¿Cuánto es un sueldo vital suficiente?
Columna de opinión en El Mostrador

Columna de opinión publicada en El Mostrador el 2 de julio 2025

Por Gonzalo Durán, investigador Fundación SOL y académico U. Chile. y Benjamín Sáez, investigador Fundación SOL. 

El nefasto legado de la dictadura en materia salarial ha tenido consecuencias de largo plazo en la economía chilena. El legado no fue al azar, fue intencional y empujó a “ganar competitividad” sobre la base de bajos salarios y precarización laboral. Solo en los dos primeros años de la dictadura se estima que se produjo una reducción salarial cercana al 30% real. El salario mínimo no escapó a esta realidad. De hecho, el atraso fue tan significativo que recién en 1997 el salario mínimo recuperó el poder de compra que tenía en 1970.  

El 1 de junio de 1990, el salario mínimo alcanzó los $ 26.000 de la época, lo que equivale aproximadamente a $ 166.400 en valores actuales, es decir, $ 863 la hora (a mayo de 2025). Con el actual salario mínimo de $ 529.000, el valor hora equivale a $ 2.743 en términos brutos, sin descontar el pago de las leyes sociales. Esto significa que, al cabo de 35 años, en Chile el salario mínimo bruto por hora ha aumentado $ 1.880.  

El salario mínimo aumenta, pero cuando la base desde donde se parte es muy baja, no debemos perder de vista las matemáticas. Pensemos en el sistema escolar: obtener una nota de un 1,5 en la primera prueba, y luego subir a un 2,5 en la segunda significa un aumento del 67%, que es un buen aumento, pero un 2,5 sigue siendo una calificación muy baja. Eso es lo que pasa en Chile: de poco sirve tener el salario más alto de América del Sur si no es suficiente para la realidad económica de Chile. A pesar de un fuerte incremento al final de la dictadura del orden del 20%, luego los ajustes se han mantenido contenidos si de alcanzar una suficiencia se trata. Gobierno tras gobierno, en distintas coyunturas económicas y en décadas de discusión parlamentaria, ha primado la lógica de que no es posible realizar cambios relevantes en el monto del salario mínimo. Ni cuando Chile crece, para no alterar la buena situación económica, ni cuando se proyecta un escenario negativo, en cuyo caso aumentaría el desempleo.

En el gobierno del Presidente Boric se puede observar un aumento relevante en términos reales al comparar con el periodo reciente (8,5%); no obstante, este aumento se mantiene en línea con los tres años de mayores aumentos en los gobiernos de la Concertación (7,3%, 8,6% y 6,8%), al finalizar la década de 1990. 

La Ley de Salario Mínimo Vital se introdujo en Chile en 1937, y se definió a esta remuneración como la necesaria para resolver las necesidades indispensables para la vida del empleado “y también las que requiera su integral subsistencia” (art.1, Ley 6.020). Luego, en 1941, una versión ajustada de esta ley introdujo la noción de salario suficiente, señalando que nadie se atrevería a negar que la noción del salario suficiente, es decir, de la retribución del trabajo considerada desde el ángulo de las necesidades vitales del trabajador es, hoy día, algo definitivamente incorporado a la realidad”. Más de 80 años después, la noción de que el salario mínimo debe ser una retribución al trabajo suficiente para satisfacer necesidades vitales (no “básicas”) no parece ser un elemento incorporado definitivamente en la realidad económica en Chile, y mucho menos en los debates y programas para las elecciones próximas. 

El mundo del trabajo no es una colección de individuos que venden su fuerza de trabajo de forma aislada. Las y los trabajadores habitan hogares, forman parte de familias y grupos que comparten un presupuesto y gastos, que realizan y requieren trabajo no remunerado, entre otros aspectos económicos fundamentales. Aunque existen múltiples situaciones, en promedio, las personas en Chile viven en hogares de tres personas. 

A pesar de esta realidad, el valor del actual salario mínimo líquido (descontando el pago de leyes sociales) no permite sacar a un hogar promedio de la pobreza si se supone que solo una persona trabaja. La línea de la pobreza para un hogar de tres personas equivale en mayo de 2025 a $515.047, y ha sido calculada para mantener un nivel básico de sobrevivencia. Esto significa que el valor del salario mínimo no permite superar el estándar más básico definido por el Estado de Chile para un hogar promedio. Para los hogares esto es algo evidente, pero la discusión de los llamados expertos mantiene un atraso similar al atraso salarial. Es más, prontamente conoceremos una nueva forma de medir la línea de pobreza en Chile, más moderna y actual, y no es una novedad que la vara será mucho más exigente. En ese sentido, una pregunta que como sociedad debemos responder es ¿cuánto es un sueldo vital suficiente para el Chile de hoy?

La situación se agrava considerando el llamado “efecto faro” del salario mínimo, que atrae a la mayoría de los salarios de la economía, sobre todo para empleos no calificados o en situaciones de subempleo profesional y en contextos donde la formación colectiva de los salarios, por la vía de la negociación colectiva, se encuentra marginalizada, como ciertamente es el caso de Chile. Según la última Encuesta Suplementaria de Ingresos, aunque el promedio de ingresos de la ocupación principal supera los $ 826.000, la mitad de las y los trabajadores gana menos de $ 583.000 líquidos.

Está por verse si alguna de las candidaturas saldrá de la camisa de fuerza del salario mínimo de sobrevivencia y proponga un programa de aumentos que permita volver a hablar de un salario vital “suficiente”, el cual garantice financiar la vida y reducir la desigualdad.