En Chile, el presidente Sebastián Piñera lanzó una reforma al sistema de salud heredado de Pinochet, un sistema que discrimina a las mujeres y las personas más vulnerables.
Publicado por Radio Francia Internacional, el 24 de abril de 2019.
Actualmente, el sistema de salud chileno es caro y desigual, pero produce millonarias ganancias para el sector privado. Así lo heredó Chile de la dictadura de Augusto Pinochet.
Tras lanzar una reforma del sistema de pensiones, el actual presidente de derecha Sebastián Piñera impulsó esta semana una reforma del sistema de cobertura médica. La reforma alcanzará tanto el público Fondo Nacional de Salud, el FONASA, como los fondos privados ISAPRES, criticados por sus usuarios por sus altos costos. Las mujeres en edad fértil pagan hoy en día hasta tres veces más que los hombres de su misma edad, por ejemplo.
“Una serie de exclusiones”
Andrés Solimano, economista y presidente del Centro Internacional de Globalización y Desarrollo en Santiago de Chile, explica que “el sistema tiene una serie de exclusiones” que toma en cuenta la edad, el género o el estado de salud preexistente: “Este sistema está hecho para básicamente proteger las ganancias del instituto de salud privado más que de la población. Fue parte de la reforma privatizadora de los servicios sociales, implementada en los años 79 y 81 en la época del Pinochet”, comenta.
Sobre si se reformará realmente el sistema, Solimano opina que “la filosofía de esta reforma es básicamente de consolidación del sistema de salud privado. Regula un poco más el sistema de tarificación de las ISAPRES, otro punto muy crítico en la población”.
Con la introducción de topes para los aumentos anuales de las cotizaciones, el proyecto de ley del presidente chileno busca atenuar los costos para los pacientes y remediar a las desigualdades más patentes del actual sistema de salud.
“Es abrir un poco más la puerta hacia los negocios con la seguridad social”
Pero el espíritu del sistema heredado de la dictadura se mantiene, según el sociólogo de la Fundación Sol, Benjamín Saez: “Desde hace bastante tiempo, las personas del sector público, de FONASA, pueden recibir atención en el sector privado. Fruto de eso, hoy el sector público está tremendamente endeudado con el sector privado, algo que se conoce como la deuda hospitalaria. Lo que hace esta reforma es abrir aún más este contubernio público-privado, de forma que mediante una cotización adicional de 1 o 2%, se podría permitir a las personas de FONASA elegir una atención en el sistema privado de salud”.
“Fundamentalmente sigue un recetario que ha sido el recetario por excelencia de las políticas neoliberales. En este caso, ¿cómo garantizar el acceso sin importar quién es el prestador, y quien financia el acceso a esta prestación? Es, por lo tanto, abrir un poco más la puerta hacia los negocios con la seguridad social”, sentencia Saez.
Los proyectos de reforma del sector salud serán debatidos en el Congreso de Chile en el que Piñera no tiene mayoría absoluta, lo que augura intensos debates.