Señor Director:
El Sr. Castro, decano de la Facultad de Economía y Negocios de la UDD, en columna publicada el 8 de Mayo, muestra como una verdad absoluta algo que no lo es: el efecto negativo que tendría aumentar el salario mínimo sobre el empleo. Cabe señalar que la evidencia empírica está en pugna, situación que ha dado surgimiento a una nueva corriente investigativa la New Minimum Wage Research. Los esfuerzos, muestran que, en ciertos pasajes el salario mínimo sí impacta en el empleo, en otros no.
Sin ir más lejos, en Chile existen sendas investigaciones dónde se demuestra que el efecto del salario mínimo sobre el empleo no es unívoco. Tanto Rivera (2002) como Romero (2006), concluyen que la probabilidad de estar empleado ante un alza en el salario mínimo no tiene cambios estadísticamente significativos en períodos de auge económico, tal como lo ocurrido en 1991-1996: esto es, aumentos en el salario mínimo no afectaron el empleo. No obstante ello, en otros pasajes de la historia, si lo tendría (año 2001).
Ambas investigaciones, son consistentes con el trabajo de Saget (2008) que vincula los efectos con el Salario Mínimo como proporción del PIB per cápita mensual (Índice de Kaitz Ajustado). Saget, confecciona una regla aritmética, en la cual, valores inferiores a 0,3 en el Kaitz Ajustado denotan un estado de Mini - Salario Mínimo (este fue el caso de los episodios de Rivera y Romero donde no hubo impacto en el empleo). Valores cercanos y sobre 0,6 caen en situación del Maxi - Salario Mínimo y sí habría impacto en el empleo (fue el caso de Rivera y Romero en 2001).
Saget nos da una buena contribución, que de considerarla, daría margen suficiente para subir los sueldos mínimos en Chile (hoy el Kaitz Ajustado es de 0,32, cerca del Mini - salario mínimo). Eso, al menos desde el punto de vista económico.
Gonzalo Durán, Economista Fundación SOL