Por Gonzalo Durán Sanhueza, Economista Fundación SOL
La macroeconomía de Aysén – es decir, la economía de los indicadores agregados –, constantementeinvocada en las declaraciones de la clase gobernante, hace tiempo que muestra signos en extremo saludables: tasa de desempleo de 3,5% y un crecimiento económico record de 19,2% en 12 meses.
No obstante, es en la microeconomía o en la economía cotidiana, donde se aprecian los problemas que afectan a la mayoría. Además de ser una región próspera macroeconómicamente – mucho más que el promedio de las otras regiones – , Aysén tiene un costo de vida mayor al promedio nacional y, particularmente, un trabajo mal pagado, precario, y una distribución del ingreso altamente desigual. Este ámbito, de la microeconomía del trabajo, es el que abordamos a continuación.
El movimiento social que adquiere protagonismo hoy en la región, nace justamente de la insatisfacción de aspectos básicos de subsistencia junto a la conciencia creciente de las personas de la importancia de alterar un escenario en el que otros deciden con agendas particulares sobre las propias necesidades.
Esta columna infográfica muestra 3 figuras claves que Fundación SOL ha desarrollado en el marco del conflicto de Aysén y que representan un soporte científico, la mayoría de las veces invisibilizado.
No. 1: Aysén Desigual
Durante los últimos 20 años, la región de Aysén ha tenido un deterioro importante en la distribución de ingresos. En efecto, al computar el índice 10/10 que mide la diferencia entre los ingresos del 10% de los hogares más ricos (decil más rico) y el 10% de los hogares más pobres (decil más pobre), se constata que para 2009 fue de 65 veces. En 1990 era de 31,5 veces, es decir, la desigualdad en la distribución de ingresos – así medida – aumentó en un 106% (cálculos Fundación SOL a partir del micro-dato de la encuesta CASEN). En el mismo período la tasa de ocupación aumentó en 14% y el desempleo cayó en 16% (aún mediando crisis económica). Como vemos, Aysén es más desigual y los datos derriban el ortodoxo argumento de que más empleo reduce la desigualdad.
No.2: Aysén Precario
Un segundo aspecto poco visualizado, es la precariedad laboral medida en términos del Índice de Empleo Protegido. El Empleo Protegido, es un indicador que Fundación SOL construye como proxy para evaluar precariedad laboral desde el punto de vista de la demanda de trabajo, es decir desde la vereda de las empresas. La condición de Empleo Protegido supone la existencia de contrato de trabajo indefinido, cotizaciones de salud, de previsión y seguro de cesantía. Así medida, la precariedad laboral de Aysén es la segunda más alta de Chile, contabilizándose tan solo un 39% de los trabajadores asalariados en una situación de “protección”.
No.3: Aysén Mal pagado
El tercer indicador se relaciona con los sueldos y salarios que perciben los trabajadores de Aysén. Realizando un zoom sobre los trabajadores asalariados del sector privado, es posible constatar que en Aysén, los sueldos y salarios son un 8% menor al promedio nacional. Es más, limpiando la cifra por el efecto del subsidio a la contratación de mano de obra en zonas extremas (Ley 19.853) – que beneficia al empleador con el 17% de la renta imponible - los sueldos y salarios en Aysén, sin mediar los subsidios, son un 23% inferior al promedio nacional.
La situación de Aysén denota entonces un problema estructural, una enfermedad crónica de nuestra sociedad, anclada en una alta concentración de la riqueza, en la marginación de la mayoría de la población de los frutos del trabajo, en una matriz productiva estrecha y en un mecanismo de toma de decisiones configurado para servir y favorecer a las elites. Aysén mal pagado, precario y desigual, es un problema no sólo de los aysenin@s, sino que representa un problema de tod@s. Publicado por El Dinamo