

La situación de Aysén denota entonces un problema estructural, una enfermedad crónica de nuestra sociedad, anclada en una alta concentración de la riqueza, en la marginación de la mayoría de la población de los frutos del trabajo, en una matriz productiva estrecha y en un mecanismo de toma de decisiones configurado para servir y favorecer a las elites. Aysén mal pagado, precario y desigual, es un problema no sólo de los aysenin@s, sino que representa un problema de tod@s. Publicado por El Dinamo