Por Patrizio Tonelli/ Investigador de la Fundación SOL
¿Cuáles fueron los puntos clave de esta negociación?
El proyecto de negociación abarcaba varios puntos ya que el sindicato es un sindicato transversal que asocia a técnicos de reparación, gente de administración, del área comercial y de ingeniería. Los puntos más importantes tenían que ver con el tema de las metas y comisiones para el área comercial y para los ingenieros.
¿Cuál es el problema con las comisiones?
El tema de las comisiones interesa básicamente a la parte de ingeniería ya que ellos reciben una comisión cuando el proyecto que han diseñado se vende. En esta negociación planteamos un reajuste al monto de las comisiones, sin embargo la empresa no lo dio porque dijo que no era política de ellos.
Háblame del problema de las metas
Hasta hace un mes atrás en la parte comercial cada vendedor tenía su comisión de acuerdo a lo que vendía. Después aparece una fórmula, implementada por la gerencia, en la cual si tú no cumples con la meta establecida por la empresa se te descuenta el 35% de la comisión ganada. Es una fórmula que está muy de moda hoy en Chile, he estado averiguando en otras empresas de comunicaciones y es una fórmula perversa. Nosotros quedamos de palabra con la empresa que si en realidad el trabajador no se sentía muy conforme con esto se iba a revisar y se iba a replantear la fórmula del cálculo de las comisiones. Hasta el día de hoy ha sido una total negativa por parte de la empresa: no hubo mejoras en esta fórmula y se sigue aplicando tal cual.
Pusieron un tema de transparencia entonces
En el fondo como sindicato buscamos transparentar todo el tema de las comisiones y de las metas, y tener una participación que te digan “este año estas son tus metas” y que las metas por último te las cambien 4 veces al año.
El problema en el fondo es entonces cómo se deciden las metas
Claro. Lo que más le molesta a los trabajadores es que la empresa mueva a su discreción las comisiones, y que cuando ellos quieran te aumenten la cartera y al aumentarte la cartera te aumenten las metas, y al aumentarte las metas igual vas a pagar tu 35% por no haber cumplido. Nosotros consideramos que era injusto y buscamos que la empresa dijera cual era la fórmula, como estaba haciendo estos descuentos y también reivindicamos que las metas se fijaran 2, 3 o 4 veces en el año, pero no que las estuvieran cambiando a como ellos estimen conveniente, porque es demasiado arbitrario: se supone que en un trato laboral, un trato laboral justo (estamos hablando de justicia no de conveniencia), el mínimo respeto que se tiene que tener con el trabajador es hacer un trato y uno de los tratos es fijar las veces que a ti te van a fijar las metas. Cuando a ti te dan un plazo, que es lo más lógico, lo más respetuoso, este plazo te permite de proyectarte económicamente como trabajador.
Me imagino que la presencia de metas y comisiones provoca stress en los trabajadores
Por supuesto, hay un estrés bastante grande ya que uno está siempre pendiente de las metas para tener el dinero para pagar las deudas. Pero para la empresa esto no es importante, a ellos le produce indiferencia solamente
¿Hubo puntos del pliego de reivindicaciones que la empresa aceptó?
Sí, parcialmente logramos solucionar el tema del pago de horas extras para los técnicos de reparación.
¿En qué consistía esa reivindicación?
Los técnicos de reparación tienen un bono asegurado, equivalente a 10 horas extras y entonces cuando tú hacías horas extras recién te la pagaban después de la hora 11. Hoy en día conseguimos que el 50% de ese bono pasara al sueldo base, y que se empezaran a pagar las horas extras desde la hora cero en adelante. Esto fue un logro interesante: sin embargo el ideal hubiera sido que pasara al 100%.
¿De qué tamaño es el sindicato de GTD Telesat?
La empresa tiene aproximadamente 140-150 trabajadores en todo Chile, y nosotros somos 32 socios a lo largo del país. Más allá de Santiago tenemos socios en Antofagasta y en Iquique. Teníamos socios en Concepción también, pero ahí con una maniobra gerencial se consiguió que los socios renunciaran.
¿Esta fue la primera negociación colectiva que plantearon?
No es la segunda. El sindicato de Telesat nació 4 años atrás porque nosotros no teníamos participación en los reajustes salariales, no se nos pagaban las horas extras, y hasta nos bajaron el sueldo base. Ante esto consideramos que no era un trato justo, y por eso nace el sindicato que empezó su primera negociación colectiva en la cual fijamos varios puntos, que con esta nueva negociación tratamos de perfeccionar. Sin embargo no fueron tomados en consideración por la empresa.
La sacralización de la avaricia
¿Cómo evalúas la postura de la empresa frente a esta negociación colectiva?
En el fondo responde a una doctrina empresarial típica de la oligarquía chilena que es “mira roto, yo te doy de comer, tú comes lo que te doy y si no te gusta te vas”: es una posición muy de patrón de fundo que se mezcla además con una visión equivocada de la religión. Ellos te dicen: “tu naciste de acuerdo al plan que te dio Dios, y Dios dio el plan que tu eres técnico, por lo tanto tú te tienes que conformar y ser feliz trabajando siendo técnico: no importa que no te paguen las horas extras porque Dios quiere eso”. Entonces yo veo que detrás de esta doctrina empresarial hay una “sacralización de la avaricia” que es muy fuerte ahora en este país, lo puedes ver en lo que pasó con FASA también, y que de seguir siendo así en un tiempo más vamos a terminar siendo una teocracia, una dictadura solapada del empresariado que ocupa el nombre de Dios.
¿La postura de la gerencia de GTD, entonces, refleja la del empresariado chileno en general?
Sí, en general, y sobre todo de los empresarios que tienen raptada la iglesia católica en este momento, que son del Opus Dei y de los Legionarios de Cristo.
¿Y por qué destacas que ellos tienen una visión equivocada de la religión?
Porque cuando a Jesús se la acerca el hombre rico y Jesús le dice “vende todo lo que tú tienes y sígueme”, el hombre rico dice “pero para que yo tengo que vender todo si yo quiero hacer buenas”. Jesús entonces lo mira y le dice: “no hemos venido a hacer cosas buenas, hemos venido a hacer cosas justas”. Entonces tú no puedes nombrar a Dios si no estás dispuesto a hacer justicia.
Claro, en este caso hacer cosas buenas seria como hacer filantropía
Significaría dar limosna, y nosotros trabajadores no somos limosneros.
Si me permites una pequeña crítica, personalmente me parece que muchas veces los trabajadores chilenos aceptan limosna…
Justo, pero ahí hay un patrón cultural que por muchos años ha sido manejado por la iglesia católica y en mi opinión la iglesia católica sirve para fabricar pobres y limosneros. Y el resultado se ve ahora con la victoria de un gobierno de derecha: ¿en qué sentido apuesta la gente a que se haga un gobierno de derecha? A que se produzca el chorreo. Pero resulta que al empresariado nunca le chorrea siempre le falta. Entonces el chorreo no existe y lo que te dan lo dan en calidad de limosna y la gente se ha acostumbrado a eso.
Este patrón cultural no prevé la existencia de sindicatos reivindicativos ¿estás de acuerdo con esta afirmación?
Sí. Durante el gobierno militar se produjo 2-3 generaciones que viven con pánico de perder el trabajo y esa gente jamás te va a participar en un sindicato, y es la gente mayoritaria. Y las generaciones nuevas al quitarle cierto tipo de informaciones a su educación nacen a la vida laboral sin tener ningún concepto sobre lo que es justicia laboral, sobre cuáles son sus deberes y sus derechos.
La tarea del sindicato y de los dirigentes
Si tuvieras que definir el sindicato ¿cómo lo definirías?
El sindicato para mi es la herramienta, es la organización que te permite entablar un diálogo con el empresariado para poder “tratar” tu trabajo, o sea, hacer un trato con tu trabajo. Porque ellos te piden que tu le vendas el trabajo pero ellos te pagan lo que ellos quieren.
¿Y en tu experiencia encuentras que la posibilidad de construir este trato es efectiva?
En verdad no. En nuestra negociación colectiva nunca la empresa realmente quiso dialogar. Nuestro proyecto de contrato representaba un 0,02% de los gastos de la empresa, sin embargo nunca quisieron fundamentar el rechazo a nuestras reivindicaciones, solo decían “esta es la voluntad de la empresa”: ¿de qué diálogo estamos hablando?
¿En GTD es difícil fortalecer el sindicato?
Por supuesto porque está el miedo de perder el trabajo, o sea la palabra sindicato ha sido satanizada. Además existe todo el problema de que la empresa favorece sindicatos amarillos, con dirigentes que se venden a la empresa. Por ejemplo, me recuerdo que un tiempo atrás, en una reunión con otros sindicatos del holding GTD, un dirigente me atacó por haber denunciado la empresa porque no nos daba zapatos de seguridad.
Aquí entra en juego también el tema de la ética de los dirigentes
Claro. Ser dirigente es un servicio que se hace a los compañeros. La acción sindical es para servir a las exigencias de los trabajadores y no para servirte a ti dirigente, por eso debe ser transparente y consecuente. Conozco a varios casos de dirigentes que por ejemplo se venden el fuero sindical y negocian su salida de la empresa. Esto no es ser dirigente.
Para concluir ¿crees que esta negociación tuvo aspectos positivos?
Por supuesto, hemos conseguido logros que no hubiésemos conseguido si no hubiéremos hecho un sindicato. Por un lado logramos algunas cosas materiales: por ejemplo que para los técnicos se incorporara el 50% del bono garantizado al sueldo base. Por otro lado hemos logrado cosas menos materiales pero igualmente importantísima.
¿A qué te refieres?
Hemos logrado que los trabajadores se comprometieran con sus necesidades, y que para querer defenderlas llegaran hasta la huelga. Además logramos construir empatía con los trabajadores no sindicalizados: por ejemplo durante la huelga nos llegaban bebidas heladas para apoyarnos en el medio del calor y eran nuestros colegas que estaban trabajando que las mandaban. Eso abre un espacio enorme para la fe en la justicia social y en lo que me enseño mi padre, que también era sindicalista: “hay dos tipos de personas: aquellas que eligen vivir de rodillas, y aquellas, las menos, que son respetuosas de sí mismas y de los demás, que eligen vivir de pie”. Nosotros con esta negociación demostramos que es justo y posible vivir de pie.