Por Gonzalo Durán, investigador Fundación SOL
En efecto, a la hora de analizar el Empleo Protegido, es decir, aquellos trabajos que cumplen copulativamente la condición de contrato de trabajo indefinido, cotizaciones de salud, previsión y seguro de cesantía, se constata que tan sólo un 52% de los empleos asalariados cumplen dicha condición. Es por esa razón, que Fundación SOL sostiene que se debe ser cuidadoso con el análisis de la calidad del empleo y no concluir erróneamente - como lo ha hecho el Subsecretario del Trabajo -, que la mera creación de empleo asalariado es sinónimo de empleo de calidad. Lo mismo aplica para las conclusiones de la SEGPRES publicadas por el Diario Financiero el 6 de marzo.
Un fiel reflejo de lo anterior, es la existencia de 1,2 millones de trabajadores tipificados como asalariados por la encuesta de empleo del INE, que deben enfrentar todas las normas y sistemas de control de un trabajo dependiente, pero no tienen liquidación de sueldo, ni cuentan con el sistema de protección de derechos laborales que caracteriza a un asalariado convencional. Otro dato importante tiene que ver con la característica de los nuevos empleos asalariados creados en la actual administración (478 mil), ya que el 72% corresponde a trabajo tercerizado, ya sea a través de la modalidad de la subcontratación, servicios temporales o suministro y enganche.
Un punto que también debe llamar la atención, es el aumento que han experimentado los salarios promedios. Si bien, la cifra agregada muestra un crecimiento anual de 6,3% entre 2010 y 2011 (según el Índice de Remuneraciones del INE), lo que finalmente se debe observar es el aumento real (es decir sin considerar el efecto de la inflación). Al limpiar el dato, el aumento en 2011 es de 1,8%, muy bajo, considerando el excelente escenario macroeconómico del año 2011 donde el crecimiento de la economía fue de un 6,3%.
A esto se le debe añadir el efecto desigual del impacto inflacionario según los deciles de ingreso. De acuerdo a los últimos datos de la FAO, en su informe de precios mensuales, Chile es el país donde más ha crecido la inflación alimentaria. En efecto, el aumento en el precio de los alimentos más que duplicó a la inflación general, situación que afecta fundamentalmente a los deciles más pobres de la población y que le resta potencia al aumento real de los salarios, pudiendo incluso significar decrecimientos.
En lo referido a la distribución de ingresos, un buen ejercicio, es tomar los datos de ingresos del trabajorecabados por la Universidad de Chile para el Gran Santiago a Diciembre de 2011 y compararlos con Diciembre de 2010. Al comparar la razón 10/10, es decir, la brecha de ingresos entre el 10% más rico de los trabajadores y el 10% más pobre, se concluye que la desigualdad ha subido en un 31%. Ello responde, fundamentalmente al positivo incremento que han tenido los salarios de la aristocracia trabajadora en Chile y el casi nulo aumento en los trabajadores más pobres.
Así, el panorama de la precariedad, mirado desde el punto de vista de la demanda de trabajo (empresas), exhibe profundos déficits en el mundo del trabajo en Chile, debiendo ello ser un llamado a debatir sobre una verdadera institucionalidad laboral que le de mayor poder a los trabajadores y trabajadoras.
Publicado por La Tercera