Radio Universidad de Chile, 17 de enero de 2020.
En el marco de las proyecciones que entregó el Ministerio de Hacienda, el cual presupuesta la pérdida de 300 mil empleos debido a la crisis social, y, paralelamente, la tramitación en el Congreso del alza del sueldo mínimo, la investigadora de Fundación SOL, Andrea Sato, entregó una perspectiva para el 2020 sobre la mujer y el trabajo, en la entrevista realizada en el programa Sintoniza Género de la radio Universidad de Chile.
Bajo el contexto de crisis social, explica que las proyecciones venían de un crecimiento a la baja y estaban en línea con aquellas que se hacían previas a octubre. “El gobierno se escandaliza con la pérdida de empleo, pero hay que recordar que este proceso no se reinaugura en octubre, sino que tiene larga data en Chile y no solo el desempleo, también la construcción y el fomento al empleo precario y desprotegido”, argumenta la investigadora.
Tras la agenda social presentada por el Gobierno, la cual no contempla un aumento del salario, pero sí un subsidio, Sato subraya que el ingreso mínimo propuesto no alcanza la línea de la pobreza de una familia promedio en Chile. Asimismo, afirma que la discusión no solo se debe centrar en el salario mínimo, sino que también en profundizar el discurso y la reflexión en torno a la valoración del trabajo, pero fundamentalmente, el valor del trabajo doméstico no remunerado y vincularlo al costo de vida en Chile.
La investigadora explica que existe una construcción de empleos, a los que acceden las mujeres, altamente precarios. Durante los últimos 10 años, del empleo que se ha creado para las mujeres, un 77% es trabajo no calificado y el 85% es de jornada parcial. “El tema clave es poder no solo fortalecer políticas públicas que vayan en pos de generar trabajo asalariado, remunerado y decente para las mujeres, lesbianas y disidencias, sino que también hay toda una deuda en torno a la visivilización del trabajo doméstico no remunerado y, como éste, habilita todos los otros trabajos que hemos llamado ‘productivos’”, expresa.
Las perspectivas que plantea Andrea Sato para el 2020 refieren al movimiento feminista, que vuelvan a la palestra temas que no solo se solucionan vía reformas, con el fin de que la feminización de la pobreza no sea una carga ni para las propias mujeres, ni para su núcleo de hogar.