Carta al director publicada el 15 de junio de 2025 en El Mercurio
Señor Director:
Según una minuta del Banco Central, el alza del salario mínimo “causa” más desempleo: “considerando que el salario mínimo real aumentó cerca de 20% en los últimos tres años, esto se asociaría a una caída del empleo de 1,6%”. Aun concediendo la validez del enfoque - cuyos supuestos se podrían cuestionar al tomar como grupo de control a trabajadores que están en el 25% de mayores ingresos-, la conclusión interpela: si un piso que no permite vivir con dignidad desestabiliza el mercado laboral, el problema no es el salario sino la fragilidad del modelo empresarial. ¿Queremos un país competitivo por innovación o a costa de salarios bajos? El mínimo está lejos de aprobar un examen de suficiencia. Hoy asciende a $529.000 brutos; tras cotizaciones de salud, previsión y cesantía, quedan $423.000 líquidos. De ese monto se pagan transporte ($40.000/mes), arriendo (unos $300.000 por pieza con baño) y alimentación: según la Comisión Asesora Presidencial, la canasta básica hoy bordea $110.000. Solo esos tres ítems consumen casi todo el ingreso. En suma, el mínimo no alcanza para lo mínimo; evaluar sus efectos exige mirar la calidad del tejido productivo y su capacidad de sostener salarios dignos.
Gonzalo Durán, académico U. Chile economista Fundación SOL
Benjamín Sáez, sociólogo Fundación SOL