Coloquio sobre conflictividad laboral y politización sindical

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NOTICIA: Ante una audiencia que reunía a académicos, dirigentes sindicales y estudiantes, se presentaron los resultados de una investigación cualitativa desarrollada en tres regiones del país. Este trabajo busca caracterizar la huelga de acuerdo al punto de vista de los representantes sindicales.

[03 de octubre 2015] En el marco del coloquio “La huelga desde adentro: conflictividad laboral y politización en el sindicalismo actual”, investigadores del Centro de Investigación Político Social del Trabajo (CIPSTRA), en conjunto con el Núcleo de Investigación de Movimientos Sociales y Poder Popular, presentaron los resultados de su investigación, realizada al alero de 42 entrevistas a dirigentes sindicales de las regiones quinta, octava y Metropolitana. La actividad se desarrolló en la Facultad de Ciencias Sociales de la U. De Chile.

El equipo investigador presentó sus resultados, identificando a la huelga como elemento reactivo en un proceso de negociación colectiva. “En general, la disposición a la movilización tiende a ser una respuesta a decisiones previas, sostenidas por el empleador. Los dirigentes sindicales señalaban que se encuentran en diálogo constante, pero muchas veces ocurre un quiebre y, básicamente, los trabajadores se ven en la necesidad de enfrentar esto con movilización”, sostuvo Angel Martin, estudiante de sociología de la Universidad de Chile, cuyo trabajo se centró en 24 entrevistas realizadas en la RM.

Por otro lado, Karim Campusano (CIPSTRA), se refirió a los costos que tendría la huelga para los trabajadores, señalando que siempre es mayor para el sindicato. “Esto lo sabe el empleador, porque en muchos de los casos que estudiamos, los dirigentes decían que el empleador siempre busca o espera que los sindicatos vayan a huelga, porque sabe que, en el fondo, se van a pérdida”, destacó.

En este sentido, la investigadora detectó tres niveles de costos: en primer lugar, económicos, expresados en descuentos salariales, costos operativos para mantener la movilización y despidos posteriores a la movilización.

En segundo término, existen costos organizacionales, relacionados con el hostigamiento del empleador a los trabajadores, la negociación individual y la deslegitimación de dirigentes.

Por último, Campusano señaló que existirían costos morales, asociados al temor sobre lo que sucederá después de la huelga, maltrato a trabajadores durante el proceso de negociación y no valoración del trabajo.

Sindicalismo y politización

Además de la huelga, el tópico de la politización también fue parte de la mesa. Recaredo Gálvez (Fundación Sol), realizó su estudio sobre la base de organizaciones sindicales con más de 50 afiliados en la región del Biobío. Sus resultados sostienen que la mayor parte de los entrevistados indica que los miembros de su organización no se sienten representados con ninguna afiliación política.

Sin embargo, los dirigentes entrevistados “asumen que se encuentran en una franja más politizada que la base que representan. No obstante, existe un planteamiento respecto de la necesidad de que esta brecha sea cada vez menor”, acotó el investigador.

A su vez, comentó los resultados que relacionan el momento de la huelga y la auto afirmación colectiva de los trabajadores. “Las líneas esenciales para este reconocimiento se orientan hacia la comprensión de que los empleadores son los dueños de los lugares. Son quienes reciben beneficios y una serie de aspectos vinculados a la propiedad. Mientras que los trabajadores serían aquellos que no son propietarios y solo son capaces de desarrollarse mediante la acción de su trabajo. Es decir, viven gracias a que están trabajando”.

Por su parte, Matías Torres (U. De Valparaíso), trabajó el impacto de las concesiones privadas en el puerto de San Antonio y Merval sobre el sindicalismo. Su presentación destacó las diferencias entre ambos casos, relacionadas con la tradición sindical. Para el caso del terminal portuario, el investigador la identifica como fuerte, pero “se ha ido perdiendo, por la entrada de empresas privadas que han ido despidiendo a los antiguos trabajadores o los han ido jubilando y han entrado nuevas generaciones de, que no están empapados con esta tradición sindical y que, simplemente, no adhieren. Por lo tanto, podemos observar un declive en las luchas sindicales del portuario”, sostuvo.

“En el Merval, fue posible notar un proceso inverso, ya que ellos ya sufrieron un proceso de privatización. Ellos se han rearmado como sindicatos pequeños y poco a poco se han ido relacionando entre sí. Han creado coordinadoras, sindicatos inter-empresas…Están desarrollando un proceso ascendente de sindicalización”, agregó.