya esta estresada, cuando no han comido bien, no han dormido bien, tiene la carga de carabineros, le han pegado, lo han pisoteado, lo han insultado. Eso es indignante. Otro problema es que a este país le falta la unión, especialmente entre los sindicatos. Al comienzo estuvimos muy solos, aunque tuvimos el apoyo de la CNT. Faltó más apoyo de otros sindicatos del holding. Farrnacias Ahumada Dirigentes. La primera negociación del 2006 no nos fuimos a huelga porque no estábamos preparados, llevábamos recién dos años de dirigentes, o sea, para nosotros como dirigentes era un costo enorme irnos en ese momento a huelga, y fuimos súper sinceros con la gente. En la negociación del 2010 nosotros íbamos preparados para irnos a esta vez a huelga, mentalmente. Pero tuvimos varias cosas complicadas. Lo más complicado fue la plata. Nosotros habíamos pensado el 2008, de que la gente ahorrara voluntariamente, no sé po, $10.000 mensuales, y el sindicato se lo entregara después en el período de huelga, pero no pasó…si bien es cierto nosotros habíamos planificado a dos años esto, porque siempre dijimos que íbamos a ir a huelga…no se hizo. Lo otro es que nosotros nos confiamos mucho, porque la empresa había tenido una huelga año 0 por decir algo, ventitantos años atrás, cuando yo todavía no estaba en la empresa, y duró dos días y medio, y nosotros nos confiamos de eso. Nosotros dijimos “no aguantan cinco días”, y pasaron cinco días, pasaron 6…. fuimos un poco pasivos al principio, porque simplemente bloqueábamos los locales, nada más, y le hablábamos a la gente, pero después de que habían pasado los días, y nosotros llamamos al empleador y no nos contestó, nosotros nos pusimos nerviosos, complicados, porque sabíamos que la gente se nos iba a bajar, por la quincena…El problema fue no haber actuado al tiro “duro”, así como el día 26 de octubre que nos tomamos el local de calle Estado, eso debimos haberlo hecho el día 5, porque allí la empresa se dio cuenta de que podíamos hacer más cosas. Lo otro es que cuesta organizarse de la mejor forma, hicimos un plan maestro para bloquear los locales emblemáticos. Eran hartos locales, la gente derrepente tu la querí mover pa otro lado y te dicen “yo quiero estar allí, quiero irme a ese local porque ya estoy ahí”, uno quería enviarla a otro local y entonces te cuestionaban “no yo quiero ir pa allá”… tuvimos hartos problemas con respecto a eso.  Yo me moví mucho, Maipú, por ejemplo, [les decía] “necesitamos que ustedes estén ahí” “que vamos pa allá. “que vamos pa acá”. Todavía me acuerdo de los primeros días y me da pena, mucha pena, yo lloré mucho en la huelga…. Socios. El 2010 la campaña del terror de la empresa fue igual [que en la negociación anterior], pero la gente creyó más en la huelga po “no po, esta es la oportunidad de irnos”, porque siempre quedó con ese estigma de no haber ido el año 2008, como había mucha gente antigua, la gente se quedó con esa sensación de que debimos habernos ido ahí.. Paralizamos  locales, hicimos ¡pero una cantidad de marchas!, nos juntábamos todo el tiempo, todos los días prácticamente. En regiones fue súper duro, no lo podemos negar, la región que se portó más mal fue la séptima, que ahí también pasa por un tema país, por el terremoto (por ejemplo en Talca, de 7 locales que habían quedaron 3, entonces la gente igual se cuestionó que los iban a echar, lo que todo el mundo piensa). La gente antigua fue la que más aguantó en la huelga, y quería seguir en la huelga, porque tienen ¡45 años metida en la empresa!, imagínate cómo se siente el haber dado toda su vida – porque es toda la vida po – y que les haga eso, que los sueldos se los bajen, que los manipulen. La plata es un problema. El 80% de este país está endeudado, porque quien no está endeudado hoy día, cuesta ahorrar. La gente quería que nosotros como sindicato les ayudáramos a ahorrar a ellos mismos…ellos tampoco ahorraron, aunque les pedimos. Cuando se nos cayó el quórum, la gente se dio cuenta que no hubo mayoría absoluta, yo le dije a los dirigentes “esto se nos cae y la gente va a  reaccionar de una manera horrible”, y quedó la escoba,  el que nos prestaba la sala de la CUT, dijo “primera vez que había visto una huelga tan triste”, porque era una llantera, lloraban hombres y mujeres, nos abrazaban y decían “no se preocupen chiquillos, si esto no es culpa de ustedes, esto se nos cayó porque la gente, hay varios que no quieren seguir, como son tan mala leche”… en primera instancia no nos culpó, donde nos han culpado un poco fue después…facebook reventó. Es la gente antigua la que más reclama, los nuevos como que se han dado cuenta… la mayoría de la gente está “pucha, que rabia por este empleador”… la rabia que uno siente, es arabia que sentí yo, me di cuenta que muchos la sintieron. Empresa. A mí, pucha, la primera impresión cuando el empleador no nos quiso recibir, a pesar de que al empleador lo conocíamos hace 4 años como dirigentes, fue de mucha rabia e impotencia por haber dado los veinte años de mi vida que llevo ahí, con él. O sea, como que me sentí en algún momento, que había perdido esos veinte años. Lo otro que me molesta mucho es que uno es un número no más, no ven a la persona detrás de ese número, lo único que le interesa es que tú le produzcas, y listo….el dinero lleva a eso, yo cada día me convenzo más de eso. A mí lo que me molesta es que esta empresa llego a ser como es gracias a los trabajadores antiguos, y los echó a todos prácticamente, o sea, quedamos antiguos todavía, pero no queda esa gente antigua que le dio la esencia a la empresa… si FASA estuvo en el tapete de las empresas top, y en Latinoamérica ella es la más grande. La gente trasmite su rabia hacia nosotros, pensando que nosotros tenemos más poder, pero no se puede po, si el empleador es así, te dice “no no más, y es no no más po”. Autoridades. El tema de las autoridades, a mi me dio mucha lata su actitud. Nosotros fuimos al congreso, porque ya teníamos un proyecto por el tema de la polifuncionalidad, de las góndolas y todo eso…con la comisión de trabajo y de salud, porque nosotros nos regimos por los dos lados. Fui a la comisión de salud, con la federación de farmacias, pero terminó antes y también pude entrar a la de trabajo, y ahí me di cuenta que a ellos no les importa nada los problemas que tienen la sociedad en sí y el trabajador, ¿por qué?, porque todos estos tipos están en las empresas, entonces, a uno le da rabia esa cuestión. Además, la situación es incómoda, porque en el congreso ellos toman agua, bebida, comida, y a ti no te ofrecen ni un vaso de agua, ¡ni un vaso de agua!, uno se llega a sentir mal como trabajador “y a estos más encima que yo les estoy dando todo esto, les pago el sueldo, la dieta y todas estas cuestiones, y o te ofrecen ni un vaso de agua” , se paran cuando quieren, interrumpen, “no es supuestamente una sesión solemne”, tenían que haber catorce y habían seis….(…) Los pacos nos conocían en el centro de Santiago y nos perseguían, veían a alguien de blanco y al tiro. Otra anécdota fue que a nosotros nos tocó la huelga con el rescate de los mineros, y cuando ellos vinieron a Santiago un día a la moneda, a ver al presidente, nosotros nos instalamos, un compañero tocó la bubusela y todos sacaron las pancartas, y salió ese día el presidente en las noticias diciendo que “los mineros se podían estresar con esta huelga”. Sociedad. Yo creo que lo que nos falta es un tema más país, que la gente sea más solidaria, nosotros mismos que seamos más solidarios con la gente cuando está en huelga, no se po, hubo un par de huelgas por ahí, me acuerdo cuando estuvo de huelga el metro después de la nuestra, y yo les dije que tenían que ser más duros, porque la gente igual entraba. Y lo otro que tenemos nosotros, yo siempre pongo el ejemplo de Argentina, donde hace un tiempo atrás, hace dos años atrás, se paralizó entero por el tema de la fruta, porque habían subido todo y ellos se movilizaron no más po, si tenemos que ser como los magallánicos, que cuando les subieron el gas y les prometieron más subsidios, pararon no más. Respecto a los medios, sólo aparecieron cuando ya hicimos destrozos…la televisión sólo llegó cuando uno hace desmanes.
[1] Artículo del Código del Trabajo para el caso en que la negociación no haya llegado a acuerdo, caso en el que se mantienen las mismas condiciones contractuales para los trabajadores, pero sin las clausulas de reajustabilidad, para volver a negociar en 18 meses más.