Por Constanza Ávila/Radio UdeChile
Chile es el país más desigual de los países de la OCDE, donde el decil más rico gana 27 veces más que el decil más pobre, según un estudio del organismo que mide el índice de Gini y que tardó dos años en elaborarse. Esta brecha ha disminuido brevemente con respecto a los años ochenta.
Con respecto a los 27 países del primer desarrollados que componen la OCDE, la brecha ha aumentando considerablemente, siendo el Reino Unido el país que más acrecentó su diferencia en la distribución de ingresos.
La diferencia promedio entre el decil más rico y el decil más pobre de dichos países es de nueve es a uno, mientras en la década de los ochenta la diferencia era de siete es a uno.
Emmanuelle Barozet, directora del Proyecto Desigualdades, dice que este nuevo aporte de la OCDE no trae grandes novedades para Chile, ya que “este es un club de países ricos, y Chile ingresa muy recientemente, por lo tanto, no es muy extraño que sea el país con la mayor tasa de desigualdad con respecto al resto de los países que componen el organismo”.
A la vez, agregó que es positiva la noticia de que Chile haya disminuido un poco la brecha con respecto a los años ochenta; sin embargo, “en el marco general que no se refieren estrictamente a los ingresos, y si consideramos otros activos y capitales, los ricos son cada vez más ricos y los pobres más pobres”.
Con respecto a los años ochenta, el decil más alto ha aumentado un promedio de 1,2% sus ingresos por año, mientras que el de menor ingreso lo ha hecho en un promedio de un 2,4% cada año. Esto da un promedio de un 1,7% para el 2000, y pese a que el decil más bajo aumenta levemente un porcentaje mayor sus ingresos con respecto a hace dos decadas, el índice de Gini en Chile bordea los 0.5.
El índice de Gini se utiliza para medir la desigualdad en la distribución de ingresos. El número cero representa una distribución, y el uno una distribución en que el decil más rico se lleva todas las ganancias.
Gonzalo Durán, economista de la Fundación Sol, subrayó que “el informe muestra que el retroceso en la igualdad en los países de la OCDE viene de la mano con un retroceso en los niveles de sindicalización de los trabajadores”.
Durán dijo que la desigualdad en Chile que se vive en el mundo del trabajo es abismante “al punto a que por ejemplo entre el año 2000 y 2006 el cien por ciento del crecimiento económico se lo llevo el diez por ciento más rico del país”.
“El informe demuestra que para romper con la inequidad no basta simplemente con crear puestos de trabajo, como lo han planteado algunos sectores políticos, sino que fortalecer el rol de instituciones laborales como el sindicalismo, la negociación colectiva y el derecho efectivo a huelga. Si no se avanza en eso, cualquier aumento en la tasa de ocupación se puede ver seriamente amenazado y el efecto esterilizado por la creciente desigualdad que se da en el mundo del trabajo.”
Europa: Devaluación de la mano de obra no calificada
En cuanto al aumento de la brecha de los países europeos, Emmanuelle Barozet dijo que esto se debe a una confluencia de factores, “partiendo por la desregulación a nivel internacional implementada desde los años setenta y profundizada en los ochenta”.
“Si bien la Unión Europea intentó mantener cierto proteccionismo hacia el exterior, no pueden evitar que la globalización ocurra, por lo tanto, muchas industrias europeas se han delocalizado a otras partes y hoy se favorece mucho más la mano de obra calificada, mientras las ocupaciones más manuales no han logrado aumentar sus ingresos”.
En esta línea, el académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, Joseph Ramos, dijo una de las posibles explicaciones a este fenómeno, además de la crisis que azota al viejo continente, es que “el avance tecnológico, en la gran mayoría de los países desarrollados, está prefiriendo cada vez más personas de alta calificación, yendo en desmedro de la mano de obra semi calificada, que antes gozaba de particularmente buenos ingresos en las industrias europeas”.
Países reconocidos como tradicionalmente igualitarios, como Alemania, Suecia o Dinamarca aumentaron la diferencia en su distribución de ingresos de cinco a seis veces en proporción al decil más pobre.
Sobre Chile, Ramos dijo que una reforma tributaria es uno de los temas claves para subsanar la brecha entre ricos y pobres, ya que “desafortunadamente en Chile el sistema tributario no mejora la distribución de ingresos, incluso la empeora levemente”.
“Hay países en la OCDE, como Polonia o Portugal, con desarrollo similar al chileno, y que tienen distribución de ingresos similares al chileno antes de impuestos y mucho mejor después de la recaudación de impuesto, entonces uno se pregunta si ellos pueden hacerlo, ¿por qué Chile no?”, dijo el académico.
Publicado por Radio UdeChile