Pareciera que tenemos un empresariado que viene de otro siglo
Entrevista en The Clinic

Entrevista publicada en The Clinic el 16 de septiembre de 2025

Entrevista a Gonzalo Durán, académico U. Chile e investigador Fundación SOL

El académico de la Universidad de Chile Gonzalo Durán, responde al último Informe de Política Monetaria del Banco Central, cuestionando la atribución del aumento del sueldo mínimo y las 40 horas a las cifras de desempleo. En su postura, señala que el aumento de la tasa se puede explicar por factores estructurales, y que la metodología del Banco Central puede ser errada.
Por Agustín Morel

El Banco Central generó un amplio debate la semana pasada tras publicar el Informe de Política Monetaria (IPoM), en el cual hicieron público un diagnóstico en que responsabilizaron al aumento del sueldo mínimo y las 40 horas por las cifras de desempleo.

La repercusión fue tal que en el Gobierno defendieron las reformas y cuestionaron el análisis del Banco Central. Por su lado, el empresariado se ha cuadrado con el informe de la entidad. 

Un crítico del planteamiento ha sido el académico de la Universidad de Chile y economista de la Fundación Sol, Gonzalo Durán. En una carta a El Mercurio que publicó junto al investigador de la organización, Benjamín Sáez, pusieron sobre la mesa, entre otras cosas, que el sueldo mínimo actual ni siquiera logra cubrir las necesidades básicas de las personas.

En conversación con The Clinic, el académico profundiza en su propuesta, y advierte que podría tener razón el Banco Central, pero que a su vez hay una falla en la metodología para llegar a esta conclusión. Sobre esto, plantea que el debate es amplio, y que hay muchos factores que inciden. De todas formas, reitera que con el monto mínimo de $529.000 bruto, una familia no logra llegar a fin de mes.
“Es difícil distinguir que solo por el efecto del salario mínimo se puedan generar este tipo de resultados”

—¿Es correcto el planteamiento del informe del Banco Central sobre esta incidencia del aumento del sueldo mínimo en las cifras del empleo?

—En este tipo de discusiones es bien complejo establecer esas relaciones de causalidad que se llaman economía. De hecho, lo que hice en la investigación comparada respecto a este tema es que no existen respuestas unívocas. Dependen de muchos factores.

En un paisaje empresarial como el que tenemos en Chile es difícil distinguir que solo por el efecto del salario mínimo se puedan generar este tipo de resultados. Porque existen, por ejemplo, otros elementos como las diferencias en productividad entre la empresa grande y la empresa pequeña; el tema de la rotación en el empleo también entre ambas empresas; el acceso al crédito, que es algo que muchas veces no se habla. A las empresas pequeñas les cuesta mucho acceder al crédito. Y eso también a veces explica por qué los emprendimientos acaban antes de un año. Entonces, no es que sea por el hecho que suba el salario mínimo que la empresa pequeña termina cerrando las puertas, sino que es producto que no tiene acceso al financiamiento.

—¿Han estudiado alguna cifra de sueldo mínimo que sí podría lograr cubrir las necesidades básicas de las personas?

—Es fundamental que cuando se hacen ese tipo de preguntas ocupemos estándares que como sociedad hemos definido para evaluar este tipo de cosas. No es que a mí se me ocurra que un sueldo es suficiente y a otra persona se le ocurra otro monto. Para eso podemos ocupar lo que son las líneas de pobreza. Una comisión creada por este Gobierno informa que, por ejemplo, para el grupo familiar de tres personas, la línea de la pobreza sería hoy día a la fecha de $850.000 líquidos. Eso es para el perfil de personas que arriendan.

“Lo más probable es que alguien que gana el sueldo mínimo arriende. Si consideramos que el salario mínimo debería permitir que un trabajador y su grupo familiar puedan vivir mínimamente en dignidad y satisfacer las necesidades vitales, de acuerdo a las estadísticas que propone esta propia comisión estaríamos hablando que debiese ser en esa magnitud”.
Las críticas al empresariado por debate de sueldo mínimo: “No están dispuestos a que le toquen sus privilegios”

—Ustedes plantean que existe un problema estructural en la industria chilena con este tipo de debates ¿A qué se refieren?

—En el mercado del trabajo lo que se vende es fuerza de trabajo. Ahí estamos incorporando una componente donde hay relaciones de poder involucradas. Hay clases sociales que son antagónicas. La clase que vende la fuerza de trabajo, las y los trabajadores, y una clase que compra esa fuerza de trabajo. (…) Lo que uno observa en esta discusión es que el empresariado en Chile se ha acostumbrado por décadas a tener una tasa de ganancia que está bastante protegida. Cuando uno observa que pasa eso, el empresariado de inmediato reacciona. Porque no está dispuesto a que le toquen un ápice lo que han sido estos privilegios que ellos han podido amasar por bastantes décadas.

En Uruguay, por ejemplo, que de la región es donde existe la menor desigualdad económica, el 95% de los trabajadores negocia por área de actividad económica. Y logran acuerdos que avanzan en temas salariales y permiten reducir la desigualdad. Lo mismo pasa prácticamente en la mayoría de los países europeos. Y no vemos al empresariado, no vemos al Banco Central criticando la política industrial, social, laboral de ese tipo de países. Ahí uno observa una contradicción que no es muy sostenible, en el fondo, cuando se nos dice que no se puede avanzar en ese plano. Más bien uno ve que aquí hay defensas corporativas y que pareciera que tenemos un empresariado que viene de otro siglo. Que quiere mantener estas tasas de ganancias a costa de salarios que son realmente exiguos, que no permiten llegar a fin de mes.

—En caso de que no sea el aumento del sueldo mínimo o las 40 horas ¿Qué otros factores inciden que no se están considerando en el debate del desempleo?

—En las últimas décadas tenemos un problema que es estructural, que tiene que ver con el modo de producción capitalista. A veces estos términos no se plantean en el debate, pero cuando uno tiene una mirada de más largo plazo, vamos a observar -y esto lo vienen diciendo varias analistas-, lo que es la larga depresión económica. Significa que a nivel temporal, las tasas de crecimiento van cayendo y luego no recuperan lo que era su punto anterior. Eso se puede observar en el caso chileno. Si uno mira los últimos 30 años, te vas a fijar que de repente hay una crisis económica, y cuando nos recuperamos volvemos a un nivel que es inferior al que teníamos antes. Eso es algo sistemático.

Cuando uno revisa lo que pasa con las tasas de desempleo en Chile, tenemos un desempleo estructural que está en torno al 8%. Y eso no es de los últimos dos años, es un desempleo estructural que viene así ya desde los últimos ocho años. Aquí lo que hay son factores realmente estructurales que no permiten que la economía tenga centros de crecimiento sostenibles.